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Lo tenía enfrente mío, ese fue un día normal

Viernes, 08 de mayo de 2015 00:00
ENJUICIADO / EL EXEFECTIVO JULIO DIEGO TORALES JUNTO A SU ABOGADO (ARCHIVO).
Una mujer policía afirmó ayer que el funcionamiento del Destacamento de Lomas del Mirador cuando estuvo "demorado" Luciano Arruga por un presunto robo fue "normal", al declarar en el juicio oral que se le sigue al exefectivo Julio Diego Torales, acusado de haber torturado al adolescente, quien desapareció cuatro meses después de esa detención en 2008 y cuyo cadáver fue hallado en 2014.
"(Arruga) Estuvo en la cocina, lo tenía enfrente mío, estábamos nosotros solamente y conversamos. Fue un día normal como siempre que hay una persona demorada", dijo Mónica Chapero, que ese día trabajó como ayudante de guardia y el imputado era el oficial de servicio.
La mujer relató ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de La Matanza que cerca del mediodía del 22 de septiembre de 2008 "bajó del móvil con un chico", a quien requisaron y llevaron al Cuerpo Médico Forense.
Según la mujer policía, quien actualmente desempeña sus tareas en la Seccional de Altos de Laferrere, al adolescente "lo dejaron en la cocina", donde estuvo con él hasta las 17, cuando se realizó el relevo del personal.
El TOC 3 pasó a un cuarto intermedio para hoy, a las 12, cuando las partes desarrollarán sus respectivos alegatos. El TOC 3 pasó a un cuarto intermedio para hoy, a las 12, cuando las partes desarrollarán sus respectivos alegatos.
""La hermana (Vanesa Orieta) gritaba pero nada fuera de lo normal", aseguró Chapero, la cual estuvo en el Destacamento hasta cerca de las 19 y luego se retiró.
Tras finalizar su testimonio, el fiscal José Luis Longobardi, los abogados Maximiliano Medina y María Dinard, del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y Juan Manuel Combi, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) La Matanza, pidieron la "nulidad" de su declaración.
Es que para Longobardi "en caso de que haya una condena, la testigo se ubicó en tiempo, espacio y lugar", por lo que consideró que se "autoincriminó".
Este planteo del fiscal y de los abogados del particular damnificado será respondido por los jueces Diana Volpicina, Gustavo Navarrine y Liliana Logroño durante la lectura del veredicto.
En tanto, también declaró Miguel Angel Olmos, exsubteniente que trabajaba en el Destacamento de Lomas del Mirador y que aprehendió a Luciano.
El expolicía había sido condenado junto a su compañero, llamado Miguel Sorayre, a dos años y medio de prisión en suspenso por el delito de "encubrimiento de omisión de denuncia" en el marco de la aprehensión de Luciano.
De acuerdo a su relato, el hombre estaba apostado con su entonces camarada en el barrio Santos Vega a bordo de un patrullero cuando "llamaron del novecientos once por un delito en un colegio".
"Fuimos al lugar y tres o cuatro chicos nos dijeron que les habían robado los celulares. Nos describieron a la persona y por la vestimenta damos con ella", recordó.
El exsubteniente dijo que "lo aprehendieron sin testigos porque en la villa la gente se viene encima del patrullero" y que, tras "palparlo de armas", encontraron entre sus ropas los objetos que habían sido sustraídos a los alumnos.
Según el testimonio, llevaron al adolescente al destacamento y lo dejaron en la cocina a cargo de Chapero, por lo que luego se retiraron nuevamente al puesto policial asignado.
Olmos volvió al destacamento a las 17, ya que a esa hora terminaba su jornada laboral, y se dio cuenta de que le "faltaba una remera que estaba en el baño", por lo que le preguntó a la ayudante de guardia si la había visto y ésta le respondió que se fijara si fue Luciano porque era el único que entró al baño.
"La tenía el chico puesta encima de dos buzos y otra remera. Se la pedí, me la puse y me fui", aseguró Olmos.
Por último, también declaró Yoel Colla, quien en la mañana del 22 de septiembre de 2008 concurrió a la clase de gimnasia en el Colegio "Pablo VI" de Lomas del Mirador y estaba junto con otros amigos.
"Estábamos en la puerta del colegio cuando vino alguien que nos dijo "denme todo lo que tienen' y nos sacó los celulares", indicó.
El joven avisó en el colegio lo que había sucedido hasta que a la tarde, en el transcurso de las clases, le avisaron que habían recuperado sus pertenencias, por lo que fueron al Destacamento acompañados por sus padres y les "devolvieron las cosas".

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Una mujer policía afirmó ayer que el funcionamiento del Destacamento de Lomas del Mirador cuando estuvo "demorado" Luciano Arruga por un presunto robo fue "normal", al declarar en el juicio oral que se le sigue al exefectivo Julio Diego Torales, acusado de haber torturado al adolescente, quien desapareció cuatro meses después de esa detención en 2008 y cuyo cadáver fue hallado en 2014.
"(Arruga) Estuvo en la cocina, lo tenía enfrente mío, estábamos nosotros solamente y conversamos. Fue un día normal como siempre que hay una persona demorada", dijo Mónica Chapero, que ese día trabajó como ayudante de guardia y el imputado era el oficial de servicio.
La mujer relató ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de La Matanza que cerca del mediodía del 22 de septiembre de 2008 "bajó del móvil con un chico", a quien requisaron y llevaron al Cuerpo Médico Forense.
Según la mujer policía, quien actualmente desempeña sus tareas en la Seccional de Altos de Laferrere, al adolescente "lo dejaron en la cocina", donde estuvo con él hasta las 17, cuando se realizó el relevo del personal.
El TOC 3 pasó a un cuarto intermedio para hoy, a las 12, cuando las partes desarrollarán sus respectivos alegatos. El TOC 3 pasó a un cuarto intermedio para hoy, a las 12, cuando las partes desarrollarán sus respectivos alegatos.
""La hermana (Vanesa Orieta) gritaba pero nada fuera de lo normal", aseguró Chapero, la cual estuvo en el Destacamento hasta cerca de las 19 y luego se retiró.
Tras finalizar su testimonio, el fiscal José Luis Longobardi, los abogados Maximiliano Medina y María Dinard, del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y Juan Manuel Combi, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) La Matanza, pidieron la "nulidad" de su declaración.
Es que para Longobardi "en caso de que haya una condena, la testigo se ubicó en tiempo, espacio y lugar", por lo que consideró que se "autoincriminó".
Este planteo del fiscal y de los abogados del particular damnificado será respondido por los jueces Diana Volpicina, Gustavo Navarrine y Liliana Logroño durante la lectura del veredicto.
En tanto, también declaró Miguel Angel Olmos, exsubteniente que trabajaba en el Destacamento de Lomas del Mirador y que aprehendió a Luciano.
El expolicía había sido condenado junto a su compañero, llamado Miguel Sorayre, a dos años y medio de prisión en suspenso por el delito de "encubrimiento de omisión de denuncia" en el marco de la aprehensión de Luciano.
De acuerdo a su relato, el hombre estaba apostado con su entonces camarada en el barrio Santos Vega a bordo de un patrullero cuando "llamaron del novecientos once por un delito en un colegio".
"Fuimos al lugar y tres o cuatro chicos nos dijeron que les habían robado los celulares. Nos describieron a la persona y por la vestimenta damos con ella", recordó.
El exsubteniente dijo que "lo aprehendieron sin testigos porque en la villa la gente se viene encima del patrullero" y que, tras "palparlo de armas", encontraron entre sus ropas los objetos que habían sido sustraídos a los alumnos.
Según el testimonio, llevaron al adolescente al destacamento y lo dejaron en la cocina a cargo de Chapero, por lo que luego se retiraron nuevamente al puesto policial asignado.
Olmos volvió al destacamento a las 17, ya que a esa hora terminaba su jornada laboral, y se dio cuenta de que le "faltaba una remera que estaba en el baño", por lo que le preguntó a la ayudante de guardia si la había visto y ésta le respondió que se fijara si fue Luciano porque era el único que entró al baño.
"La tenía el chico puesta encima de dos buzos y otra remera. Se la pedí, me la puse y me fui", aseguró Olmos.
Por último, también declaró Yoel Colla, quien en la mañana del 22 de septiembre de 2008 concurrió a la clase de gimnasia en el Colegio "Pablo VI" de Lomas del Mirador y estaba junto con otros amigos.
"Estábamos en la puerta del colegio cuando vino alguien que nos dijo "denme todo lo que tienen' y nos sacó los celulares", indicó.
El joven avisó en el colegio lo que había sucedido hasta que a la tarde, en el transcurso de las clases, le avisaron que habían recuperado sus pertenencias, por lo que fueron al Destacamento acompañados por sus padres y les "devolvieron las cosas".