PURMAMARCA (Corresponsal) La comunidad educativa de la escuela primaria número 21 “Pedro Goyena” de esta localidad celebró el acto por el Día de la Tradición con la presentación de diversos cuadros artísticos en los que no sólo fueron los protagonistas los niños sino que también participaron padres y abuelos.
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PURMAMARCA (Corresponsal) La comunidad educativa de la escuela primaria número 21 “Pedro Goyena” de esta localidad celebró el acto por el Día de la Tradición con la presentación de diversos cuadros artísticos en los que no sólo fueron los protagonistas los niños sino que también participaron padres y abuelos.
El acto se realizó en el patio del establecimiento cerca de las 11 de la mañana del martes, recordando el 10 de noviembre, natalicio de José Hernández, autor del célebre libro “Martín Fierro”, máximo exponente de la literatura gauchesca argentina.
Luego de la entrada de la Bandera de ceremonia y la entonación del Himno Nacional Argentino, el profesor Juan Salazar brindó palabras alusivas reafirmando la importante fecha y poniendo de manifiesto que la tradición es el lazo que nos une como pueblo.
La jornada contó con un clima excelente para celebrar el día y así lo hicieron los chicos que con gran entusiasmo desarrollaron los siguientes números artísticos. Alumnos de 5º grado recitaron una poesía y danzaron ritmo folclóricos tradicionales.
Mientras que otros estudiantes, acompañados de madres y abuelas representaron una de las tradiciones más representativa del pueblo purmamarqueño, el encuentro de copleros y mediante los versos de la copla explicaron las tradiciones de toda una comunidad.
Sin duda uno de los momentos más emocionantes y alegres para el público fue el que interpretaron los pequeños de la sala de 4 años que se animaron a recrear una tarde de desentierro del carnaval, con coplas, diablos contentos y disfrazados que arrojaron papel picado y nieve, cual si fuere uno de esos tradicionales días.
Todo esto sucedió mientras los niños de 2º y 3º grado exponían las ofrendas de “todos santos” en una de las galerías de la escuela y donde además otros estudiantes ofrecieron mates cebados, perfectamente vestidos de gauchos y paisanas, aprendiendo las tradiciones gauchas de padres y abuelos purmamarqueños que transmiten a las generaciones.