LIBERTADOR (Agencia). En pleno, la comisión directiva del Sindicato de los Azucareros del Ingenio Ledesma, no aceptó la renuncia presentada por el secretario general, Rafael Vargas, al considerar que "fue presentada bajo presión y amenazas de muerte". El secretario adjunto del gremio, Ricardo Aguilera, informó que “Vargas continúa siendo la cabeza del grupo pero fundamentalmente porque la renuncia fue producto de un apriete sufrido en la localidad de El Talar por parte de un grupo de personas". Relató que el 25 de febrero se presentaron, alrededor de las 21, en El Talar para informar sobre una reunión mantenida con la empresa, resultando víctimas de insultos seguido de agresiones verbales y físicas que obligaron a Vargas a renunciar". Agregó que "si él no presentaba la renuncia era muy difícil salir de allí con vida, gracias a que el presentó la renuncia pudimos salir de El Talar", afirmó. Mencionó que los aprietes "fue porque gente de El Talar quiere entrar a trabajar al gremio o a la obra social" y como ellos le manifestaron que por el momento no era posible comenzaron a insultarlos. "Nos decían que éramos traidores, vendidos y de que negociábamos con la empresa a espaldas de ellos. Rafael les dijo que en ningún momento se hizo nada de eso, que siempre fuimos de frente y justamente ese día fuimos a comunicarle lo que habíamos conseguido pero lamentablemente no pudimos darle ningún tipo de información a la gente que estaba presente porque no nos dejaron", expresó.
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LIBERTADOR (Agencia). En pleno, la comisión directiva del Sindicato de los Azucareros del Ingenio Ledesma, no aceptó la renuncia presentada por el secretario general, Rafael Vargas, al considerar que "fue presentada bajo presión y amenazas de muerte". El secretario adjunto del gremio, Ricardo Aguilera, informó que “Vargas continúa siendo la cabeza del grupo pero fundamentalmente porque la renuncia fue producto de un apriete sufrido en la localidad de El Talar por parte de un grupo de personas". Relató que el 25 de febrero se presentaron, alrededor de las 21, en El Talar para informar sobre una reunión mantenida con la empresa, resultando víctimas de insultos seguido de agresiones verbales y físicas que obligaron a Vargas a renunciar". Agregó que "si él no presentaba la renuncia era muy difícil salir de allí con vida, gracias a que el presentó la renuncia pudimos salir de El Talar", afirmó. Mencionó que los aprietes "fue porque gente de El Talar quiere entrar a trabajar al gremio o a la obra social" y como ellos le manifestaron que por el momento no era posible comenzaron a insultarlos. "Nos decían que éramos traidores, vendidos y de que negociábamos con la empresa a espaldas de ellos. Rafael les dijo que en ningún momento se hizo nada de eso, que siempre fuimos de frente y justamente ese día fuimos a comunicarle lo que habíamos conseguido pero lamentablemente no pudimos darle ningún tipo de información a la gente que estaba presente porque no nos dejaron", expresó.
El abogado defensor de Rafael Vargas, Víctor Farfán, destacó que la renuncia "no sería válida por la sencilla razón de que fue presentada bajo la acción de violencia, que eso vicia la voluntad de cualquier persona y que por éste hecho fue radicada la denuncia pertinente".