Miles de maestros de distintos estados protestaron en
México para presionar al gobierno, que ratificó el avance de la resistida
reforma educativa promulgada hace dos años.
Mediante dos multitudinarias marchas que partieron del
Palacio Legislativo y el confluido Paseo de la Reforma, decenas de miles de maestros expresaron su repudio a la reforma educativa, promulgada en 2013 por el presidente Peña Nieto.
Esta contempla, entre varios puntos, la instauración de un sistema de evaluación obligatorio para todos los maestros, una medida que estos días tensó los ánimos entre los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en huelga desde el 1 de junio.
El examen docente fue suspendido a fines de mayo, pero reactivado el lunes pasado por el gobierno, que atribuyó la cancelación a factores "técnicos", como falta de computadoras, y políticos, por los comicios del domingo, cuando se eligieron 2.016 cargos bajo la amenaza de boicot electoral en varios estados.
"Los argumentos que presentan es como si México fuera un país de retrasados mentales. Y nos obligan a tener una respuesta inmediata", vociferó a los medios el secretario general de la Cnte en Michoacán, Juan José Ortega, quien encabezó una de las marchas que transitó pacíficamente por la capital.
Según Ortega, la evaluación docente no debería ser "punitiva" y el examen tiene que quedar al margen de una "estandarización" y contemplar particularidades de cada región.
Sin embargo, Peña Nieto afirmó que "los procesos de evaluación docente siguen adelante, ni se posponen, ni se difieren, y por ninguna razón se cancelan".
Ante esta actitud, propuestas alternativas del sindicato, como planes pedagógicos acorde a cada área, parecen no tener cabida. Aun con ello, los maestros, cuya huelga afecta a más de seis millones de alumnos, no aflojan el pulso.
Miles de maestros de distintos estados protestaron en
México para presionar al gobierno, que ratificó el avance de la resistida
reforma educativa promulgada hace dos años.
Mediante dos multitudinarias marchas que partieron del
Palacio Legislativo y el confluido Paseo de la Reforma, decenas de miles de maestros expresaron su repudio a la reforma educativa, promulgada en 2013 por el presidente Peña Nieto.
Esta contempla, entre varios puntos, la instauración de un sistema de evaluación obligatorio para todos los maestros, una medida que estos días tensó los ánimos entre los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en huelga desde el 1 de junio.
El examen docente fue suspendido a fines de mayo, pero reactivado el lunes pasado por el gobierno, que atribuyó la cancelación a factores "técnicos", como falta de computadoras, y políticos, por los comicios del domingo, cuando se eligieron 2.016 cargos bajo la amenaza de boicot electoral en varios estados.
"Los argumentos que presentan es como si México fuera un país de retrasados mentales. Y nos obligan a tener una respuesta inmediata", vociferó a los medios el secretario general de la Cnte en Michoacán, Juan José Ortega, quien encabezó una de las marchas que transitó pacíficamente por la capital.
Según Ortega, la evaluación docente no debería ser "punitiva" y el examen tiene que quedar al margen de una "estandarización" y contemplar particularidades de cada región.
Sin embargo, Peña Nieto afirmó que "los procesos de evaluación docente siguen adelante, ni se posponen, ni se difieren, y por ninguna razón se cancelan".
Ante esta actitud, propuestas alternativas del sindicato, como planes pedagógicos acorde a cada área, parecen no tener cabida. Aun con ello, los maestros, cuya huelga afecta a más de seis millones de alumnos, no aflojan el pulso.