Muerte del fiscal Nisman
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Muerte del fiscal Nisman
La noticia conmocionó al país. La muerte del fiscal Alberto Nisman es un capítulo negro en la historia argentina, que hoy sigue sin resolverse. ¿Lo mataron o se suicidó? La Justicia tiene que esclarecer el caso para que los argentinos volvamos a creer.
Todo comenzó el domingo 18 de enero, a las 23.35, cuando el periodista del diario Buenos Herald, Damián Patcher, escribió en su cuenta de Twitter: "Me informaron sobre un incidente en la casa del fiscal Alberto Nisman".
En un departamento de las torres Le Parc de Puerto Madero, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el abogado de 51 años fue hallado muerto con un disparo en la cabeza. El mundo entero habla del tema.
Se desempeñaba como fiscal en la investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), que en 1994 se llevó la vida de 85 personas.
Nisman se encontraba en la mira del servicio de inteligencia argentino y también era "observado" por espías de Estados Unidos, Irán e Israel, se supo meses después.
En mayo de 2008 pidió, en el marco de la causa Amia, la detención del expresidente Carlos Menem y del exjuez Juan José Galeano. Según un cable de la diplomacia estadounidense que reveló WikiLeaks, el fiscal buscó "congraciarse con la expresidenta Cristina Kirchner mediante la persecución de sus enemigos políticos". En ese momento mantenía buena relación con el matrimonio presidencial, en particular con el exmandatario Néstor Kirchner.
Nisman se alejó del Gobierno a medida que comenzó a trascender el polémico memorándum con Irán. A tal punto que el mientras el Gobierno defendía su política hacia Teherán, presentó un dictamen en mayo de 2013 en el que acusó a Irán de infiltrarse en países de América latina para fomentar actos terroristas. También denunció a la expresidenta Fernández de Kirchner y otros funcionarios por el acuerdo.
La fiscal Viviana Fein se puso al frente de la investigación y sus pocas felices declaraciones, tras la pericia de búsqueda de restos de pólvora en las manos del fallecido fiscal, abrieron las polémicas. "Lamentablemente dio negativo", afirmó, pero aclaró de inmediato "no es un resultado inesperado, ya que el calibre pequeño del arma, calibre 22, no permite que el barrido electrónico dé un resultado positivo, es un tema técnico". Por otro lado, Fein llamó a declarar al exdirector de contrainteligencia, Antonio "Jaime" Stiuso, quien habló "en reiteradas oportunidades" justo el día antes de la muerte.
Nisman había comentado que ya no confiaba en su custodia. Era un momento determinante para su carrera, ya que debía exponer en el Congreso por qué había denunciado a Cristina y sus funcionarios. Nunca pudo hacerlo y los motivos se fueron a la tumba con él. Desde el oficialismo se afirmó que era "una operación montada por sectores del Poder Judicial y los servicios de inteligencia".
Fein emitió un breve comunicado en el cual comunicó que "ya se recibió la declaración testimonial del Ingeniero Alberto Stiuso. Dicho acto fue debidamente notificado a las partes". Luego Stiuso se fue del país, aduciendo que fue amenazado de muerte, según sus abogados.
Después apareció en escena Diego Lagomarsino, el asesor informático de Nisman y quien le prestó la pistola Bersa calibre 22 que mató al fiscal.
Al principio se mostró compungido por el deceso de su jefe. Pero a medida que avanzaba la causa sorprendió señalando que debía entregarle parte de su sueldo.
En una entrevista televisiva declaró que "perdí siete kilos, hay días que estoy mal y no puedo superar esto. Decidí exponerme porque tengo que limpiar mi imagen".
Lagomarsino aseguró que intentó convencer a Nisman para no entregarle el arma: "Me preguntó si tenía un arma, y me 'flasheó'. Nunca esperé una pregunta como esa. Sinceramente mi intención fue evitar dársela, le conté que hace mucho que no se usaba y que podía fallar. Pero me dijo que ya no confiaba ni en su custodia".
"Nunca pensé en la posibilidad de que se suicidara", sostuvo previo a prestarle el arma.
Marchas de silencio
Simultáneamente se realizaron marchas de silencio en varias provincias. También aparecieron fotos de Nisman en fiestas y en bellas playas con jóvenes modelos, con la firme intención de dañar su imagen. La exesposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, actúa de querellante en la causa y no tiene duda: "lo mataron". Por su parte, después de alimentar la hipótesis del suicidio, la expresidente Cristina Kirchner dijo estar convencida que se trataba de un crimen, y desde el Gobierno responsabilizaron a Stiuso. Antes, la exmandataria había sembrado sospechas sobre Lagomarsino.
Se desarticuló el Servicio de Inteligencia del Estado y el actual presidente Mauricio Macri anulaba el memorándum de entendimiento con Irán. Mientras que en diciembre la jueza Fabiana Palmaghini apartó a la fiscal Viviana Fein. Ahora falta cerrar la herida que implicó la muerte del fiscal Nisman. La Justicia tiene la palabra.