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Tensión por las economías regionales

Domingo, 22 de febrero de 2015 11:58
Buenos Aires, 22 febrero (Especial de NA, por Matilde Fierro) - La preocupación por la crítica situación de las economías regionales llevó a los referentes de la Mesa de Enlace de entidades agropecuarias a discutir el viernes sobre cuáles medidas de fuerza serían convenientes llevar adelante para reclamar una reacción del Gobierno. Federación Agraria llegó con el mandato de su Consejo Directivo de realizar asambleas de productores para conseguir políticas públicas diferenciadas, mientras que la Sociedad Rural Argentina y y Confederaciones Rurales Argentinas expusieron una propuesta diferente.
Las movilizaciones se llevarán a cabo en un "plan de lucha" decidido ese día, porque como dijo el economista Jorge Day de la Fundación Mediterránea la vitivinicultura está en una situación extrema, y también la fruticultura, por no hablar de la tambera, el trigo que en algunos sitios en monocultivo, el citrus, la olivicultura, entre muchas otras economías de región. Day sostiene que si no hay cambios a nivel internacional o en política cambiaria o en alguna otra medida para reducir el costo argentino, por ejemplo, menores retenciones, "lamentablemente, 2015 terminará siendo un año difícil a nivel regional".
Un caso desesperante de las economías regionales es lo que ocurre con las peras y manzanas en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén donde ya fueron arrojadas al piso 150 mil toneladas mientras algunos estiman que se perderán 600 mil toneladas y otros, un millón de toneladas que quedarán en los árboles sin cosechar.
El gobierno de Río Negro -el 80 % de la producción frutícola es de esta provincia y el 20% restante de Neuquén en el Alto Valle- publicó un informe oficial donde afirmó que la pérdida es de 190 millones de dólares, es decir 1.600 millones de pesos. Desde el gobierno nacional hablan de darles auxilio por 110 millones de pesos, es decir que no alcanza a cubrir el 7 por ciento de la pérdida, y que tampoco se ha desembolsado porque no encuentran todavía un mecanismo adecuado para distribuir los subsidios. Los productores mientras tanto se movilizan, hacen tractorazos, han tirado 100 millones de kilos de peras Williams, 50 millones de kilos de manzanas Gala, que son las primeras en cosecharse.
Lo cierto es que el Gobierno nacional, léase el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el ministro de Economía, Axel Kicillof y su par de Agricultura, Carlos Casamiquela le hicieron saber al sector que no quieren subsidiar la fruta que terminará por la exportación en otros países, mediante la ayuda a los productores, que por los altos costos, no pueden recolectar.
La situación tiene por lo menos cuatro aristas para entender según Miguel Giacinti, consultor especialista en fruticultura, quien habló con NA y que destacó que la fruta no cosechada o desperdiciada en las rutas, "no ingresa a la industria, al empaque, se corta una cadena productiva, afecta la economía regional". El "paciente" para Giacinti está en "terapia intensiva" y la ayuda se necesita "ya" y para ejemplo le basta saber que por el puerto ríonegrino de San Antonio ha salido el 56 por ciento menos de fruta (unos 20 millones de kilos que se quedaron sin vender al exerior), respecto del año pasado. "La primera causa es el problema de costos frente a los competidores del hemisferio sur, del cual Chile y Sudáfrica son los principales y en ciertos momentos suele ser Brasil en alguna variedad de fruta muy puntual", explicó el analista.
El otro tema que mencionó es la elevada estructura impositiva de la Argentina que pasó de 10 centavos de dólar en el año 2000 sobre kilo de manzana o pera empacada a los 35 centavos de dólar actuales: "hay un crecimiento muy grande de los impuestos", aclaró. También señaló el "desequilibrio entre inflación y tipo de cambio, ya que "los precios vinculados a los servicios, a los costos, a los insumos, tienen un desequilibrio frente al tipo de cambio, lo que genera un aumento de costos en dólares".
El otro aspecto que definió fue "la guerra de monedas" y por ejemplo explicó que a partir de la caída del petróleo, el euro se devaluó, lo que hace que se manden menos dólares de Europa "dónde manzanas y peras están más baratas". Una de las consecuencias es que manzanas y peras europeas ingresan a Brasil y "ha caído en el precio de la mercadería argentina 25 centavos de dólar por kilo frente a 2014". "Argentina no se enfrenta a otros mercados del exterior con costos más altos, como Chile y Sudáfrica, que devaluaron su moneda, frente a la inflación y sus costos son más baratos en dólares", dijo.
La situación para el productor patagónico es que producir un kilo de manzana o pera cuesta 30 centavos de dólar y en Argentina hoy no dan los números para amortiguar esa cifra, sin sumar otros 65 centavos de dólar que representan el empaque, el frío, la logística, los insumos, entre otros. "Es como si la fruta no tuviera valor, eso hace que nadie quiera cosechar.
Lo que no esperaban desde el Gobierno nacional era que no se recolectara y se tirara la fruta, pero pasa", indicó Giacinti. Por último, de esos 110 millones de pesos de ayuda nacional, el 50 por ciento lo deben poner los gobiernos provinciales, lo que también es visto como una incongruencia, porque la recaudación impositiva es inversamente proporcional: el 93 por ciento va a la Nación y el 7% a municipios y gobiernos provinciales. Las frutas y hortalizas están problemas y parece difícil que no se considere que son mano de obra intensiva, ocupan 190 veces más jornales que la actividad cerealera por hectárea.
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Buenos Aires, 22 febrero (Especial de NA, por Matilde Fierro) - La preocupación por la crítica situación de las economías regionales llevó a los referentes de la Mesa de Enlace de entidades agropecuarias a discutir el viernes sobre cuáles medidas de fuerza serían convenientes llevar adelante para reclamar una reacción del Gobierno. Federación Agraria llegó con el mandato de su Consejo Directivo de realizar asambleas de productores para conseguir políticas públicas diferenciadas, mientras que la Sociedad Rural Argentina y y Confederaciones Rurales Argentinas expusieron una propuesta diferente.
Las movilizaciones se llevarán a cabo en un "plan de lucha" decidido ese día, porque como dijo el economista Jorge Day de la Fundación Mediterránea la vitivinicultura está en una situación extrema, y también la fruticultura, por no hablar de la tambera, el trigo que en algunos sitios en monocultivo, el citrus, la olivicultura, entre muchas otras economías de región. Day sostiene que si no hay cambios a nivel internacional o en política cambiaria o en alguna otra medida para reducir el costo argentino, por ejemplo, menores retenciones, "lamentablemente, 2015 terminará siendo un año difícil a nivel regional".
Un caso desesperante de las economías regionales es lo que ocurre con las peras y manzanas en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén donde ya fueron arrojadas al piso 150 mil toneladas mientras algunos estiman que se perderán 600 mil toneladas y otros, un millón de toneladas que quedarán en los árboles sin cosechar.
El gobierno de Río Negro -el 80 % de la producción frutícola es de esta provincia y el 20% restante de Neuquén en el Alto Valle- publicó un informe oficial donde afirmó que la pérdida es de 190 millones de dólares, es decir 1.600 millones de pesos. Desde el gobierno nacional hablan de darles auxilio por 110 millones de pesos, es decir que no alcanza a cubrir el 7 por ciento de la pérdida, y que tampoco se ha desembolsado porque no encuentran todavía un mecanismo adecuado para distribuir los subsidios. Los productores mientras tanto se movilizan, hacen tractorazos, han tirado 100 millones de kilos de peras Williams, 50 millones de kilos de manzanas Gala, que son las primeras en cosecharse.
Lo cierto es que el Gobierno nacional, léase el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el ministro de Economía, Axel Kicillof y su par de Agricultura, Carlos Casamiquela le hicieron saber al sector que no quieren subsidiar la fruta que terminará por la exportación en otros países, mediante la ayuda a los productores, que por los altos costos, no pueden recolectar.
La situación tiene por lo menos cuatro aristas para entender según Miguel Giacinti, consultor especialista en fruticultura, quien habló con NA y que destacó que la fruta no cosechada o desperdiciada en las rutas, "no ingresa a la industria, al empaque, se corta una cadena productiva, afecta la economía regional". El "paciente" para Giacinti está en "terapia intensiva" y la ayuda se necesita "ya" y para ejemplo le basta saber que por el puerto ríonegrino de San Antonio ha salido el 56 por ciento menos de fruta (unos 20 millones de kilos que se quedaron sin vender al exerior), respecto del año pasado. "La primera causa es el problema de costos frente a los competidores del hemisferio sur, del cual Chile y Sudáfrica son los principales y en ciertos momentos suele ser Brasil en alguna variedad de fruta muy puntual", explicó el analista.
El otro tema que mencionó es la elevada estructura impositiva de la Argentina que pasó de 10 centavos de dólar en el año 2000 sobre kilo de manzana o pera empacada a los 35 centavos de dólar actuales: "hay un crecimiento muy grande de los impuestos", aclaró. También señaló el "desequilibrio entre inflación y tipo de cambio, ya que "los precios vinculados a los servicios, a los costos, a los insumos, tienen un desequilibrio frente al tipo de cambio, lo que genera un aumento de costos en dólares".
El otro aspecto que definió fue "la guerra de monedas" y por ejemplo explicó que a partir de la caída del petróleo, el euro se devaluó, lo que hace que se manden menos dólares de Europa "dónde manzanas y peras están más baratas". Una de las consecuencias es que manzanas y peras europeas ingresan a Brasil y "ha caído en el precio de la mercadería argentina 25 centavos de dólar por kilo frente a 2014". "Argentina no se enfrenta a otros mercados del exterior con costos más altos, como Chile y Sudáfrica, que devaluaron su moneda, frente a la inflación y sus costos son más baratos en dólares", dijo.
La situación para el productor patagónico es que producir un kilo de manzana o pera cuesta 30 centavos de dólar y en Argentina hoy no dan los números para amortiguar esa cifra, sin sumar otros 65 centavos de dólar que representan el empaque, el frío, la logística, los insumos, entre otros. "Es como si la fruta no tuviera valor, eso hace que nadie quiera cosechar.
Lo que no esperaban desde el Gobierno nacional era que no se recolectara y se tirara la fruta, pero pasa", indicó Giacinti. Por último, de esos 110 millones de pesos de ayuda nacional, el 50 por ciento lo deben poner los gobiernos provinciales, lo que también es visto como una incongruencia, porque la recaudación impositiva es inversamente proporcional: el 93 por ciento va a la Nación y el 7% a municipios y gobiernos provinciales. Las frutas y hortalizas están problemas y parece difícil que no se considere que son mano de obra intensiva, ocupan 190 veces más jornales que la actividad cerealera por hectárea.

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