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Obama pidió levantar el embargo a los cubanos

Viernes, 18 de diciembre de 2015 01:30
BARACK OBAMA / EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS URGIÓ AL CONGRESO LEVANTAR EL EMBARGO A CUBA.
El presidente de EEUU, Barack Obama, volvió ayer a urgir al Congreso a que levante el bloqueo a Cuba, porque es "el legado de una política fallida", a un año del deshielo entre ambos países, el Departamento de Estado anunció que se llegó a un acuerdo diplomático para restablecer los vuelos comerciales con la isla.
Obama reiteró también, en un comunicado, que el "cambio" en Cuba no ocurrirá "de la noche a la mañana" y que la normalización completa de las relaciones "será un largo viaje".
Agregó que gracias al giro en la política hacia Cuba, Estados Unidos está "en una posición más fuerte" para relacionarse "con los pueblos y Gobiernos" de todo el continente.
En esa misma dirección, el mandatario estadounidense aclaró hace tres días que si "va de visita (a Cuba), parte del trato es que voy a poder hablar con todo el mundo", en alusión a la disidencia, porque, aclaró, "no estoy interesado en validar el statu quo" en la isla.
Anunciaron también el restablecimiento de los servicios aéreos regulares entre los dos países después de 50 años.
El 17 de diciembre de 2014, Obama y su homólogo de Cuba, Raúl Castro, anunciaron el inicio de un proceso histórico para normalizar las relaciones bilaterales, tras más de medio siglo de enfrentamiento político, diplomático y militar, así como de bloqueo comercial a la isla.
Tras varias reuniones y negociaciones, en julio pasado se logró reabrir las embajadas de Cuba en Washington y las de Estados Unidos en La Habana. Pero todavía quedan cuestiones muy complejas por resolver como las compensaciones económicas que Washington reclama por la expropiaciones de sus empresas al inicio de la revolución y Cuba por los costos del bloqueo de más de medio siglo, y también persisten importantes diferencias entre los dos países en asuntos como inmigración y derechos humanos.
En cuanto al embargo económico sobre la isla, aunque Obama ha tomado medidas ejecutivas para flexibilizar los viajes y algunas transacciones comerciales, su levantamiento completo depende del Congreso estadounidense, controlado hoy en su totalidad por los republicanos, que se oponen mayoritariamente a su eliminación. Según remarcó ayer Obama, el Congreso de EEUU "puede apoyar una vida mejor para los cubanos" con el levantamiento de ese embargo.
El senador demócrata Patrick Leahy, uno de los actores fundamentales en el acercamiento entre ambos países, aseguró ayer que solo "un pequeño grupo de legisladores" del Congreso estadounidense "vive en el pasado" y la mayoría reconoce la necesidad de levantar el embargo.
Precisamente, el miércoles varios congresistas anunciaron la creación de un grupo especial de trabajo para Cuba, en el que legisladores de ambos partidos (Republicanos y Demócratas) esperan abordar nuevas políticas que contribuyan a los intereses de Estados Unidos, algo que para Leahy es una razón más "para el optimismo".
Mientras tanto, la Casa Blanca no quiere dejar pasar la gran oportunidad de acabar con el conflicto diplomático más enquistado del continente americano.

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El presidente de EEUU, Barack Obama, volvió ayer a urgir al Congreso a que levante el bloqueo a Cuba, porque es "el legado de una política fallida", a un año del deshielo entre ambos países, el Departamento de Estado anunció que se llegó a un acuerdo diplomático para restablecer los vuelos comerciales con la isla.
Obama reiteró también, en un comunicado, que el "cambio" en Cuba no ocurrirá "de la noche a la mañana" y que la normalización completa de las relaciones "será un largo viaje".
Agregó que gracias al giro en la política hacia Cuba, Estados Unidos está "en una posición más fuerte" para relacionarse "con los pueblos y Gobiernos" de todo el continente.
En esa misma dirección, el mandatario estadounidense aclaró hace tres días que si "va de visita (a Cuba), parte del trato es que voy a poder hablar con todo el mundo", en alusión a la disidencia, porque, aclaró, "no estoy interesado en validar el statu quo" en la isla.
Anunciaron también el restablecimiento de los servicios aéreos regulares entre los dos países después de 50 años.
El 17 de diciembre de 2014, Obama y su homólogo de Cuba, Raúl Castro, anunciaron el inicio de un proceso histórico para normalizar las relaciones bilaterales, tras más de medio siglo de enfrentamiento político, diplomático y militar, así como de bloqueo comercial a la isla.
Tras varias reuniones y negociaciones, en julio pasado se logró reabrir las embajadas de Cuba en Washington y las de Estados Unidos en La Habana. Pero todavía quedan cuestiones muy complejas por resolver como las compensaciones económicas que Washington reclama por la expropiaciones de sus empresas al inicio de la revolución y Cuba por los costos del bloqueo de más de medio siglo, y también persisten importantes diferencias entre los dos países en asuntos como inmigración y derechos humanos.
En cuanto al embargo económico sobre la isla, aunque Obama ha tomado medidas ejecutivas para flexibilizar los viajes y algunas transacciones comerciales, su levantamiento completo depende del Congreso estadounidense, controlado hoy en su totalidad por los republicanos, que se oponen mayoritariamente a su eliminación. Según remarcó ayer Obama, el Congreso de EEUU "puede apoyar una vida mejor para los cubanos" con el levantamiento de ese embargo.
El senador demócrata Patrick Leahy, uno de los actores fundamentales en el acercamiento entre ambos países, aseguró ayer que solo "un pequeño grupo de legisladores" del Congreso estadounidense "vive en el pasado" y la mayoría reconoce la necesidad de levantar el embargo.
Precisamente, el miércoles varios congresistas anunciaron la creación de un grupo especial de trabajo para Cuba, en el que legisladores de ambos partidos (Republicanos y Demócratas) esperan abordar nuevas políticas que contribuyan a los intereses de Estados Unidos, algo que para Leahy es una razón más "para el optimismo".
Mientras tanto, la Casa Blanca no quiere dejar pasar la gran oportunidad de acabar con el conflicto diplomático más enquistado del continente americano.

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