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Dejó un país cómodo para la gente, no para los dirigentes

Lunes, 02 de marzo de 2015 00:00
Cristina Fernández ofreció ayer su último discurso como Presidenta ante la Asamblea Legislativa e hizo anuncios y críticas casi por igual. Dijo que impulsará una ley para la estatización de los ferrocarriles y para fomentar la actividad industrial. Se mostró ofuscada ante los reclamos opositores a través de carteles por la causa Amia, embistió contra el exfiscal Alberto Nisman, contra el "partido judicial" y pidió apuntar a la Corte Suprema sobre la resolución del atentado a la embajada de Israel.
Como sucedió en otros años, por el énfasis en el cierre de su discurso, se olvidó de dejar formalmente inauguradas las sesiones ordinarias.
Durante una exposición de tres horas 38 minutos, la Presidenta elogió a su equipo económico por la política de desendeudamiento, atribuyó al "miedo" infundido por los medios la baja de consumo, destacó que "se mantiene el poder adquisitivo del salario de los trabajadores" y señaló, en alusión al financiamiento educativo que "nunca ha habido más federalismo en la distribución de gastos".
Amia y Nisman
El tono calmo de la mayor parte de su discurso ante la 133 asamblea, lo combinó con algunas ironías hacia la oposición como cuando se refirió al referente del Pro, Mauricio Macri como "compañero" por defender días atrás las "banderas del peronismo". Pero el clima se rompió con la causa Amia. En un momento, los legisladores opositores Claudio Lozano, Berta Arenas (Peronismo Federal), Omar Barchetta (Partido Socialista), colgaron en sus bancas carteles que versaban: Amia en "rojo" y en negro "Comisión Investigadora" o "Apertura de los archivos".
"A los que ponen cartelitos para que hable de la Amia, de la Amia hablo desde 1994", contraatacó a los gritos. "No necesito carteles, yo puedo ir con carteles al frente de la Amia", sentenció, tras lo cual bramó: "No me vengan a hablar de la Amia", en medio de exclamaciones desde los palcos y el recinto, de oficialistas y opositores.
Ese contexto obligó a la mandataria a hacer referencia al fallecido fiscal Alberto Nisman, sobre quien dijo: "Lamento su muerte como lamento la muerte de cualquier argentino, de cualquier ser humano" y luego embistió calificando su denuncia como "una verdadera vergüenza y bochorno ".
Deuda, asignación y trenes
La Presidenta inició su última exposición ante el Congreso destacando que se "desendeudó definitivamente a la Argentina" y felicitó la gestión del equipo económico porque la "ayudó" a sortear un panorama desfavorable ante un "embate internacional" contra su gobierno y la generación de expectativas negativas por parte de sectores locales.
Tras destacar la asignación universal por hijo, los "25 aumentos" a los jubilados y los programas sociales, Cristina Fernández se comparó con Eva Duarte de Perón: "Ni siquiera Evita pudo cumplir el reconocimiento a las mujeres que trabajan en casas de familias, que hoy tienen dignidad, aportes, vacaciones, seguros y ya no pueden ser explotadas".
En lo que constituyó el principal anuncio, la Presidenta indicó el envío al Congreso de "un proyecto para estatizar los ferrocarriles. No me mueve ningún afán estatizador, es simplemente mejorar la eficiencia", aclaró. "No creen fantasmas a nadie", arremetió.
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Cristina Fernández ofreció ayer su último discurso como Presidenta ante la Asamblea Legislativa e hizo anuncios y críticas casi por igual. Dijo que impulsará una ley para la estatización de los ferrocarriles y para fomentar la actividad industrial. Se mostró ofuscada ante los reclamos opositores a través de carteles por la causa Amia, embistió contra el exfiscal Alberto Nisman, contra el "partido judicial" y pidió apuntar a la Corte Suprema sobre la resolución del atentado a la embajada de Israel.
Como sucedió en otros años, por el énfasis en el cierre de su discurso, se olvidó de dejar formalmente inauguradas las sesiones ordinarias.
Durante una exposición de tres horas 38 minutos, la Presidenta elogió a su equipo económico por la política de desendeudamiento, atribuyó al "miedo" infundido por los medios la baja de consumo, destacó que "se mantiene el poder adquisitivo del salario de los trabajadores" y señaló, en alusión al financiamiento educativo que "nunca ha habido más federalismo en la distribución de gastos".
Amia y Nisman
El tono calmo de la mayor parte de su discurso ante la 133 asamblea, lo combinó con algunas ironías hacia la oposición como cuando se refirió al referente del Pro, Mauricio Macri como "compañero" por defender días atrás las "banderas del peronismo". Pero el clima se rompió con la causa Amia. En un momento, los legisladores opositores Claudio Lozano, Berta Arenas (Peronismo Federal), Omar Barchetta (Partido Socialista), colgaron en sus bancas carteles que versaban: Amia en "rojo" y en negro "Comisión Investigadora" o "Apertura de los archivos".
"A los que ponen cartelitos para que hable de la Amia, de la Amia hablo desde 1994", contraatacó a los gritos. "No necesito carteles, yo puedo ir con carteles al frente de la Amia", sentenció, tras lo cual bramó: "No me vengan a hablar de la Amia", en medio de exclamaciones desde los palcos y el recinto, de oficialistas y opositores.
Ese contexto obligó a la mandataria a hacer referencia al fallecido fiscal Alberto Nisman, sobre quien dijo: "Lamento su muerte como lamento la muerte de cualquier argentino, de cualquier ser humano" y luego embistió calificando su denuncia como "una verdadera vergüenza y bochorno ".
Deuda, asignación y trenes
La Presidenta inició su última exposición ante el Congreso destacando que se "desendeudó definitivamente a la Argentina" y felicitó la gestión del equipo económico porque la "ayudó" a sortear un panorama desfavorable ante un "embate internacional" contra su gobierno y la generación de expectativas negativas por parte de sectores locales.
Tras destacar la asignación universal por hijo, los "25 aumentos" a los jubilados y los programas sociales, Cristina Fernández se comparó con Eva Duarte de Perón: "Ni siquiera Evita pudo cumplir el reconocimiento a las mujeres que trabajan en casas de familias, que hoy tienen dignidad, aportes, vacaciones, seguros y ya no pueden ser explotadas".
En lo que constituyó el principal anuncio, la Presidenta indicó el envío al Congreso de "un proyecto para estatizar los ferrocarriles. No me mueve ningún afán estatizador, es simplemente mejorar la eficiencia", aclaró. "No creen fantasmas a nadie", arremetió.