¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

29°
28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Muestro un abanico amplio de ritmos y colores"

Sabado, 21 de noviembre de 2015 01:30
<p>MARIANA CAYON <i>&nbsp;/ VISITO LA REDACCION DE NUESTRO DIARIO PARA HABLAR DE SUS PROYECTOS</i></p><p><p>INTIMIDAD / FUE LA CARACTERISTICA DE SU PRESENTACION ACUSTICA ANOCHE EN APACHETA</p><p></p><p></p>

Dice que tiene parientes en Jujuy, donde alguna vez comenzó su camino por los vientos, cuando su padre compró una quena. Vivió su infancia en Cafayate pero tiene una fuerte conexión con nuestra provincia.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Dice que tiene parientes en Jujuy, donde alguna vez comenzó su camino por los vientos, cuando su padre compró una quena. Vivió su infancia en Cafayate pero tiene una fuerte conexión con nuestra provincia.


¿Cuál es tu propuesta en el escenario actualmente?

La propuesta que venimos planteando desde hace un tiempo es mostrar un abanico de canciones que tiene que ver con Latinoamérica entera.

Con mis giras descubrí que Latinoamérica, en su inmensa columna vertebral tiene distintos colores de la música andina. Yo no lo conocía y empecé a aplicarlo en mis presentaciones.

En una presentación mía, el público puede escuchar y bailar una chacarera, un carnavalito, un huayno, pero también van a escuchar un joropo venezolano, unos valses peruanos, boleros, música ciudadana es decir tangos y milongas, música andina. La idea es mostrar un abanico amplio de ritmos y colores musicales que tengan que ver con la América Morena.

¿Cómo fue esa transición a los largo de tu trayectoria, desde el repertorio netamente folclórico hasta lo que hoy te caracteriza?

Jujuy es quien se encargó de demostrarme los aerófonos andinos, cuando un día mi papá compró acá en una feria que todavía existe frente de la plaza (El Paseo de los Artesanos), una quena para él. A mí me llamó mucho la atención ese instrumento que de primera una sopla y no suena. Entonces fue un desafío para mí, tanto que eso que cuento fue en un verano que vinimos a Jujuy, y yo en marzo ya estaba inscripta en la Escuela de Música de Cafayate, mi lugar de origen. Y ya era parte del destino, porque también era atípico que en Cafayate existiera una escuela de música que enseñara instrumentos de viento. Ahí empezó mi formación, que primero era netamente folclórica, pero cuando decidí que mi vida era la música, me fui a estudiar en el Conservatorio de la capital salteña. Después, la vida me fue llevando a distintos lugares del mundo, donde pude intercambiar con otros músicos en esos encuentros que ocurren en todas partes, pero que acá les llamamos "guitarreadas". La música provoca esa comunión que rompe barreras de idiomas y el intercambio se produce.

Fui tomando algo de cada lugar, me nutrí de eso, y obviamente llegó un momento en el que quise plasmar todo eso en el escenario para mostrarle al público esos rinconcitos y esos paisajes.

Por eso cuando yo comienzo un show, invito al público a que imaginariamente comencemos un viaje que les voy a ir pintando.

En algún momento a tus presentaciones de solista instrumental, comenzaste a aportarle también tu voz....

Si, hace muy poco en realidad. Es una manera que permite que el oído se quiebre de tanta música instrumental. Sabemos que la música instrumental en Argentina no es comercial, la gente se guía, más por lo que dicen las letras de las canciones, porque culturalmente estamos ligados a la poesía de la música. Mi propuesta, si bien no es sumamente comercial, he tratado de que se vaya adaptando a los cambios sociales y a los festivales grandes que tiene nuestro país que son multitudinarios. En esos festivales, la gente va por un artista y termina viendo a otro que no conocía pero que le gusta, y ahí es donde queríamos insertarnos, y fuimos cambiando repertorio e incorporando la voz. Igual, no soy cantante, soy muy osada, y más diría que soy una simple cantora o decidora de algunos temas que me gustan mucho.

¿Cómo fue tu primera vez ante un público masivo con tu propuesta de música instrumental? ¿Qué es lo que le diste al público para que te acepte con tu arte?

Nosotros, siempre hablo en plural porque me refiero a la banda completa –aclara-, lo charlamos mucho al tema. La idea era llevarle a la gente lo que la gente quería pero al mismo tiempo, procurar que eso sea genuino. A veces es muy sencillo imitar y generar el aplauso del público, que en realidad no aplauden al artista en el escenario, sino que aplauden a esa canción porque les recuerda a otro artista u otro momento. Pero creo que el primer escollo que encontramos fue convencer a quien organiza un festival que esto podía ser interesante para la gente porque pensaban que la música instrumental era aburrida, hasta que nos dieron un espacio y pudimos demostrar que no.

Vos tenés un respeto muy importante por Jujuy ¿cuál es tu sentimiento?

Me siento una osada de tocar quena en Jujuy. Yo considero que Salta pinta la zamba, y Jujuy es quien pinta la música andina dentro de las provincias de nuestro país. Cada provincia va tomando el color de los países con los que limitamos, y para mí Jujuy es sinónimo de música andina, y tiene grandes exponentes de este ritmo y los ha tenido a lo largo de toda su historia. Aparte uno viene, y se respira en el paisaje ese aire andino. Para mí, culturalmente significa muchísimo, porque soy ejecutante de un instrumento que pertenece a la cultura prehispánica que tiene mucha raíz, mucha fuerza y tantísima historia.

La presentación que tenés pensada hacer el próximo 4 de diciembre es diferente a la que hiciste anoche en Apacheta...

Sí, todos los artistas mayormente venimos incorporando varios proyectos paralelos. Independientemente e de mi propuesta con la banda, tengo otra que es de fusión, junto a un queridísimo músico, Guido Bertini, como invitada de él para hacer luego un disco juntos con quena y el instrumento que toca él, que se llama hang. Se trata de un instrumento percutivo melódico. Guido fue baterista de Los Nocheros y hasta hace poco lo fue de Jorge Rojas. Al Tizón venimos a hacer un concierto dialogado, se llama así porque son propuestas musicales en las que damos mucha explicación de lo que hacemos. En este caso, la fusión de hang y quena.

¿Dónde te encontró este año que termina, cómo lo cerrás, y qué se te viene con los festivales de verano?

Hace seis años que venía con giras fuera del país, y este 2015 decidí descansar del exterior, pero sí estuve trabajando en distintos festivales desde enero con Jesús María, Cosquín, Baradero, Cafayate, la Fiesta de la Tonada en Mendoza, del Poncho en Catamarca, y un montón más. Las salidas fuera del país, las postergamos para el próximo año. Este 2016 también vamos a comenzar con todos estos festivales, y salidas a un Encuentro Internacional de Quenistas en México, en Colombia para el Festival del Mono Núñez, y Ecuador, por ahora, que es lo que está confirmado.