Un hombre fue baleado en un brazo cuando forcejeó con dos delincuentes armados que ingresaron a robar a su vivienda, en el barrio porteño de Caballito.
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Un hombre fue baleado en un brazo cuando forcejeó con dos delincuentes armados que ingresaron a robar a su vivienda, en el barrio porteño de Caballito.
El hecho se registró ayer a la tarde, alrededor de las 13.15, donde el propietario y su hijo fueron abordados por los ladrones, quienes luego de encontrar resistencia y de efectuar un disparo escaparon en el vehículo en el que habían llegado.
Todo comenzó cuando dos delincuentes asaltaron el inmueble con un juego de llaves con el que abrieron la reja y la puerta de ingreso.
Al entrar, los delincuentes se toparon en la cocina con un joven de 23 años, a quien maniataron con precintos plásticos.
En ese momento, el padre del muchacho, de 63 años, regresó a su vivienda, donde se encontró con su hijo reducido y los ladrones tomando distintos objetos de valor.
Ante esa situación, el propietario comenzó a forcejear con uno de los asaltantes, quien en una de sus manos tenía una pistola.
Según las fuentes, el hijo que estaba maniatado rompió los precintos y se trenzó en lucha con el otro delincuente, mientras que su padre recibió un balazo en el brazo que quedó alojado en la cintura.
Ambos delincuentes escaparon sin robar nada a bordo de un Ford Fiesta blanco en el que los aguardaba un tercer cómplice.
En tanto, la víctima fue trasladada de por una ambulancia del Same al Hospital Álvarez, donde permanecía internada pero fuera de peligro.
Efectivos de la comisaría 13º. fueron alertados por el asalto e iniciaron un operativo para dar con el vehículo en el que huyeron los delincuentes. Además, el personal realizaba un relevamiento en la zona para encontrar cámaras de seguridad que hayan captado el momento del ataque.
Los investigadores creen que no fue un asalto al voleo ya que de alguna manera consiguieron las llaves de la casa. Una de las posibilidades es que uno de los integrantes de la familia constituida por un matrimonio y dos hijos de 27 y 23 años perdieron ese juego de llaves.