Unas 2.500 personas volvieron a salir a las calles de Ciudad de
México ayer al cumplirse cinco meses de la desaparición de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa (Guerrero, sur), en una jornada de protestas que se extendió a la turística
Acapulco.
"Queda demostrada la incapacidad del presidente de México para resolver los problemas de su país", pues a cinco meses de este crimen que estremeció al país y la comunidad internacional no ha podido "cumplir su promesa" de esclarecer el caso, dijo a la prensa Felipe de la Cruz, vocero de los familiares de las víctimas. La protesta, que partió del emblemático monumento Ángel de la Independencia rumbo a la residencia del presidente Enrique Peña Nieto, concluyó con un enfrentamiento aislado entre un grupo de jóvenes. La policía detuvo a cinco jóvenes por "portar objetos propios para agredir", como palos y tubos, dijo un portavoz de la secretaría de Seguridad Pública de la capital mexicana. "Sentimos impotencia por nuestros compas (camaradas), porque si a nosotros no nos pasó nada fue por ellos", dijo un estudiante.
Padres, familiares, amigos y gente ofuscada desfilaron en apoyo, sobre todo porque, únicamente se han podido identificar los restos mortales de uno de los estudiantes.
"Venimos porque queremos que aparezcan, que se haga justicia", reclama Rosario, una maestra de bachillerato que marchaba con su nieto de 11 años. "Ni un desaparecido más", se leía sobre la pañoleta que el niño portaba en la cabeza.
Unas 2.500 personas volvieron a salir a las calles de Ciudad de
México ayer al cumplirse cinco meses de la desaparición de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa (Guerrero, sur), en una jornada de protestas que se extendió a la turística
Acapulco.
"Queda demostrada la incapacidad del presidente de México para resolver los problemas de su país", pues a cinco meses de este crimen que estremeció al país y la comunidad internacional no ha podido "cumplir su promesa" de esclarecer el caso, dijo a la prensa Felipe de la Cruz, vocero de los familiares de las víctimas. La protesta, que partió del emblemático monumento Ángel de la Independencia rumbo a la residencia del presidente Enrique Peña Nieto, concluyó con un enfrentamiento aislado entre un grupo de jóvenes. La policía detuvo a cinco jóvenes por "portar objetos propios para agredir", como palos y tubos, dijo un portavoz de la secretaría de Seguridad Pública de la capital mexicana. "Sentimos impotencia por nuestros compas (camaradas), porque si a nosotros no nos pasó nada fue por ellos", dijo un estudiante.
Padres, familiares, amigos y gente ofuscada desfilaron en apoyo, sobre todo porque, únicamente se han podido identificar los restos mortales de uno de los estudiantes.
"Venimos porque queremos que aparezcan, que se haga justicia", reclama Rosario, una maestra de bachillerato que marchaba con su nieto de 11 años. "Ni un desaparecido más", se leía sobre la pañoleta que el niño portaba en la cabeza.