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Se celebra en Argentina el Día del Canillita

Sabado, 07 de noviembre de 2015 01:30
El Día del canillita comenzó a festejarse el 7 de noviembre de 1947, en conmemoración a la fecha de muerte de Florencio Sánchez, dramaturgo uruguayo que dio origen a esta denominación en su obra "Canillita". En ese libro designa así a un chico de piernitas flacas que vendía diarios.
Hasta hace algún tiempo, no se editaban ni se vendían diarios ni revistas en esta jornada. Actualmente, si bien se sigue celebrando, las publicaciones se venden como cualquier otro día.
La primera vez que en Argentina se escuchó vocear a uno de ellos fue el 1° de enero de 1898: "Compre La República", "La República, a medio peso", gritaban, para asombro de los transeúntes. El diario, que había aparecido ese día en Rosario, fue fundado por Lisandro De la Torre, quien acababa de distanciarse de la Unión Cívica Radical (UCR). Este confió la dirección del diario a Manuel Bilbao, quien ideó esa forma de venta directa. Hasta entonces, los periódicos se repartían por suscripción a través del correo, lo que llevaba a leerlos con atraso, a menos que se los buscara en la imprenta. A Bilbao se le ocurrió que la venta ambulante sería un buen negocio para la empresa -el chico cobraba menos que el correo- y para el lector: recibiría el diario en el acto y más barato.
Tan grande fue el éxito, que la competencia copió el sistema de inmediato. Así -en razón de la miseria imperante- surgió un nuevo oficio, aún sin nombre, conformado por cientos de niños y jóvenes que se ofrecían a vocear los títulos en la calle para vender la noticia fresca, con tal de arrimar unos centavos al hogar.
Para acortar el recorrido y llegar antes, los chicos viajaban colgados de la parte trasera de los tranvías: trepándose, llegaban rápido al centro, donde a la salida del teatro y del cabaret las ventas se multiplicaban.
Con el tiempo, aparecieron los primeros puestos callejeros fijos, cuya posta fue preciso disputar a golpes o pagando el favor policial.
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El Día del canillita comenzó a festejarse el 7 de noviembre de 1947, en conmemoración a la fecha de muerte de Florencio Sánchez, dramaturgo uruguayo que dio origen a esta denominación en su obra "Canillita". En ese libro designa así a un chico de piernitas flacas que vendía diarios.
Hasta hace algún tiempo, no se editaban ni se vendían diarios ni revistas en esta jornada. Actualmente, si bien se sigue celebrando, las publicaciones se venden como cualquier otro día.
La primera vez que en Argentina se escuchó vocear a uno de ellos fue el 1° de enero de 1898: "Compre La República", "La República, a medio peso", gritaban, para asombro de los transeúntes. El diario, que había aparecido ese día en Rosario, fue fundado por Lisandro De la Torre, quien acababa de distanciarse de la Unión Cívica Radical (UCR). Este confió la dirección del diario a Manuel Bilbao, quien ideó esa forma de venta directa. Hasta entonces, los periódicos se repartían por suscripción a través del correo, lo que llevaba a leerlos con atraso, a menos que se los buscara en la imprenta. A Bilbao se le ocurrió que la venta ambulante sería un buen negocio para la empresa -el chico cobraba menos que el correo- y para el lector: recibiría el diario en el acto y más barato.
Tan grande fue el éxito, que la competencia copió el sistema de inmediato. Así -en razón de la miseria imperante- surgió un nuevo oficio, aún sin nombre, conformado por cientos de niños y jóvenes que se ofrecían a vocear los títulos en la calle para vender la noticia fresca, con tal de arrimar unos centavos al hogar.
Para acortar el recorrido y llegar antes, los chicos viajaban colgados de la parte trasera de los tranvías: trepándose, llegaban rápido al centro, donde a la salida del teatro y del cabaret las ventas se multiplicaban.
Con el tiempo, aparecieron los primeros puestos callejeros fijos, cuya posta fue preciso disputar a golpes o pagando el favor policial.

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