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Contradicciones, falacias y olvidos de testigos

Jueves, 16 de abril de 2015 00:00
Debate / Se cumplió otra audiencia del juicio por el crímen de Carola Elina Carretero.
Contradicciones, falacias y "olvidos" en sus testimonios, fueron el denominador común de los doce testigos que se presentaron durante la mañana de ayer, en la tercera audiencia del juicio oral y público que se le sigue a cinco gendarmes acusados de asesinar a Carola Elina Carretero e intentar ocultar el grave delito.
Esto fue tenido en cuenta por los jueces del Tribunal Criminal 2 y los presentes, quienes en reiteradas oportunidades llamaron la atención de los testigos, especialmente a los miembros de Gendarmería Nacional que de alguna manera participaron de los hechos posterior a la muerte de Carretero .
Por su parte, los acusados Cristian Ariel Monje, Roberto Omar González, Diego Alberto Tapia, Agustín Ángel Castillo y Mario Antonio Olivares se mostraron expectantes por los testimonios y solo Monje fue recriminado por el presidente en trámite del tribunal, Luis Kamada, quien le llamo la atención luego de que el encartado expresara una evidente risa ante el testimonio de un testigo.
En este sentido el primer testigo en presentarse fue el médico operativo del Same, Pablo Hernán Jure, quien habría sido el primer profesional de la medicina que examinó el cuerpo de Carretero luego de que fuera denunciada oficialmente su muerte ante la Policía provincial y ese servicio de asistencia médica.
Sobre su llegada al domicilio de la calle Marinero Zarzoso 3193, del barrio Malvinas Argentinas, el medico recordó "fuimos activados por un hecho de suicidio o ahorcamiento, no recuerdo bien", "cuando ingresamos había un personal policial en la puerta", "la víctima estaba ubicada en el baño" y "éstas personas -por dos de los acusados- me relataban que la habían encontrado ahorcada en el baño, en la ducha".
Luego de esto el galeno cayó en una contradicción, ante la pregunta del fiscal Almiron, al afirmar que "cuando entramos -al domicilio en cuestión- no había nadie y cuando salimos estaba la ambulancia de Gendarmería y un móvil policial".
Pero al recordarle lo que había dicho anteriormente, el médico se excusó y dijo que debido al tiempo no recordaba con precisión sus acciones durante ese 5 de marzo del 2005.
Seguido a este se presentó la testigo María Esther David, quien había sido solicitada por el defensor técnico Sergio Cappielo. Estuvo menos de cinco minutos en el recinto y solo respondió a una sola pregunta sobre una llamada telefónica que la mujer nunca recordó haberla recibida.
Inmediatamente se presentó Félix Segovia, ex chofer de colectivos de la empresa "Jama Bus", quien relató el trayecto que realizaba cuando trabaja como conductor de esa línea de colectivos, y dijo que cumplía distintos horarios en el recorrido que iba desde esta ciudad capital, hasta la ciudad de La Quiaca.
De ahí que al ser consultado por las distintas paradas que hacia en su recorrido, Segovia dijo "parábamos donde había gente", pero ante la pregunta del querellante adhesivo Guillermo Vásquez sobre una parada en especial el ex chofer indico que "en el 2005 no salíamos por avenida La Bandera".
Testimonio que causó el asombró de los presentes, debido a que los acusados Monje y Olivares en sus testimonios aseguraron que el día de los hechos habían ido hasta una estación de servicios, ubicada en la avenida La Bandera, donde abordaron el colectivo "Jama Bus" rumbo a Purmamarca y Humahuaca respectivamente.
A raíz de estos los defensores técnicos Ricardo Vitellini (Monje) y Marta Ramos (Olivares) solicitaron la palabra y expresaron que el chofer había caído en una contradicción con respecto a su primer testimonio. Por eso solicitaron la lectura de su anterior testimonio donde el mismo Segovia aseguraba en ese tiempo que "parábamos sobre la avenida La Bandera donde subía personal de Gendarmería Nacional".
Luego del chofer llegó el turno del "guarda" del colectivo de la empresa "Jama Bus", Mario René Colqui, quien trabajaba con Segovia y conocía por nombre y por los diarios al acusado Monje, según su propio testimonio.
Llamativamente en su testimonio el "guarda" también negó que por la fecha de la muerte de Carretero hayan utilizado la avenida La Bandera como viaducto para salir con rumbo a la ciudad La Quiaca.
Sumado a esto, ante la pregunta del tribunal, dijo que el acusado Monje "no era una pasajero frecuente" por ese tiempo.
Debido a esto los defensores técnicos Vitellini y Ramos volvieron a solicitar la lectura de su testimonio anterior donde surgió que el "guarda", durante la investigación de los hechos, expresó que "íbamos por avenida La Bandera y parábamos donde hay una estación de servicios, donde suben gendarmes porque esta cerca del destacamento de Gendarmería Nacional".
Primero llegó el auto
Por su parte, la testigo Paula Valentina Mendoza, quien tenía un comercio a la vuelta del domicilio donde se produjeron los hechos, relató que entre las 4 y 5 de ese 5 de marzo del 2005 "dos de ellos vinieron al negocio y compraron bebidas".
Sobre los gendarmes que le fueron a comprar cervezas dijo que no sabía sus nombres pero lo que sí sabía era que vivían en la casa con "Cristian" (Monje) y un tal "Miguel".
La testigo en su testimonio dijo que "uno de ellos me comentó a mí y a mi marido que venían de Kolor" y luego que se fueron "escuchamos música que salía de la casa de ellos".
Seguido a esto la mujer recordó que horas después, luego de ocurrida la muerte de Carretero, salió y observó que en la puerta del domicilio donde vivían los acusados "primero llegó un auto de Gendarmería y después una ambulancia de color verde" que también sería propiedad de Gendarmería Nacional.
Al escuchar esto el defensor técnico Joaquín Castro pidió que leyeran su anterior testimonio ante la instrucción de los hechos, desde donde surgió que la comerciante había declarado que "primero llego el Same, luego un móvil policial con un solo policía que manejaba, después el auto y la ambulancia de Gendarmería Nacional".
De ahí que al preguntarle cual de sus dos testimonios era el verdadero, la testigo ratificó lo expresado ante el tribunal diciendo que el primer automóvil que llegó a la escena de los hechos fue la patrulla de Gendarmería Nacional.

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Contradicciones, falacias y "olvidos" en sus testimonios, fueron el denominador común de los doce testigos que se presentaron durante la mañana de ayer, en la tercera audiencia del juicio oral y público que se le sigue a cinco gendarmes acusados de asesinar a Carola Elina Carretero e intentar ocultar el grave delito.
Esto fue tenido en cuenta por los jueces del Tribunal Criminal 2 y los presentes, quienes en reiteradas oportunidades llamaron la atención de los testigos, especialmente a los miembros de Gendarmería Nacional que de alguna manera participaron de los hechos posterior a la muerte de Carretero .
Por su parte, los acusados Cristian Ariel Monje, Roberto Omar González, Diego Alberto Tapia, Agustín Ángel Castillo y Mario Antonio Olivares se mostraron expectantes por los testimonios y solo Monje fue recriminado por el presidente en trámite del tribunal, Luis Kamada, quien le llamo la atención luego de que el encartado expresara una evidente risa ante el testimonio de un testigo.
En este sentido el primer testigo en presentarse fue el médico operativo del Same, Pablo Hernán Jure, quien habría sido el primer profesional de la medicina que examinó el cuerpo de Carretero luego de que fuera denunciada oficialmente su muerte ante la Policía provincial y ese servicio de asistencia médica.
Sobre su llegada al domicilio de la calle Marinero Zarzoso 3193, del barrio Malvinas Argentinas, el medico recordó "fuimos activados por un hecho de suicidio o ahorcamiento, no recuerdo bien", "cuando ingresamos había un personal policial en la puerta", "la víctima estaba ubicada en el baño" y "éstas personas -por dos de los acusados- me relataban que la habían encontrado ahorcada en el baño, en la ducha".
Luego de esto el galeno cayó en una contradicción, ante la pregunta del fiscal Almiron, al afirmar que "cuando entramos -al domicilio en cuestión- no había nadie y cuando salimos estaba la ambulancia de Gendarmería y un móvil policial".
Pero al recordarle lo que había dicho anteriormente, el médico se excusó y dijo que debido al tiempo no recordaba con precisión sus acciones durante ese 5 de marzo del 2005.
Seguido a este se presentó la testigo María Esther David, quien había sido solicitada por el defensor técnico Sergio Cappielo. Estuvo menos de cinco minutos en el recinto y solo respondió a una sola pregunta sobre una llamada telefónica que la mujer nunca recordó haberla recibida.
Inmediatamente se presentó Félix Segovia, ex chofer de colectivos de la empresa "Jama Bus", quien relató el trayecto que realizaba cuando trabaja como conductor de esa línea de colectivos, y dijo que cumplía distintos horarios en el recorrido que iba desde esta ciudad capital, hasta la ciudad de La Quiaca.
De ahí que al ser consultado por las distintas paradas que hacia en su recorrido, Segovia dijo "parábamos donde había gente", pero ante la pregunta del querellante adhesivo Guillermo Vásquez sobre una parada en especial el ex chofer indico que "en el 2005 no salíamos por avenida La Bandera".
Testimonio que causó el asombró de los presentes, debido a que los acusados Monje y Olivares en sus testimonios aseguraron que el día de los hechos habían ido hasta una estación de servicios, ubicada en la avenida La Bandera, donde abordaron el colectivo "Jama Bus" rumbo a Purmamarca y Humahuaca respectivamente.
A raíz de estos los defensores técnicos Ricardo Vitellini (Monje) y Marta Ramos (Olivares) solicitaron la palabra y expresaron que el chofer había caído en una contradicción con respecto a su primer testimonio. Por eso solicitaron la lectura de su anterior testimonio donde el mismo Segovia aseguraba en ese tiempo que "parábamos sobre la avenida La Bandera donde subía personal de Gendarmería Nacional".
Luego del chofer llegó el turno del "guarda" del colectivo de la empresa "Jama Bus", Mario René Colqui, quien trabajaba con Segovia y conocía por nombre y por los diarios al acusado Monje, según su propio testimonio.
Llamativamente en su testimonio el "guarda" también negó que por la fecha de la muerte de Carretero hayan utilizado la avenida La Bandera como viaducto para salir con rumbo a la ciudad La Quiaca.
Sumado a esto, ante la pregunta del tribunal, dijo que el acusado Monje "no era una pasajero frecuente" por ese tiempo.
Debido a esto los defensores técnicos Vitellini y Ramos volvieron a solicitar la lectura de su testimonio anterior donde surgió que el "guarda", durante la investigación de los hechos, expresó que "íbamos por avenida La Bandera y parábamos donde hay una estación de servicios, donde suben gendarmes porque esta cerca del destacamento de Gendarmería Nacional".
Primero llegó el auto
Por su parte, la testigo Paula Valentina Mendoza, quien tenía un comercio a la vuelta del domicilio donde se produjeron los hechos, relató que entre las 4 y 5 de ese 5 de marzo del 2005 "dos de ellos vinieron al negocio y compraron bebidas".
Sobre los gendarmes que le fueron a comprar cervezas dijo que no sabía sus nombres pero lo que sí sabía era que vivían en la casa con "Cristian" (Monje) y un tal "Miguel".
La testigo en su testimonio dijo que "uno de ellos me comentó a mí y a mi marido que venían de Kolor" y luego que se fueron "escuchamos música que salía de la casa de ellos".
Seguido a esto la mujer recordó que horas después, luego de ocurrida la muerte de Carretero, salió y observó que en la puerta del domicilio donde vivían los acusados "primero llegó un auto de Gendarmería y después una ambulancia de color verde" que también sería propiedad de Gendarmería Nacional.
Al escuchar esto el defensor técnico Joaquín Castro pidió que leyeran su anterior testimonio ante la instrucción de los hechos, desde donde surgió que la comerciante había declarado que "primero llego el Same, luego un móvil policial con un solo policía que manejaba, después el auto y la ambulancia de Gendarmería Nacional".
De ahí que al preguntarle cual de sus dos testimonios era el verdadero, la testigo ratificó lo expresado ante el tribunal diciendo que el primer automóvil que llegó a la escena de los hechos fue la patrulla de Gendarmería Nacional.