El consumo de la carne ya no es el mismo desde hace tiempo, y en la última semana experimentó un gran cimbronazo en los bolsillos, ya que su precio se incrementó entre 30 % y 40 %. Los carniceros vaticinan que a finales de esta semana aumentará un 10 % más, y aseguran que la venta bajó casi en un 50 %, no hay reservas para la mesa navideña, mientras los compradores aseguran que varían los alimentos y bajaron el consumo.
"La otra semana subió en Jujuy, con el proveedor que yo tengo, un golpecito fuerte del 20, 25 %, el lomo está ahora a 155 pesos y estaba a 125 pesos. Se vende lo que viene, media res que yo compraba a 4.800 ahora está a 6.500 pesos y si son grandes 7.000 me sale cada media res que viene de Buenos Aires y Santa Fe", afirmó Luis Sibila, propietario de una carnicería céntrica.
Las ventas bajaron un 50 % por los aumentos excesivos y causa incertidumbre ante las fiestas de fin de año.
A raíz del aumento, la demanda en esa carnicería céntrica cambió y de hecho asegura que mientras algunos clientes solían solicitar un peceto entero, ahora llevan la mitad porque completo cuesta 350 pesos.
La esperada demanda previa a las fiestas también se vio afectada, ya que en esa carnicería no aparecieron los proveedores de lechón y tampoco hubo reservas.
Sucede que sólo en algunas carnicerías el listado reflejaba el incremento de precios, y exponía bola de lomo a 117.59 pesos, colita de cuadril 154, costillas 212, cuadrada 117, filet 154, lomo 154, nalga 125, paleta 109, peceto 154, picana 129, puchero 12, puchero especial 38.90, sobaco 94, tapa de asado 109 y tapa de nalga 99 pesos.
"Más o menos tenemos un aumento del 30 % y esto no tiene freno. Recibimos los retos y no sé qué vamos hacer, bajó un 50 % las ventas", afirmó por su parte Reynaldo Chavez, de una carnicería del Mercado Central, aseguró que en el año el incremento fue del 70 %.
En tanto, Rosa de Jeréz, de otro puestos de carne del mismo mercado, dijo que "es muy difícil determinar precios para el público porque si la otra semana tenía un precio con un 40 % de aumento y ahora viene un aumento, no se puede", afirmó.
El precio de la carne del año pasado hasta ahora habría aumentado un 70 % y el más fuerte fue el último de un 40 %.
Aseguró que en contacto con sus pares de Salta encontró que la situación es similar y se desconoce lo que sucederá en días previos a las fiestas.
No obstante, todos coincidieron que la provisión es fluida desde el Sur, aunque según el analista del mercado cárnico en los medios, Ignacio Iriarte, explicó que uno de los factores es la época del año, la inminencia de la devaluación, la cantidad que se dispone y la cantidad de compradores desde lejos por la seguridad de la hacienda de Liniers, que es referencia de precios donde se comercializa sólo el 15%.
Explicó además que los productores reponen y es cara y escasa, alrededor de 3 dólares por kilo vivo. Eligen no vender y que su ganado siga ganando kilos ya que noviembre y diciembre son los meses de menor cantidad de invernada. Se sumaría el tema impositivo, ya que en esta época del año los productores no venden para pasar sus ventas al ejercicio del año que viene de modo de no aumentar las ventas y el monto de facturación.
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El consumo de la carne ya no es el mismo desde hace tiempo, y en la última semana experimentó un gran cimbronazo en los bolsillos, ya que su precio se incrementó entre 30 % y 40 %. Los carniceros vaticinan que a finales de esta semana aumentará un 10 % más, y aseguran que la venta bajó casi en un 50 %, no hay reservas para la mesa navideña, mientras los compradores aseguran que varían los alimentos y bajaron el consumo.
"La otra semana subió en Jujuy, con el proveedor que yo tengo, un golpecito fuerte del 20, 25 %, el lomo está ahora a 155 pesos y estaba a 125 pesos. Se vende lo que viene, media res que yo compraba a 4.800 ahora está a 6.500 pesos y si son grandes 7.000 me sale cada media res que viene de Buenos Aires y Santa Fe", afirmó Luis Sibila, propietario de una carnicería céntrica.
Las ventas bajaron un 50 % por los aumentos excesivos y causa incertidumbre ante las fiestas de fin de año.
A raíz del aumento, la demanda en esa carnicería céntrica cambió y de hecho asegura que mientras algunos clientes solían solicitar un peceto entero, ahora llevan la mitad porque completo cuesta 350 pesos.
La esperada demanda previa a las fiestas también se vio afectada, ya que en esa carnicería no aparecieron los proveedores de lechón y tampoco hubo reservas.
Sucede que sólo en algunas carnicerías el listado reflejaba el incremento de precios, y exponía bola de lomo a 117.59 pesos, colita de cuadril 154, costillas 212, cuadrada 117, filet 154, lomo 154, nalga 125, paleta 109, peceto 154, picana 129, puchero 12, puchero especial 38.90, sobaco 94, tapa de asado 109 y tapa de nalga 99 pesos.
"Más o menos tenemos un aumento del 30 % y esto no tiene freno. Recibimos los retos y no sé qué vamos hacer, bajó un 50 % las ventas", afirmó por su parte Reynaldo Chavez, de una carnicería del Mercado Central, aseguró que en el año el incremento fue del 70 %.
En tanto, Rosa de Jeréz, de otro puestos de carne del mismo mercado, dijo que "es muy difícil determinar precios para el público porque si la otra semana tenía un precio con un 40 % de aumento y ahora viene un aumento, no se puede", afirmó.
El precio de la carne del año pasado hasta ahora habría aumentado un 70 % y el más fuerte fue el último de un 40 %.
Aseguró que en contacto con sus pares de Salta encontró que la situación es similar y se desconoce lo que sucederá en días previos a las fiestas.
No obstante, todos coincidieron que la provisión es fluida desde el Sur, aunque según el analista del mercado cárnico en los medios, Ignacio Iriarte, explicó que uno de los factores es la época del año, la inminencia de la devaluación, la cantidad que se dispone y la cantidad de compradores desde lejos por la seguridad de la hacienda de Liniers, que es referencia de precios donde se comercializa sólo el 15%.
Explicó además que los productores reponen y es cara y escasa, alrededor de 3 dólares por kilo vivo. Eligen no vender y que su ganado siga ganando kilos ya que noviembre y diciembre son los meses de menor cantidad de invernada. Se sumaría el tema impositivo, ya que en esta época del año los productores no venden para pasar sus ventas al ejercicio del año que viene de modo de no aumentar las ventas y el monto de facturación.