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El ejército ucraniano abandonó el aeropuerto de Donetsk

Viernes, 23 de enero de 2015 00:00
El ejército ucraniano sufrió ayer un fuerte revés con la pérdida del aeropuerto de Donetsk y los combates parecen reanudarse a gran escala, con al menos 42 personas muertas en las últimas horas, el saldo más sangriento desde septiembre pasado.
Desde inicios del conflicto en abril, luego de la anexión de la península de Crimea por Rusia y del surgimiento de los separatismos prorrusos en el este del país, más de 5.000 personas murieron en los combates entre soldados ucranianos y rebeldes separatistas.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, convocó ayer a los jefes del ejército a una reunión de emergencia para responder al recrudecimiento de la "agresión" de Rusia, anunció la presidencia. El líder prooccidental y su equipo de seguridad querían abordar "las maneras de reagrupar fuerzas y detener la agresión rusa", dijo la oficina de Poroshenko.
La reunión llega después de que una pieza de artillería, que impactó contra un trolebús en el bastión prorruso de Donetsk, dejara 13 muertos ayer por la mañana. Kiev y Moscú se acusaron mutuamente de haber perpetrado este ataque.
Los combates en Ucrania "se intensificaron" y alcanzaron el nivel anterior al cese al fuego concluido con los acuerdos de Minsk en septiembre, declaró ayer el comandante supremo de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) en Europa, el general estadounidense Philip Breedlove.
"La situación en la línea de frente no es buena. Los combates se intensificaron hasta el nivel de antes de los acuerdos (...) y en algunos casos más allá", afirmó Breedlove.
Indicó que la Otan detectó signos de la presencia de "sistemas de defensa antiaérea" y de sistemas militares electrónicos que acompañaron a las tropas rusas en el pasado.
"Por estos ataques terroristas, los civiles ucranianos sufren. Rusia debe detener a los terroristas", dijo el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavlo Klikin, mientras su homólogo ruso, Sergei Lavrov, acusó a su vez al gobierno ucraniano de estar detrás del ataque. Se trata de "una provocación grosera para boicotear el proceso de paz", aseguró Lavrov.
La matanza se produjo sólo 8 días después de la muerte de otros 12 civiles en un autobús bombardeado cerca de Volnovakha, a 35 kilómetros al sur de Donetsk, ataque del que Ucrania y los rebeldes también se acusan mutuamente.
Según el ejército, diez soldados ucranianos han muerto en las últimas horas en el este del país, a lo que se suman ocho víctimas civiles, en Lugansk, y 10 más en Gorlivka, en la región de Donetsk.

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El ejército ucraniano sufrió ayer un fuerte revés con la pérdida del aeropuerto de Donetsk y los combates parecen reanudarse a gran escala, con al menos 42 personas muertas en las últimas horas, el saldo más sangriento desde septiembre pasado.
Desde inicios del conflicto en abril, luego de la anexión de la península de Crimea por Rusia y del surgimiento de los separatismos prorrusos en el este del país, más de 5.000 personas murieron en los combates entre soldados ucranianos y rebeldes separatistas.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, convocó ayer a los jefes del ejército a una reunión de emergencia para responder al recrudecimiento de la "agresión" de Rusia, anunció la presidencia. El líder prooccidental y su equipo de seguridad querían abordar "las maneras de reagrupar fuerzas y detener la agresión rusa", dijo la oficina de Poroshenko.
La reunión llega después de que una pieza de artillería, que impactó contra un trolebús en el bastión prorruso de Donetsk, dejara 13 muertos ayer por la mañana. Kiev y Moscú se acusaron mutuamente de haber perpetrado este ataque.
Los combates en Ucrania "se intensificaron" y alcanzaron el nivel anterior al cese al fuego concluido con los acuerdos de Minsk en septiembre, declaró ayer el comandante supremo de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) en Europa, el general estadounidense Philip Breedlove.
"La situación en la línea de frente no es buena. Los combates se intensificaron hasta el nivel de antes de los acuerdos (...) y en algunos casos más allá", afirmó Breedlove.
Indicó que la Otan detectó signos de la presencia de "sistemas de defensa antiaérea" y de sistemas militares electrónicos que acompañaron a las tropas rusas en el pasado.
"Por estos ataques terroristas, los civiles ucranianos sufren. Rusia debe detener a los terroristas", dijo el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavlo Klikin, mientras su homólogo ruso, Sergei Lavrov, acusó a su vez al gobierno ucraniano de estar detrás del ataque. Se trata de "una provocación grosera para boicotear el proceso de paz", aseguró Lavrov.
La matanza se produjo sólo 8 días después de la muerte de otros 12 civiles en un autobús bombardeado cerca de Volnovakha, a 35 kilómetros al sur de Donetsk, ataque del que Ucrania y los rebeldes también se acusan mutuamente.
Según el ejército, diez soldados ucranianos han muerto en las últimas horas en el este del país, a lo que se suman ocho víctimas civiles, en Lugansk, y 10 más en Gorlivka, en la región de Donetsk.

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