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Viajó a ver a su equipo y volvió 11 años después

Martes, 03 de noviembre de 2015 21:08

Rudolf Bantle tenía 60 años cuando partió con unos amigos rumbo a Italia en agosto de 2004 para presenciar el partido del Basilea ante el Inter, y a cinco minutos del final del encuentro, que acabó con la victoria del local por 4-1, el fanático se fue al baño, en lo que significó una decisión que tendría un efecto devastador en su vida.

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Rudolf Bantle tenía 60 años cuando partió con unos amigos rumbo a Italia en agosto de 2004 para presenciar el partido del Basilea ante el Inter, y a cinco minutos del final del encuentro, que acabó con la victoria del local por 4-1, el fanático se fue al baño, en lo que significó una decisión que tendría un efecto devastador en su vida.

Tras regresar a las tribunas, el suizo no logró encontrar a sus compañeros de viaje. Con solo 20 euros en el bolsillo y sin teléfono celular, el hincha quedó desamparado en Milán, ciudad en la que vivió los siguientes once años, durmiendo en sus calles y viviendo gracias a la caridad de sus habitantes.

La policía suiza colocó al simpatizante en la lista de personas desaparecidas en 2004 y, sin noticias de él, dio el caso por cerrado en 2011.

Según el diario Schweiz am Sonntag, Bantle ha regresado ahora a su país y vive en un asilo en su nativa Basilea. Como buen fanático, tras la derrota del Basilea ante el Inter, se convirtió en un enfervorizado seguidor del máximo rival de los Nerazzurri, el AC Milan, equipo al que seguía a través de las pantallas de televisión de algunas agencias de apuestas deportivas.

El ejemplo más claro de ello es el que sucedió en uno de sus desafortunados días en Italia, cuando un grupo de estudiantes le regaló una camiseta del "Rossonero" con el nombre del brasileño Kaká en la espalda.

"Era una leyenda en la zona. La historia (de que se perdió en el Estadio) de San Siro circulaba, pero no sabíamos si era verdad o no", aseguró Mazzarelli. "Nunca le gustó hablar de sí mismo. Todo el mundo le quería. La gente le compraba comida y ropa y él ayudaba a la gente cuando podía", agregó el librero.

Bantle declaró al Schweiz am Sonntag que el consumo de cerveza le ayudó a mantenerse "caliente" y recordó: "un tipo me dio un saco de dormir y eso me salvó la vida". Pese a saber que las autoridades suizas le buscaron durante años, Bantle rechazaba regresar a su país, hasta que en una visita al consulado se rompió el fémur en una caída involuntaria.

Tras ese episodio, las autorides suizas ordenaron el traslado de Bantle, quien vive en un asilo local. Con una paga de 300 euros al mes, el histórico hincha advierte que no la pasa mal: "Cada noche me tomo un par de latas de cerveza. Es lo único que me permiten".


Fuente: Mendoza Online