Desde calle Necochea casi llegando a Independencia, se ve. Allí está. Esbelta entre edificios y envuelta de color, de formas que la distinguen. Siente el viento llegar y teje. Desde lo alto y con la mirada en sus manos, teje. Así de inmortal y perenne, quedó pintada "La tejedora del valle" que une intenciones y renace todos los días en nuestra ciudad como una bella obra hecha mural.
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Desde calle Necochea casi llegando a Independencia, se ve. Allí está. Esbelta entre edificios y envuelta de color, de formas que la distinguen. Siente el viento llegar y teje. Desde lo alto y con la mirada en sus manos, teje. Así de inmortal y perenne, quedó pintada "La tejedora del valle" que une intenciones y renace todos los días en nuestra ciudad como una bella obra hecha mural.
La señora que teje es una idea que se hizo realidad gracias al artista plástico Alejandro Condorí y Nicolás Anún.
Rompiendo estructuras. El arte de Alejandro se caracteriza por salir de lo establecido logrando que la obra sea original.
Desde que la obra fue sólo una idea, el artista plástico junto a Nicolás Anun y a la asociación de voluntarios “Jujeño Señores”, fueron los encargados de embellecer el lateral del edificio para sorprender miradas.
Y es que ese es el tema. Cambiar lo gris que puede tener la ciudad, por color y formas y si esta obra dice más, qué mejor.
Resulta que “La tejedora del valle” se emplaza como una pintura mural que es homenaje a las personas que hacen del tejido, su fuente de vida.
Homenaje a las tejedoras. La pintura de “La Tejedora del Valle” es una obra realizada junto a Nicolás Anún y “Jujeños Señores”.
También se trata de eso. De mantener una tradición que está muy arraigada a nuestro pasado, a lo ancestral.
En esta pintura se ve también que la obra rompe con la estructura de lo estático.
Y es que los cables que se cruzan por delante de la señora sentada, hacen las veces de hilos que forman parte de la labor que se ve impresa, cerca del cielo.
Acceso Sur. El artista integra un equipo de plásticos que se encuentran pintando un mural cerca del patinódromo.
Sin dudas una obra que dice mucho más de lo que se ve. Y que fue realizada por una creatividad inquieta.
Alejandro persigue esa idea desde que se inició en la carrera artística. El “vamos a tratar de cambiar la cosa” es su frase y de hecho, la pone en práctica. Ya que tiene otros proyectos por hacer.
En la Casa del Jubilado
Cuando un artista tiene mucho para ofrecer, simplemente despliega una suerte de magia que se ve reflejada claramente en su obra. Y aquí hay un ejemplo de ello.
Alejandro muestra distintas facetas, el tema de la escultura, la pintura y el dibujo que reúne y que también ofreció en la muestra “Miradas” en la Casa del Jubilado recientemente.
“Son las cosas que a mí me gustan y que por mi labor docente no puedo desarrollar al máximo, pero siempre trato de participar en varias actividades que me invitan, exposiciones colectivas o encuentros de artistas. Gracias a Dios se me dio de visitar casi toda la provincia e incluso salir de la provincia en encuentros provinciales o nacionales", contó a nuestro diario el artista jujeño.
Allí, en la Casa de exposiciones se pudo apreciar una gran variedad de obras que muestran lo significativo del ser.
Las pinturas que también rompen el molde cuadrado, para presentarse en multiformas. Brindan finos detalles en facciones de rostros, el trabajo sobre la expresión de las miradas. Es decir trata de captar la parte humana de la fotografía.
Otra de las facetas del artista es la paisajística y el arte que envuelve sensaciones. El salirse del formato cuadrado y ser como un rebelde de la pintura.
“Lo que me gustó presentar en esta muestra también fue una escultura que es una de las primeras que hice, y la mantengo como la hice por primera vez. Es una talla en madera. La hice cuando iba al profesorado y seguí aprendiendo cosas sobre la madera, sobre el tratamiento de la obra pero preferí dejarla tal cual como en ese momento. A pesar de que ahora la podría seguir trabajando, la dejé como en aquel proceso y puedo notar la evolución en mi obra. Le agradezco a Dios por llegar a donde llegué”, destacó.
Otro proyecto en el que también está Alejandro es trabajar en un mural que está en el acceso sur de la ciudad. “Es un propuesta que viene de Cultura y son varios artistas los que intervienen en él. Son treinta metros de largo por siete de alto, así que es bastante importante. Está ubicado cerca del patinódromo” comentó el plástico. Sin dudas, una obra que está en camino de sorprender a todos y dar una bienvenida colorida a la ciudad.