El pontífice visitó después el
campo de refugiados de
Mpoko, que alberga a cerca de 20.000 desplazados por la violencia, en un país donde la ONU estima que cerca de 450.000 personas han huido del conflicto.
"Estamos muy contentos de ver al Papa", dijo Fidele Nodjindorom. "Él sabe las cosas que han pasado en nuestro país y quizás vino a pedirle a Dios que nos salve", añadió.
Por la tarde el
Papa abrió la "Puerta Santa" de la catedral de Bangui, un gesto simbólico tradicional de los Jubileos, que establece que los fieles que pasan por esa puerta ven sus pecados perdonados.
En medio de la actividad: "Ábrenos la puerta de tu misericordia", rezó Francisco, antes de abrir la doble puerta.
El "Jubileo de la Misericordia", que empezará el 8 de diciembre y durará doce meses, se inicia oficialmente con la apertura de la Basílica de San Pedro, pero el Papa quiso realizar un gesto durante su viaje, en el que también lanzó un mensaje de paz.
"A todos aquellos que utilizan injustamente las armas en el mundo, les hago un llamado: dejen estos instrumentos de muerte", dijo el pontífice. "Incluso cuando se desatan las fuerzas del mal, los cristianos deben responder presente, con la cabeza en alto, listos para recibir los golpes en esta batalla donde Dios va a tener la última palabra. Y esta palabra será el amor", añadió.
Los cascos azules de la ONU (10.900 hombres desplegados en todo el país), el contingente militar francés (900 hombres) y la Policía centroafricana organizaron un impresionante dispositivo de seguridad en los lugares por los que transitaría el Papa.
El miércoles pasado, en el avión que lo llevaba a África, Francisco aseguró misteriosamente que había decidido mantener la etapa centroafricana de la gira porque tenía "una razón particular", que revelaría durante su viaje de vuelta. Ante esa declaración la prensa espera expectante sus palabras.
El pontífice visitó después el
campo de refugiados de
Mpoko, que alberga a cerca de 20.000 desplazados por la violencia, en un país donde la ONU estima que cerca de 450.000 personas han huido del conflicto.
"Estamos muy contentos de ver al Papa", dijo Fidele Nodjindorom. "Él sabe las cosas que han pasado en nuestro país y quizás vino a pedirle a Dios que nos salve", añadió.
Por la tarde el
Papa abrió la "Puerta Santa" de la catedral de Bangui, un gesto simbólico tradicional de los Jubileos, que establece que los fieles que pasan por esa puerta ven sus pecados perdonados.
En medio de la actividad: "Ábrenos la puerta de tu misericordia", rezó Francisco, antes de abrir la doble puerta.
El "Jubileo de la Misericordia", que empezará el 8 de diciembre y durará doce meses, se inicia oficialmente con la apertura de la Basílica de San Pedro, pero el Papa quiso realizar un gesto durante su viaje, en el que también lanzó un mensaje de paz.
"A todos aquellos que utilizan injustamente las armas en el mundo, les hago un llamado: dejen estos instrumentos de muerte", dijo el pontífice. "Incluso cuando se desatan las fuerzas del mal, los cristianos deben responder presente, con la cabeza en alto, listos para recibir los golpes en esta batalla donde Dios va a tener la última palabra. Y esta palabra será el amor", añadió.
Los cascos azules de la ONU (10.900 hombres desplegados en todo el país), el contingente militar francés (900 hombres) y la Policía centroafricana organizaron un impresionante dispositivo de seguridad en los lugares por los que transitaría el Papa.
El miércoles pasado, en el avión que lo llevaba a África, Francisco aseguró misteriosamente que había decidido mantener la etapa centroafricana de la gira porque tenía "una razón particular", que revelaría durante su viaje de vuelta. Ante esa declaración la prensa espera expectante sus palabras.