La misma estaba dentro de un grupo de diez personas que se habían refugiado debajo de una planta de paraíso de la torrencial tormenta que se desató, quedando dos mujeres heridas, las que fueron trasladadas al hospital de la ciudad de Güemes.
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La misma estaba dentro de un grupo de diez personas que se habían refugiado debajo de una planta de paraíso de la torrencial tormenta que se desató, quedando dos mujeres heridas, las que fueron trasladadas al hospital de la ciudad de Güemes.
Pasadas las 14,30 hs., se comenzó a desatar una fuerte tormenta, con vientos a altas velocidades y con descargas eléctricas pronunciadas en la zona de Pampa Blanca, provocando también algunos cortes de energía eléctrica.
En una finca ubicada a tres kilómetros del pueblo, se encontraban trabajando un grupo de personas en la cosecha de tabaco, cumpliendo varias de ellas con las tareas asignadas en cantidad para emprender el regreso a sus hogares.
Pero la fuerte tormenta hizo que la menos diez personas buscaran refugio en un árbol de paraíso, esperando que mermara la caída de agua para regresar a casa.
Es allí que se produjo una fuerte estruendo por la caída de un rayo en cercanías del grupo alcanzando a algunas de ellas la gran descarga eléctrica, en medio de un ruido ensordecedor.
Como consecuencia de ello, una de las mujeres falleció en el acto, mientras que otras dos resultaron con heridas, que en medio de la desesperación, la primera fue llevada hasta la sala de auxilios del pueblo de Pampa Blanca, en tanto que las otras dos fueron llevadas de urgencia al hospital de la ciudad de Güemes, Salta, en un vehículo particular por la emergencia del caso.
La víctima fatal fue identificada como Inés Ordóñez, de 55 años de edad, jornalera, con domicilio en el Loteo Fiscal de Pampa Blanca, en tanto que las otras mujeres también son de la zona, una de 28 y la otra de 35 años.
El médico de policía determinó que Ordóñez falleció por paro cardio respiratorio por electrocución, y tras las actuaciones de rigor se dispuso la entrega del cuerpo a sus familiares para su posterior inhumación.
El resto de las personas que conformaban el grupo de trabajadores resultó con aturdimiento y obviamente la consternación por lo que les tocó vivir.