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24 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Camilo, el bailarín incansable de la peatonal

Todos los días prepara su baile para regalar un momento feliz a los espectadores circunstanciales, sin pereza, con toda la onda.
Lunes, 27 de abril de 2015 00:00
<p>A PLENO/ SUS MOVIMIENTOS NO TIENEN FIN CADA TARDE NOCHE</p>
<p>PRIMERO/ CAMILO PREPARA LA MUSICA</p>
<p>EN LA PISTA/ UNA ALFOMBRA NEGRA QUE LE PERMITE DESLIZARSE</p>

En una pequeña pista, que él mismo improvisa, su baile es todo o, por lo menos, su pequeño paraíso. Se trata de una especie de escenario del que se desprenden coreografías que sí o sí lo destacan del resto. Su nombre es Camilo y desde hace seis meses baila en la peatonal Belgrano para lograr un momento feliz, la sonrisa en el otro o el aplauso de algún espectador circunstancial que al verlo, detenga su paso.

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En una pequeña pista, que él mismo improvisa, su baile es todo o, por lo menos, su pequeño paraíso. Se trata de una especie de escenario del que se desprenden coreografías que sí o sí lo destacan del resto. Su nombre es Camilo y desde hace seis meses baila en la peatonal Belgrano para lograr un momento feliz, la sonrisa en el otro o el aplauso de algún espectador circunstancial que al verlo, detenga su paso.

Camilo es un hombre de más de cincuenta años pero que parece tener veinte a la hora de saltar y moverse durante los mediodías y tardes-noches capitalinas.

"La idea surgió porque también quería ganarme la vida bailando", expresó a nuestro diario el artesano que también es estatua viviente y que en las horas pico es el centro de las miradas en la calle más transcurrida de la ciudad. Esta idea, al principio algo extraña, lo convirtió en un personaje cuya impronta popular mantiene atento al público que ya lo espera y de esa manera rompe el suspenso previo, con envión de pulgar hacia arriba a su propuesta.

Y es entonces cuando conecta su parlante, aparece la música y después sus movimientos, al ritmo de los sonidos que marcaron aquellos temas clásicos de los años setenta y ochenta para hacer que el corazón de la ciudad vibre con esas melodías y que caminar por ahí, sea más divertido.

Mientras él se mueve al compás de su lista de topfourty, hay gente que lo observa, otra que se va y otra que llega y pronto detiene su paso.

El ofrece su danza particular con efecto y los espectadores aplauden. Muchos lo aplauden. Otros lo ayudan con dinero para tratar de llenar la gorra que tiene a sus pies. Y en esas respuestas acaso, esté reflejado el reconocimiento o la aceptación a su iniciativa que simplemente fue bailar.

"Es muy reconfortante ver a la gente tan cerca y que viene, que valora y felicita", destacó este bailarín de estilo libre y espontáneo. Porque todo lo que presenta es creado ahí mismo donde no cualquiera se animaría a hacerlo.

"Maestro" o "capo" son algunas de las palabras que se escuchan y que lo motivan a seguir regalando su baile que puede ser bueno o malo, pero nunca mal juzgado desde la tribuna de la sensibilidad.

Es verdad que algunas personas se ríen de su expresión pero aún más son las que lo valoran con el aplauso o con motivadores tales como "seguí bailando" o "gracias por el esfuerzo".

Camilo volvió a tomar la palabra. "Yo trato de acercarme a la gente a través del baile". Y se acercó tanto que es también popular en facebook, no a través de una cuenta personal, sino porque gracias a su expresión, fue incluido en una campaña para que ser parte del ciclo televisivo de Marcelo Tinelli.

 

"Algo me enteré pero yo no estoy en eso, no uso celular, no estoy en las redes sociales pero respeto a la gente que me apoya en esa campaña. Aunque yo no estoy interesado en ser parte del "Bailando..." simplemente quiero bailar y que la gente se divierta", aseguró. "Más bien me gusta mucho hacer esto, que la gente se divierta", volvió a decir Camilo después, como necesitando reafirmar el concepto y explicar que de verdad lo que hace, lo disfruta. Y eso es exactamente lo que demuestra.