Un hombre fue detenido ayer luego de ingresar a la comisaría séptima de la localidad bonaerense de Lomas de San Isidro y atacar, robarle el arma y mantener en cautiverio durante unos minutos a la única efectivo que se encontraba en el lugar.
Según dijeron fuentes policiales, el hombre llegó a la seccional policial en un aparente ataque de nervios y a los gritos expresó que había sido víctima de un secuestro, por lo que necesitaba ayuda para comunicarse con sus familiares. Tras intercambiar unas palabras con la única mujer policía que se encontraba en el lugar, el sujeto arrebató el arma reglamentaria de la efectivo y luego la atacó propinándole una salvaje golpiza. Pero el sujeto no se detuvo allí sino que, según fuentes policiales, le apuntó con el arma a la efectivo y le gatilló tres veces en la cabeza, aunque afortunadamente los disparos no salieron porque estaba puesto el seguro.
El agresor retuvo a la mujer policía durante unos 40 minutos y cortó las líneas telefónicas para impedir que la víctima pudiera intentar comunicarse para pedir colaboración a sus compañeros de trabajo. Finalmente, la víctima pudo escapar y corrió hasta un kiosco de diarios cercano donde pidió ayuda a patrullas que recorrían la zona, que lograron inmovilizar al agresor.
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Un hombre fue detenido ayer luego de ingresar a la comisaría séptima de la localidad bonaerense de Lomas de San Isidro y atacar, robarle el arma y mantener en cautiverio durante unos minutos a la única efectivo que se encontraba en el lugar.
Según dijeron fuentes policiales, el hombre llegó a la seccional policial en un aparente ataque de nervios y a los gritos expresó que había sido víctima de un secuestro, por lo que necesitaba ayuda para comunicarse con sus familiares. Tras intercambiar unas palabras con la única mujer policía que se encontraba en el lugar, el sujeto arrebató el arma reglamentaria de la efectivo y luego la atacó propinándole una salvaje golpiza. Pero el sujeto no se detuvo allí sino que, según fuentes policiales, le apuntó con el arma a la efectivo y le gatilló tres veces en la cabeza, aunque afortunadamente los disparos no salieron porque estaba puesto el seguro.
El agresor retuvo a la mujer policía durante unos 40 minutos y cortó las líneas telefónicas para impedir que la víctima pudiera intentar comunicarse para pedir colaboración a sus compañeros de trabajo. Finalmente, la víctima pudo escapar y corrió hasta un kiosco de diarios cercano donde pidió ayuda a patrullas que recorrían la zona, que lograron inmovilizar al agresor.