El
arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, le envió una carta al juez de la
Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, en el que le expresó su solidaridad ante las críticas que recibió por parte del Gobierno nacional y sostuvo que esta situación "vulnera no sólo el orden constitucional sino las normas éticas fundamentales de la convivencia pacífica".
Según difundió un medio gráfico porteño, el cardenal le expresó al magistrado su "solidaridad y gratitud por el servicio que entrega generosamente" a la Argentina.
En la carta, Poli catalogó a Fayt de "venerable y sabio letrado" y señaló: "Con estas breves líneas, quiero expresar mi solidaridad y gratitud a su persona y al servicio que usted entrega generosamente a nuestra nación. Motiva mi carta el cuestionamiento a vuestra persona porque entiendo vulnera no sólo el orden constitucional sino las normas éticas fundamentales de la convivencia pacífica".
El prelado subrayó que tuvo "la suerte" de formarse "como obispo junto al que ahora es el Papa Francisco", por lo que aseguró que conoce "su pensamiento ante el atropello y postergación de los ancianos por el solo hecho de serlo".
"Hace poco más de un año, el Papa Francisco en un documento afirmó que es conveniente escuchar a los jóvenes y a los ancianos. Ambos son la esperanza de los pueblos. Los ancianos representan la memoria y la sabiduría de la experiencia, que invitan a no repetir las nuevas tendencias de la humanidad y del evangeli gaudium", resaltó el arzobispo.
Por su parte, el juez de la Corte Suprema agradeció el respaldo de la Iglesia con otra misiva, en la que alude al libro del Génesis y destaca sus obligaciones ante el "don de la longevidad", que asegura encubre obligaciones "inclaudicables". "Tan emocionante mensaje y muestra de bondad me estimulan para continuar con más fuerzas, cumpliendo de la mejor manera mi destino terrenal", agregó el magistrado.
El juez de la Corte, de 97 años, es cuestionado por el Gobierno nacional porque supuestamente no estaría en condiciones de ejercer el cargo y se le reprocha la acordada que firmó, sin estar físicamente en Tribunales, para reelegir a su par Ricardo Lorenzetti como presidente del cuerpo para el año 2016.
El
arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, le envió una carta al juez de la
Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, en el que le expresó su solidaridad ante las críticas que recibió por parte del Gobierno nacional y sostuvo que esta situación "vulnera no sólo el orden constitucional sino las normas éticas fundamentales de la convivencia pacífica".
Según difundió un medio gráfico porteño, el cardenal le expresó al magistrado su "solidaridad y gratitud por el servicio que entrega generosamente" a la Argentina.
En la carta, Poli catalogó a Fayt de "venerable y sabio letrado" y señaló: "Con estas breves líneas, quiero expresar mi solidaridad y gratitud a su persona y al servicio que usted entrega generosamente a nuestra nación. Motiva mi carta el cuestionamiento a vuestra persona porque entiendo vulnera no sólo el orden constitucional sino las normas éticas fundamentales de la convivencia pacífica".
El prelado subrayó que tuvo "la suerte" de formarse "como obispo junto al que ahora es el Papa Francisco", por lo que aseguró que conoce "su pensamiento ante el atropello y postergación de los ancianos por el solo hecho de serlo".
"Hace poco más de un año, el Papa Francisco en un documento afirmó que es conveniente escuchar a los jóvenes y a los ancianos. Ambos son la esperanza de los pueblos. Los ancianos representan la memoria y la sabiduría de la experiencia, que invitan a no repetir las nuevas tendencias de la humanidad y del evangeli gaudium", resaltó el arzobispo.
Por su parte, el juez de la Corte Suprema agradeció el respaldo de la Iglesia con otra misiva, en la que alude al libro del Génesis y destaca sus obligaciones ante el "don de la longevidad", que asegura encubre obligaciones "inclaudicables". "Tan emocionante mensaje y muestra de bondad me estimulan para continuar con más fuerzas, cumpliendo de la mejor manera mi destino terrenal", agregó el magistrado.
El juez de la Corte, de 97 años, es cuestionado por el Gobierno nacional porque supuestamente no estaría en condiciones de ejercer el cargo y se le reprocha la acordada que firmó, sin estar físicamente en Tribunales, para reelegir a su par Ricardo Lorenzetti como presidente del cuerpo para el año 2016.