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Una fábrica que cada día hace cosas diferentes

Domingo, 19 de abril de 2015 00:00
<p>PLANTA BAJA/ ALLÍ FUNCIONA ATENCIÓN AL PÚBLICO Y RECEPCIÓN DE AVISOS.</p>

Treinta y cinco años cumple el diario. Los mismos que le permitieron también cumplir un rol significativo dentro de la sociedad y permanecer.

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Treinta y cinco años cumple el diario. Los mismos que le permitieron también cumplir un rol significativo dentro de la sociedad y permanecer.

Al crecer como un medio de comunicación pasó a formar parte de todos. Es decir a anunciar el suceso, desgranarlo y formar con él un registro de la historia.

De ello, se encargan las personas que produciendo constantemente, generan las fuerzas necesarias que no dejan de tomar impulso, para hacer que la información sea más directa y confiable.

Y es cuestión de entender las cosas como son y sacarlas a la luz, como cuando el conejo sale de la galera y sorprende.

Y es cuestión de entender las cosas como son y sacarlas a la luz, como cuando el conejo sale de la galera y sorprende.

Eso es lo que también le pasa al diario como medio. Es una fábrica donde todos los días se hacen cosas diferentes, se trabaja en conjunto como la maquinaria interior de un reloj que funciona con un ritmo, dotado de piezas, todas necesarias para su persistencia.

Cada día este desempeño es constante. Y eso gracias a las áreas que la integran y permiten que eso suceda, que el mecanismo actúe en conjunto y marche por los carriles deseados.

Así es que desde el corazón de cada sección, esa misión, desde que el diario es diario, fue y está siendo cumplida. La idea de la palabra escrita como portavoz que informa, anuncia y publicita, se establece. No tiene clavijas, no tiene matices, es una voz que dice la verdad, como un fuego que arde en cada mensaje para llegar al lector de todas formas y decir. Siempre decir.

Este diario cumple un papel social y palea con su creatividad lo que la gente, en tanto, necesita. Esa fue la preocupación de años; que el recuerdo de los fundadores esté en cada paso dado pero con la mirada puesta en lo prometedor que resulta pensar en crecer aún más.

Y eso se ve en la calle. En el feedback evidente con la gente. El Tribuno reconocido como un medio de calidad en todo su contenido y, como los músicos que son referentes para otros, también tiene sus seguidores. Ellos son los lectores que no dudan en levantar el pulgar hacia arriba cada día y en sumergirse en la lectura, sea impresa o virtual, y meterse ahí, en la noticia misma para tener una visión panorámica de las cosas que pasan.

El Tribuno después de tanto tiempo contando historias, empezaba a narrar la suya, desde otro lugar, sin olvidar el pasado.

El Tribuno después de tanto tiempo contando historias, empezaba a narrar la suya, desde otro lugar, sin olvidar el pasado.

Eso ocurre porque desde adentro se contagia la necesidad de abrir una puerta más allá para quien está del otro lado, recibiendo el mensaje; y se siente esa responsabilidad para devolver tanto o más, transmitiendo la realidad.

Y se torna en un compromiso de corazón a corazón.

Si no hubieran estado dadas esas condiciones, no habría trascendencia en lo que se hizo, ni en lo que se hace. Y es cuestión de entender las cosas como son y sacarlas a la luz, como cuando el conejo sale de la galera y sorprende permanentemente. Esas son las condiciones que hicieron que el diario se mantenga vivo.

El compromiso se refuerza en estos tiempos al prepararse para lo que se viene, entonces las tecnologías y lo último en multimedia fueron ensambles estrenados con éxito en esta máquina que se agiornó en cuanto a plataformas nuevas se refiere. Fue un gran salto para llegar más alto.

También formó parte de esa transformación el espacio. Un proceso de cambios con viento a favor que se logró con el traslado a un lugar mejor. Entonces la renovación también fue parte en la estética y el cambio de hogar, también fue otra forma de renacer.

Sólo bastó caminar desde una casa colonial, media cuadra más abajo para llegar al edificio con más pisos de alto y encontrar al diario que logró mudarse. Y hoy otra es la realidad. El Tribuno después de tanto tiempo contando historias, empezaba a narrar la suya, desde otro lugar pero sin olvidar su pasado, su raíz.

Entonces esta maquinaria que renovó algunos engranajes, pero no cambió de reloj; empezó a tener otro funcionamiento. Comenzó un nuevo tiempo de germinar, como las flores,regenerándose como lo había hecho siempre, bajo un techo distinto, pero con el entusiasmo propio de seguir adelante.

Convivir en el funcionamiento de este sistema es fascinante. En un diario que es como un collage de tramos, donde se cocinan notas, se diagraman vinculados, se arman avisos, se digitalizan fotos, se editan videos, se anuncia todo el tiempo y suena el teléfono el 75% por ciento del día; se aprende un montón. Pero ante todo que cada uno, cada compañero de cualquier área es importante en este lugar donde el obrar con el corazón y la intuición es lo fundamental.