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Destacan el valor del Segundo Éxodo

Lunes, 19 de enero de 2015 00:00
<p>ILUSTRACIÓN/ EXODO JUJEÑO, PINTURA EN EL MUSEO HISTÓRICO PROVINCIAL.</p>

El Segundo Éxodo jujeño, es un hecho histórico poco conocido y concretado el 17 de enero de 1814, que además marca el inicio de las guerras gauchas en la provincia y es un hito que destaca el rol de la mujer en las luchas por la independencia.

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El Segundo Éxodo jujeño, es un hecho histórico poco conocido y concretado el 17 de enero de 1814, que además marca el inicio de las guerras gauchas en la provincia y es un hito que destaca el rol de la mujer en las luchas por la independencia.

El Instituto Belgraniano de Jujuy, destaca la importancia de la fecha, “es muy significativo para los jujeños porque la ciudad fue totalmente vaciada”. Explicando que una de las principales diferencias con el Primer Éxodo fue que los jujeños se retiraron, pero no se dirigieron a otra provincia, sino que se instalaron en cerros y estancias vecinas con una actitud combativa. Los pobladores de la ciudad reingresaban y atacaban al enemigo realista, gracias al rol “espía” de las mujeres en las zonas pobladas.

El 21 de diciembre el Gobierno había dispuesto suspender las facultades de “Capitán general” que se le había conferido a Belgrano el 21 de octubre de 1812, limitando su autoridad al comando del ejército auxiliar del Perú.

El ejército de Joaquín de la Pezuela había organizado la ofensiva para caer sobre Salta y Jujuy en tres columnas principales. En Jujuy existía un movimiento febril alentado por Dorrego en apoyo a la causa y en el reclutamiento de jóvenes, los cuales se organizaban en movimientos de guerrilla.

Este éxodo debió ser en su mayor parte femenino pues los hombres se habían alejado al sur con la vanguardia de Zamudio en enero de 1814.

Este éxodo debió ser en su mayor parte femenino pues los hombres se habían alejado al sur con la vanguardia de Zamudio en enero de 1814.

Belgrano en esta situación abandonó San Salvador protegido por la tropa de Dorrego, quien combatirá día a día con eficacia retrasando la vanguardia enemiga y protegiendo al grueso del ejército en su penosa retirada permitiéndole llegar a Tucumán.

El 15 y 16 de enero de 1814 se produce el segundo éxodo en la ciudad donde solo quedó combatiendo Dorrego en una resistencia y bravura más que heroica. Sobre una ciudad vacía, el enemigo logró instalarse el día 17 de enero de 1814.

Este nuevo éxodo fue casi tan terrible como el primero.

Toda su población había desaparecido; dejando atrás estas milicias populares que ocuparon los alrededores y fincas cercanas a la ciudad, bien montados y con cierto adiestramiento, comenzaron a hostigar a los invasores, convirtiéndose en guerrillas populares que prontamente formalizaron la “guerra de guerrillas” o la guerra Gaucha y harían de la ciudad un escenario permanentemente de combate, apoyados por las mujeres que voluntariamente en ella habían quedado.

Mientras de este modo se combatía y los jinetes aparecían, atacaban y se diluían en los aledaños, el ejército en retirada abierto en tres columnas alcanzaba Tucumán.

“Esas mujeres todas indias y cholas les guisaban a su usanza papas, chuños y maíz..”relata Pezuela en sus memorias.

“Esas mujeres todas indias y cholas les guisaban a su usanza papas, chuños y maíz..”relata Pezuela en sus memorias.

El coronel Máximo Zamudio con su columna, llevaba los bagajes oficiales y entre la documentación , la Bandera de la Libertad Civil, en la columna principal iría Belgrano con su jefatura y en la tercera a cargo de Zelaya los heridos, entre ellos el coronel Carlos Forest.

El doctor Teodoro Sánchez de Bustamante reclamó años más tarde ante el Congreso de Tucumán “la devolución de los archivos jujeños, de las joyas del Convento de la Merced y otros bienes que fueron llevados a Tucumán en las retiradas de 1812 y 1814”.

La heroica resistencia de Dorrego permitió la llegada de las tropas a Tucumán, encuentro de Belgrano con San Martín quien asumió el mando del ejército.

La heroica resistencia de Dorrego permitió la llegada de las tropas a Tucumán, encuentro de Belgrano con San Martín quien asumió el mando del ejército.

El doctor Joaquín Carrillo hizo referencia al éxodo de 1814 “aciagos días de la nueva invasión realista”...

¡Había comenzado la guerra gaucha!

La guerra por la Independencia comenzaba una nueva etapa ahora debía construirse con las manos alfareras del pueblo con convicción y amor por la patria. Había concluido una etapa política y se iniciaba una nueva, plena de valor y sacrificio.

La sombra de Belgrano se instala en las provincias unidas de Sudamérica, su predicamento libertario corre como fuego y fluye por la sangre de sus pueblos. La Rebelión de Cuzco de 1814 implicó la sublevación no solo de las intendencias de Cuzco y la de Huamanga, extendiéndose hasta Chuquisaca sofocada por las fuerzas realistas del Alto Perú.