Un hombre que dio en alquiler su propiedad, pide a la Justicia que actúe de forma inmediata para desalojar a su inquilino que hace dos años dejó de pagarle, lo amenazó de muerte y ocupa el inmueble como un taller de chapa y pintura.
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Un hombre que dio en alquiler su propiedad, pide a la Justicia que actúe de forma inmediata para desalojar a su inquilino que hace dos años dejó de pagarle, lo amenazó de muerte y ocupa el inmueble como un taller de chapa y pintura.
Se trata de Carlos Pérez, un hombre dueño de una casa ubicada en la calle Alberro 1070 del barrio San Pedrito, que por cuestiones personales, tuvo que emigrar hasta la provincia de San Luis junto a su familia.
"Me quedé sin trabajo y fui a probar suerte en otra provincia, tuve que llevarme a mi familia porque acá no tenía oportunidades, y enmendé a mi padre que se hiciera cargo de cobrar la cuota del alquiler. Cuando se venció el contrato de locación, hace ya un tiempo, el inquilino optó por dejar de abonar la mensualidad y cuando mi padre que es muy mayor de edad, iba a cobrarle, lo agredía verbalmente", contó Pérez.
"No entiendo cómo actúa la Justicia en mi provincia, la casa que reclamo la compré con mucho esfuerzo, no es una vivienda del gobierno, tengo todos los impuestos pagos al día, tengo en mis manos la escritura de la casa y aún así, desde Tribunales me dijeron que no puedo hacer nada al respecto", porque me ausenté de mi provincia en busca de trabajo, alquilando mi vivienda mediante un contrato firmado por un escribano.
Otra mayor preocupación que expuso el hombre fue que los vecinos, le reclamaron que la calle está ocupada por vehículos en desuso, propensa a que permanezcan alimañas y que el hombre es muy maleducado ante los repetitivos reclamos.
Pérez tiene hecha más de tres denuncias ante esta situación, "la última la realicé en la Brigada de Investigaciones porque desde la seccional 6º, nunca iniciaron las investigaciones sobre el hecho", contó Pérez.
"Hace dos meses que regresé de San Luís con toda mi familia porque quedé sin trabajo, y no puedo ocupar mi propia casa porque una mujer que me atendió en Tribunales me dijo que el hombre al vivir con su familia tiene más derechos, como si mi mujer, mis hijos y mi nieta fueran animales. El hombre es mecánico, tiene una fuente de trabajo y no paga el alquiler, y encima cuando fui a verlo, me amenazó de muerte".
"Es por eso que llamo a la sensibilidad de los fiscales que intervienen en la causa, porque no tengo donde vivir, aún no conseguí trabajo y mi casa está usurpada y al parecer, las leyes funcionan para el delincuente y no para las personas de bien", concluyó.