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La dieta de los jujeños

Miércoles, 27 de mayo de 2015 00:00
AFECTA A TODOS / EL INCREMENTO DEL SOBREPESO TIENE QUE VER CON LA ALIMENTACIÓN RICA EN GRASAS Y EL SEDENTARISMO.
En torno a la dieta predominante de los jujeños, según su percepción basada en la atención de pacientes en el hospital "Soria", la constante es que no es muy variada, algo vinculado a los hábitos, los compromisos laborales, y la preparación de las comidas. La nutricionista Fátima López explicó que la tendencia es la adquisición de alimentos donde predomina la denominada "chatarra" y en el caso de viandas se opta por las frituras, y la falta de organización hace caer en bife o milanesa con arroz, u otras similares donde son frecuentes las harinas, la carne y meriendas con abundancia de pan, bizcochos o facturas, que también se consumen luego de omitir un desayuno.
Por otra parte, en el Hospital "Soria" el incremento de obesidad y sobrepeso se ha visto reflejado entre los pacientes y según la nutricionista alcanza inclusive al personal. Entiende que en el contexto local se asocia a la persona que bajó de peso como alguien enfermo, y se comprende que es mejor tener mayor peso, algo que estimó que muchas personas no lo saben discernir y vuelven a subir de peso.
Además recordó que el descenso de peso debe ser progresivo ya que si se da bruscamente puede llegar a aumentar, con lo cual consideró que el paciente debe ser educado para que aprenda a convivir con un nuevo cuerpo. "Hay gente que no se reconoce en el espejo después de haber bajado de peso", precisó López.
De hecho en el servicio de Nutrición se reciben pacientes derivados de un médico, con lo cual explicó que el nutricionista no puede indicar libremente sino que necesita la participación médica porque es quien realiza el diagnóstico del paciente y pide laboratorio, placas y estudios en el caso de que encuentren algún indicio. Puede darse que el paciente consulte al traumatólogo porque le duele la columna, que le sugiere bajar de peso y deriva a la nutricionista. Consideró por ello que hay problemas que se relacionan directamente con el peso, pero estimó que lo importante es notarlo, consultar al médico dónde lo puede enviar. Por ello la indicación de la nutricionista se inclina como objetivo principal que el paciente aprenda a comer, mejore sus hábitos alimentarios, que si bien son difíciles de cambiar ayudan a evitar el efecto rebote que se puede producir si lo hace bruscamente.
A la hora de trabajar con los pacientes se les consulta qué les gusta, por lo que lla educación alimentaria es clave para buscar lo bueno y potenciarlo, y lo malo transformarlo progresivamente. Debido a que el chico no decide solo qué comer, se puede cambiar los hábitos.

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En torno a la dieta predominante de los jujeños, según su percepción basada en la atención de pacientes en el hospital "Soria", la constante es que no es muy variada, algo vinculado a los hábitos, los compromisos laborales, y la preparación de las comidas. La nutricionista Fátima López explicó que la tendencia es la adquisición de alimentos donde predomina la denominada "chatarra" y en el caso de viandas se opta por las frituras, y la falta de organización hace caer en bife o milanesa con arroz, u otras similares donde son frecuentes las harinas, la carne y meriendas con abundancia de pan, bizcochos o facturas, que también se consumen luego de omitir un desayuno.
Por otra parte, en el Hospital "Soria" el incremento de obesidad y sobrepeso se ha visto reflejado entre los pacientes y según la nutricionista alcanza inclusive al personal. Entiende que en el contexto local se asocia a la persona que bajó de peso como alguien enfermo, y se comprende que es mejor tener mayor peso, algo que estimó que muchas personas no lo saben discernir y vuelven a subir de peso.
Además recordó que el descenso de peso debe ser progresivo ya que si se da bruscamente puede llegar a aumentar, con lo cual consideró que el paciente debe ser educado para que aprenda a convivir con un nuevo cuerpo. "Hay gente que no se reconoce en el espejo después de haber bajado de peso", precisó López.
De hecho en el servicio de Nutrición se reciben pacientes derivados de un médico, con lo cual explicó que el nutricionista no puede indicar libremente sino que necesita la participación médica porque es quien realiza el diagnóstico del paciente y pide laboratorio, placas y estudios en el caso de que encuentren algún indicio. Puede darse que el paciente consulte al traumatólogo porque le duele la columna, que le sugiere bajar de peso y deriva a la nutricionista. Consideró por ello que hay problemas que se relacionan directamente con el peso, pero estimó que lo importante es notarlo, consultar al médico dónde lo puede enviar. Por ello la indicación de la nutricionista se inclina como objetivo principal que el paciente aprenda a comer, mejore sus hábitos alimentarios, que si bien son difíciles de cambiar ayudan a evitar el efecto rebote que se puede producir si lo hace bruscamente.
A la hora de trabajar con los pacientes se les consulta qué les gusta, por lo que lla educación alimentaria es clave para buscar lo bueno y potenciarlo, y lo malo transformarlo progresivamente. Debido a que el chico no decide solo qué comer, se puede cambiar los hábitos.

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