A esa identidad netamente jujeña que "Pichín" quiso marcar, fue agregar la de optimizar los recursos humanos capacitándolos permanentemente, haciendo surgir a los periodistas de Jujuy. Su hijo Marcelo explicó así: "Mi viejo me dijo que el periodista, el jefe de redacción y el que conduce el diario cuando escribe, pasa parte de su alma, de su sentimiento, de su sentir, de sus cosas al papel, y el lector que lo sigue a diario, lo palpa, percibe si el tipo que está escribiendo es un salteño o un jujeño. Entonces, uno de los cambios que hizo fue hablar con el jefe de redacción de esos días, que era salteño -por la sociedad con el Tribuno de Salta-, Juan Carlos "el Loco" Marocco, excelente periodista y de mucha experiencia. Le dijo: "Loco, apuntemos y prepará un tipo que cuando esté listo te reemplace", porque el papá quería un tipo jujeño que sienta Jujuy, que cuando escriba, el lector perciba que es un diario jujeño y no lo que decía la competencia. Por eso siempre todo el personal es jujeño; me lo dijo mi papá y me emociona al recordar, pero era eso. Él era así".
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A esa identidad netamente jujeña que "Pichín" quiso marcar, fue agregar la de optimizar los recursos humanos capacitándolos permanentemente, haciendo surgir a los periodistas de Jujuy. Su hijo Marcelo explicó así: "Mi viejo me dijo que el periodista, el jefe de redacción y el que conduce el diario cuando escribe, pasa parte de su alma, de su sentimiento, de su sentir, de sus cosas al papel, y el lector que lo sigue a diario, lo palpa, percibe si el tipo que está escribiendo es un salteño o un jujeño. Entonces, uno de los cambios que hizo fue hablar con el jefe de redacción de esos días, que era salteño -por la sociedad con el Tribuno de Salta-, Juan Carlos "el Loco" Marocco, excelente periodista y de mucha experiencia. Le dijo: "Loco, apuntemos y prepará un tipo que cuando esté listo te reemplace", porque el papá quería un tipo jujeño que sienta Jujuy, que cuando escriba, el lector perciba que es un diario jujeño y no lo que decía la competencia. Por eso siempre todo el personal es jujeño; me lo dijo mi papá y me emociona al recordar, pero era eso. Él era así".
En cuanto a lo comercial, Marcelo remarcó que "ahí también él le puso mucho énfasis a la parte de Publicidad, y a los publicistas en esos momentos, hablando mal y pronto, les dio el oro y el moro. Les abrió las manos y les preguntó que necesitaban, y les dijo, "vayan, sean agresivos en política de publicidad y vendan el producto".
"Ahí me di cuenta que no solo era saber de la parte periodística o de publicidad, sino también de la persona, que mi papá tuvo sexto grado, que mi papá escuchaba mucho a los que sabían más que él, y conocía así a quien se jugaba y quien no, y lo hacía sentir con premios o castigos a fin de año. Además, no dejaba de capacitar a la gente todo el tiempo y compartía mucha tecnología y todo lo que se podía para mejorar el producto. Él estaba muy atento a eso, pagaba hoteles y estadías de profesionales experimentados para que transmitieran esa capacitación y sea continua para todos".
Por otro lado, recordó que un día antes de irse, en su oficina le dijo, "Mirá yo me estoy yendo mañana, viajo a Santa Fe a cerrar trato por unas tierras, (ya las había comprado) pero cuando vuelva ya tengo visto un terreno grande para hacer un barrio para los periodistas. También recuerdo que empezó cinco o seis casas que le quería dar a sus empleados de la finca, pero quedaron los cimientos".