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24 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Su vida es una copla modelada en arcilla con esencia quebradeña... con alma libre

Lunes, 09 de noviembre de 2015 01:30
SOLA EN PURMAMARCA BARBARITA, LA DAMA SOLITARIA EN EL PATIO DE SU CASA 
TIEMPO DE AMIGOS. ARTESANA DE LOS CERROS COMPARTIENDO JUNTO A DON ATAHUALPA Y UN AMIGO MUSICO
RECONOCIDA POR LA INSTITUCIONES A NIVEL MUNDIAL, PERO ELLA PREFIERE EL PERFIL BAJO

El viento frío en un atardecer de cielo vivo de rojizo intenso y las callecitas de tierra, se abrían camino en medio de cerros pintados de colores, en plena Purmamarca.

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El viento frío en un atardecer de cielo vivo de rojizo intenso y las callecitas de tierra, se abrían camino en medio de cerros pintados de colores, en plena Purmamarca.

Allí en el mismo lugar donde el tiempo se detuvo y las piedras laten en el paisaje de lanas de llama, donde el barro primitivo se secó en casas y ollas y lo auténtico perdura... Allí en aquél pueblo donde la arcilla florece en artesanías nuevas y el folclore palpita en canciones desparramando cultura, vive la musa de zambas y tesoro humano vivo, más amado por el mundo.

Barbarita Cruz es la hija predilecta de la Quebrada. Es una zamba de aire coqueto, con perfume de rosas y por la vida, modelada como una pieza única, hecha de arcilla y espíritu inquieto, libre. Así es "Jujuy mujer", aquella dueña de una vida simple, de enseñanza e historias y matices distintos, pero con un ángel de luz propia casi divina que logró transformar todo a su paso.

Ella nos abrió las puertas de su hogar con una dulzura noble y andar pausado. "Cuando una tiene mucha edad, se vuelve como chiquilina. Eso me pasa. No veo muy bien, ni escucho muy bien pero sí puedo decir que la vida me enseñó mucho" decía Barbarita mientras era guía hasta llegar a su living de maderas oscuras y tonos bordó.

En ese pedacito de museo milenario y por entero colonial, nos prestó su voz y su nos relató parte de su historia. Una vida colmada de distinciones, cuadros y regalos, que serían acaso obsequios como símbolo de agradecimiento colectivo a su obra.

Y es que en condiciones adversas, ella dedicó su vida a revalorizar las tradiciones ancestrales y la pero antes que nada a reivindicar la importancia de la tierra y el ser kolla.

Barbarita es una maestra que en silencio enseñó, sobre todas las cosas. Fue en su vida como un puente que transmitió el saber a las nuevas generaciones y llevó consigo ese don a todas las artes. Logró pintar y modelar con arcilla; escribió y cantó numerosas coplas; refugió en su hogar a grandes artistas y siempre se caracterizó por hacer de la libertad su filosofía de vida.

Así es como esta solitaria dama dedicó su vida al arte y a la enseñanza. Su vida es una copla modelada en arcilla con esencia quebradeña de alma libre, rebelde... como el viento.
Cautivada desde niña por la copla, nos contó que le llamó mucho la atención aquellos versitos prolijos, de canto breve, pero profundos al mismo tiempo.

"Descubrí lo auténtico del pueblo con la copla desde que nací en esta casa, de mis abuelos maternos. Después nos fuimos a Jujuy, hice primaria en la Escuela Belgrano y después había la Escuela de Manualidades, donde se enseñaba dibujo y otras cosas. Pero nunca me olvidé de Purmamarca" anticipaba Barbarita, como diciendo que llevó en su corazón el amor por su tierra.

"Me gustaba mucho ir a la escuela y estudié dibujo porque me encantaban los colores con una profesora que era de Tilcara, de apellido Álvarez Prado después y me recibí en la Escuela de Manualidades" comentaba Barbarita, tan referente del acervo kolla como musa inspiradora de innumerables poetas.

Muchas palabras pueden definirla pero tal vez todas queden pequeñas con lo que significa su vida de enseñanza y ese abocarse al arte de manera íntegra, respetándolo en todas sus ramas y describiéndolo como la forma de expresión más pura del ser humano o como una herramienta muy importante para poder difundir y preservar la cultura.
Ella concedió una tardecita, así como podría haber sido a cualquier artista o músico o amigo y reveló algunos detalles de su juventud, de lo que significa ser maestra, de la importancia de aprender, de su perseverancia constante en dar la mano y ayudar a la gente desde su lugar.

"A los 18 años y después a eso de los 20, me han nombrado en Tumbaya como maestra ayudante y enseñaba todas las materias especiales. Ahí trabajé cinco años y después me trasladaron a Jujuy, ahí estuve en la Escuela Primaria "Juanita Stevens" y después en el Colegio del Salvador. Así que mientras trabajaba, aprendía todo lo que podía" contaba la artesana por excelencia en cerámica y arcilla. Así, sus manos acariciaron el barro de mil maneras, como lo hacían los nativos en tiempos milenarios. "Mucho antes de nacer ya se sabía que aquí, había muy buena arcilla. Veníamos aquí en el verano, en el invierno, nos íbamos a Jujuy. Hasta que murió mi mamá, de ahí en más yo le enseñaba a la gente a modelar, le enseñaba a hacer cosas con toda la materia prima que hay aquí, para aprovechar y eso fue muy bueno" decía Barbarita.

Y es que con arcilla, uno se moja mucho, muchísimo. Se empapa de saber y la comunicación con la tierra es otra cosa, es fluida.

Con voz pausada relata que también pintaba, pero que dejó de hacerlo porque le gustaba más enseñar que aprender. "A la gente no le gustaba mucho al principio, pero con el tiempo logramos crear en la Escuela Pedro Goyena, un taller de artesanía y ahí creció la actividad" recordó.

Primero enseñaba el sistema primitivo sobre cómo hacer las arcillas y prepararlas. Después el asunto de trabajar con agua. "Ese taller lo traje aquí, a mi casa. Venía la gente a aprender aquí, pero no podía cobrar, todo era gratuito, libre" decía. Ese mismo taller que sigue funcionando hoy pero se desprendió de su casa para crecer en el pueblo. "Una de las profesoras que enseña, ha sido alumna mía, que venía aquí todos los días, mañana y tarde para aprender. Ahora ella enseña. De eso se trata la vida. La vida es linda" comentó Barbarita, que luego con un dejo de nostalgia afirmara que eso fue mucho antes de que en Purmamarca, todo se hiciera comercial.

No obstante, su mirada cobró un nuevo brillo. Y fue al momento de mencionar a su compañera noble de toda la vida, la arcilla.

"Yo enseñé mucho la artesanía. Las cosas que se ven aquí no son todas mías, algunas sí, otras son de profesores, de alumnos, de amigos, pero en realidad me dedicaba mucho a enseñar a la gente, para que ellos tengan un medio en la vida" expresaba la artesana de los cerros que con gran humildad dejó en claro que no le interesan los reconocimientos. "Me agrada lo que hago porque lo siento, porque es algo natural en mí. Sólo me basta con estar conforme con lo que hago para la gente, para enseñar. Eso me conforma y me tranquiliza mucho" decía esta mujer que es leyenda viva, multipremiada y distinguida por la Unesco como Tesoro Humano Vivo y por, sobre todo, orgullo jujeño.

Una mujer que dedicó alma y vida a la enseñanza, dejó en claro que el arte en su vida lo es todo. También aseguró que en realidad, todo está creado pero que los artistas sólo recrean eso creado. Aún así, no se siente artista, sino un ser humano común que gusta del arte de enseñar. "Al hacer cosas que sean útiles para la gente, me siento satisfecha pero no soy artista. Han puesto mi nombre a una galería de artistas pero yo no quería, porque hay gente que ha trabajado mucho más como artista. Yo sólo me dediqué a enseñar" dijo con tono sencillo, la coplera de Purmamarca. Y es que las coplas la acompañaron siempre. "Aquí en el norte se acostumbra mucho al canto, sólo que ahora ha cambiado, con la tonada pero el origen es español" nos decía como evocando sus años de juventud en las escuelas de Jujuy. Barbarita nos hizo ver la simpleza propia de su alma libre en una entrevista a corazón abierto. "Me considero una persona como cualquiera, no soy un patrimonio. Soy una persona que ha hecho lo que ha podido para ayudar a la gente" aseguró y con una sonrisa cerró diciendo, "No es la vida tan triste como dice la gente, no? tengo muchas coplas todavía por cantar" contaba la inspiración de poetas eternos, después de recordar algunas de las anécdotas que se revelan desde sus cuadros colgados en la pared y que por cierto, vivirán en ella para siempre.

 

 

 

 

 

 

La copla

 

Me dicen que canto triste

como el canto del cacuy,

así es el canto de mi tierra

de mi tierra de Jujuy.

 

 

 

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