El presidente de
Rusia,
Vladimir Putin, firmó un decreto que impone
sanciones económicas a
Turquía en respuesta a las "acciones criminales" de Turquía que el pasado martes derribó un avión militar ruso en la frontera siria, informó ayer el Kremlin en un comunicado oficial.
El decreto, que entrará en vigor el 1º de enero de 2016, prohibe a las empresas rusas contratar a ciudadanos turcos así como la importación de productos de ese país, suspende la política de exención de visados que estaba en vigor desde 2011 y obliga a las empresas turísticas a poner fin a la colaboración con el turismo turco.
El Ministerio de Transporte, a su vez, tiene que garantizar la cancelación de todos los vuelos chárter entre Rusia y Turquía mientras el decreto siga en vigor, informó Russia Today.
En una nueva escalada de tensión que pone en riesgo los intentos de formar una única gran coalición para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI), Moscú cumplió su promesa e hizo efectivas las amenazas contra Turquía.
"El presidente se ha movilizado al máximo, al nivel que exigen las circunstancias. Las circunstancias no tienen precedentes. A Rusia se le ha lanzado un reto sin precedentes", había advertido horas antes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En una entrevista emitida ayer por la televisión rusa, Peskov opinó que la reacción de Rusia "se corresponde" con la magnitud del desafío.
En tanto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó ayer su tristeza por el derribo del avión de guerra y deseó que nunca hubiera sucedido aunque volvió a defender la actuación del Ejército turco y reiteró sus críticas a la actuación de Rusia en Siria. Además repitió su deseo de encontrarse con Putin.
El presidente de
Rusia,
Vladimir Putin, firmó un decreto que impone
sanciones económicas a
Turquía en respuesta a las "acciones criminales" de Turquía que el pasado martes derribó un avión militar ruso en la frontera siria, informó ayer el Kremlin en un comunicado oficial.
El decreto, que entrará en vigor el 1º de enero de 2016, prohibe a las empresas rusas contratar a ciudadanos turcos así como la importación de productos de ese país, suspende la política de exención de visados que estaba en vigor desde 2011 y obliga a las empresas turísticas a poner fin a la colaboración con el turismo turco.
El Ministerio de Transporte, a su vez, tiene que garantizar la cancelación de todos los vuelos chárter entre Rusia y Turquía mientras el decreto siga en vigor, informó Russia Today.
En una nueva escalada de tensión que pone en riesgo los intentos de formar una única gran coalición para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI), Moscú cumplió su promesa e hizo efectivas las amenazas contra Turquía.
"El presidente se ha movilizado al máximo, al nivel que exigen las circunstancias. Las circunstancias no tienen precedentes. A Rusia se le ha lanzado un reto sin precedentes", había advertido horas antes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En una entrevista emitida ayer por la televisión rusa, Peskov opinó que la reacción de Rusia "se corresponde" con la magnitud del desafío.
En tanto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó ayer su tristeza por el derribo del avión de guerra y deseó que nunca hubiera sucedido aunque volvió a defender la actuación del Ejército turco y reiteró sus críticas a la actuación de Rusia en Siria. Además repitió su deseo de encontrarse con Putin.