La artista afirma que estas obras fusionan las divinidades femeninas del imaginario de América Latina: la
Pachamama (Madre Tierra) y la Virgen María, estrechamente unidas las dos, para expresar en formas y colores, deidades protectoras del hombre, la fauna, la flora, la naturaleza americana.
Junto a Las Mamitas hay una bella historia de vida que fue creciendo en sabiduría y entrega: la niña ensortijada vistiendo y adornando las muñecas que le regalaba mamá; la jovencita deslumbrada por el arte colonial americano, creando y materializando diosas de nuestras yungas y lejanos lugares; la madre luminosa que descubrió en el hijo, el amor dulce, generoso, sin límites de su propia madre y la Madre de Dios.
Cecilia Espinoza ha recorrido senderos y montes, las márgenes del río San Lorenzo, las lomas y los cerros cercanos para recoger caracoles, semillas, raíces y piedras; para combinarlos con telas, colores, lanas, hilos, masilla, metales y vidrios; para pintar, dibujar, modelar en papel y resina.
La artista ramaleña tiene la sensibildiad para ensamblar con amor estas Mamitas.
Esta explosión de formas y colores nos retrotraen al viejo poema indio: "El mundo está lleno de vida y sabiduría", y se presentarán en su lugar de orgen, Ledesma.
La artista afirma que estas obras fusionan las divinidades femeninas del imaginario de América Latina: la
Pachamama (Madre Tierra) y la Virgen María, estrechamente unidas las dos, para expresar en formas y colores, deidades protectoras del hombre, la fauna, la flora, la naturaleza americana.
Junto a Las Mamitas hay una bella historia de vida que fue creciendo en sabiduría y entrega: la niña ensortijada vistiendo y adornando las muñecas que le regalaba mamá; la jovencita deslumbrada por el arte colonial americano, creando y materializando diosas de nuestras yungas y lejanos lugares; la madre luminosa que descubrió en el hijo, el amor dulce, generoso, sin límites de su propia madre y la Madre de Dios.
Cecilia Espinoza ha recorrido senderos y montes, las márgenes del río San Lorenzo, las lomas y los cerros cercanos para recoger caracoles, semillas, raíces y piedras; para combinarlos con telas, colores, lanas, hilos, masilla, metales y vidrios; para pintar, dibujar, modelar en papel y resina.
La artista ramaleña tiene la sensibildiad para ensamblar con amor estas Mamitas.
Esta explosión de formas y colores nos retrotraen al viejo poema indio: "El mundo está lleno de vida y sabiduría", y se presentarán en su lugar de orgen, Ledesma.