Desde su nacimiento que es furor, todo el mundo quiere (y muchos tienen) su palo de selfies. Sirve, como su nombre lo indica, para sacarse fotos a unos mismo, pero facilitando la tarea, a diferencia de si uno simplemente aleja el móvil para autorretratarse haciendo lo que sea. El palo de selfies es más estable y abarca más superficie en imagen.
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Desde su nacimiento que es furor, todo el mundo quiere (y muchos tienen) su palo de selfies. Sirve, como su nombre lo indica, para sacarse fotos a unos mismo, pero facilitando la tarea, a diferencia de si uno simplemente aleja el móvil para autorretratarse haciendo lo que sea. El palo de selfies es más estable y abarca más superficie en imagen.
Pero no todo el mundo piensa que es la gloria. Los museos, para dar un ejemplo. El conglomerado de instituciones artísticas australianas se puso de acuerdo y prohibió la utilización del artefacto en sus salas. Salas como la National Gallery of Victoria, la National Gallery of Australia in Canberra o la National Portrait Gallery dijeron basta a miles de turistas revoleando dichos palos de golf en sus salas, aunque nada en la ley diga que no se los puede llevar.
La semana previa, algunas instituciones aisladas en Estados Unidos y el Reino Unido habían tomado la misma medida. El motivo que se alega es que pone en riesgo tanto a personas como a las obras, aunque muchos discuten que no es más que un palo y que le aporta al mundo del arte cierto relajo, cierto tono juguetón que suma a la experiencia. Y que no hay nada malo en un simple adminículo fotográfico.
También es cierto que las galerías prohiben el dispositivo protegiendo su reputación; no han podido detener al Ipad y otras tabletas con las que la gente retrata a sus obras favoritas pero sí han podido detener al bendito palo, que también fue prohibido en el Abierto de Tenis de Australia, en los partidos de fútbol europeos, en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York o en el Guggenheim. "De ahora en más les rogamos que amablemente que lo guarden. Una cosa es sacar fotos a distancia de brazo, otra diferente es llevarlo a tres brazos de distancia, es una invasión al espacio personal de otros", explica Sree Sreenivasan, oficial del Met.
Fuente: Buendiario