La intransigencia de los acreedores de Grecia y la interrupción de las negociaciones pusieron ayer al país al borde de la cesación de pagos y la salida de la eurozona, al tiempo que desató una ola de bajas en las bolsas del mundo entero.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, interrumpió ayer una ronda de negociaciones que los acreedores mantenían con Grecia sobre la crisis de deuda por las diferencias entre las partes en relación a las reformas que debe emprender Atenas.
"Aunque se han hecho algunos avances, las conversaciones no tuvieron éxito, ya que continúa habiendo diferencias significativas entre los planes de las autoridades griegas y los requisitos conjuntos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)", indicó Juncker.
Las negociaciones deberán continuar esta semana en una reunión del eurogrupo. Los 19 ministros de Finanzas de la eurozona se encontrarán el jueves en Luxemburgo.
La parte europea del programa de ayudas para Grecia vence el 30 de junio. Los acreedores exigen a Atenas una serie de reformas para entregarle un nuevo tramo de ayudas por 7.200 millones de euros (unos 8.100 millones de dólares), sin los que Grecia podría entrar en cesación de pagos.
Además, el 30 de junio Atenas debe pagar 1.600 millones de euros al FMI, después de que el gobierno griego acordara unificar todos los vencimientos de deuda del mes.
El sábado, un representante de Juncker se reunió con Nikos Papas, estrecho colaborador del primer ministro griego, Alexis Tsipras.
El presidente de la Comisión solicitó que ayer se unieran representantes de todos los acreedores a las negociaciones, en un último intento por lograr un acuerdo.
Entre los planes del gobierno griego y de los acreedores hay una distancia de unos 2.000 millones de euros anuales, que representan entre el 0,5% y 1% del producto bruto interno (PBI) del país. "El gobierno reitera que, sin lugar a dudas, no se aceptará un recorte en las jubilaciones y salarios, ni aumentos en bienes esenciales como la electricidad", dijo una fuente gubernamental.
Los analistas sospechan que Grecia podría tener que dejar la eurozona si cae en bancarrota, lo que podría desestabilizar a su vez a la unión monetaria. Juncker alertó la víspera de las "devastadoras consecuencias" que tendría la salida del pais, conocida como "Grexit".
El domingo, el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, advirtió que Europa no iba a rescatar Grecia a cualquier precio. "En el gobierno griego hay gente que cree que el miedo a una salida de Grecia de la eurozona es tan grande que haremos cualquier cosa. Eso no va a pasar. No nos dejamos extorsionar", aseguró.
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La intransigencia de los acreedores de Grecia y la interrupción de las negociaciones pusieron ayer al país al borde de la cesación de pagos y la salida de la eurozona, al tiempo que desató una ola de bajas en las bolsas del mundo entero.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, interrumpió ayer una ronda de negociaciones que los acreedores mantenían con Grecia sobre la crisis de deuda por las diferencias entre las partes en relación a las reformas que debe emprender Atenas.
"Aunque se han hecho algunos avances, las conversaciones no tuvieron éxito, ya que continúa habiendo diferencias significativas entre los planes de las autoridades griegas y los requisitos conjuntos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)", indicó Juncker.
Las negociaciones deberán continuar esta semana en una reunión del eurogrupo. Los 19 ministros de Finanzas de la eurozona se encontrarán el jueves en Luxemburgo.
La parte europea del programa de ayudas para Grecia vence el 30 de junio. Los acreedores exigen a Atenas una serie de reformas para entregarle un nuevo tramo de ayudas por 7.200 millones de euros (unos 8.100 millones de dólares), sin los que Grecia podría entrar en cesación de pagos.
Además, el 30 de junio Atenas debe pagar 1.600 millones de euros al FMI, después de que el gobierno griego acordara unificar todos los vencimientos de deuda del mes.
El sábado, un representante de Juncker se reunió con Nikos Papas, estrecho colaborador del primer ministro griego, Alexis Tsipras.
El presidente de la Comisión solicitó que ayer se unieran representantes de todos los acreedores a las negociaciones, en un último intento por lograr un acuerdo.
Entre los planes del gobierno griego y de los acreedores hay una distancia de unos 2.000 millones de euros anuales, que representan entre el 0,5% y 1% del producto bruto interno (PBI) del país. "El gobierno reitera que, sin lugar a dudas, no se aceptará un recorte en las jubilaciones y salarios, ni aumentos en bienes esenciales como la electricidad", dijo una fuente gubernamental.
Los analistas sospechan que Grecia podría tener que dejar la eurozona si cae en bancarrota, lo que podría desestabilizar a su vez a la unión monetaria. Juncker alertó la víspera de las "devastadoras consecuencias" que tendría la salida del pais, conocida como "Grexit".
El domingo, el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, advirtió que Europa no iba a rescatar Grecia a cualquier precio. "En el gobierno griego hay gente que cree que el miedo a una salida de Grecia de la eurozona es tan grande que haremos cualquier cosa. Eso no va a pasar. No nos dejamos extorsionar", aseguró.