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Una prueba dura para Maduro | Venezuela, Consejo Nacional Electoral, reclamos de la oposición, Tibisay Lucena, Nicolás Maduro

Miércoles, 24 de junio de 2015 00:00
 NICOLÁS MADURO / PRESIDENTE DE VENEZUELA.
Con su anuncio de que los comicios se celebrarán el próximo 6 de diciembre, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, puso fin el lunes a los reclamos de la oposición y políticos extranjeros, que aseguraban que el retraso en la publicación del cronograma electoral era parte de una artimaña oficialista.
Incluso llegaron a insinuar que no se celebrarían elecciones para renovar la Asamblea Nacional, a pesar de que no hay un plazo legal mínimo estipulado para la convocatoria.
Las elecciones legislativas son vistas por muchos como la prueba más difícil a la que se enfrentará Nicolás Maduro, heredero del fallecido Hugo Chávez, en sus dos años de mandato.
Su gobierno enfrenta una abrupta caída de ingresos petroleros y una disparada inflación y escasez de productos básicos, lo que genera gran descontento popular.
“El hecho de que se haya dado una fecha electoral le dio a Leopoldo (López) una salida muy digna a la huelga de hambre. Ahora la oposición, aunque está más fragmentada que antes y con dos liderazgos, López y Capriles, debería concentrase unida en el objetivo electoral”, opinó la consultora política de Datastrategia, Carmen Beatriz Fernández.
Las protestas opositoras de 2014 dejaron en evidencia la fragmentación de la oposición. López, junto a la exdiputada María Corina Machado y el alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, impulsó la estrategia de “La Salida”, que apuntaba a exigir la salida del poder del Gobierno de Maduro bajo la presión de manifestaciones callejeras.
Esa táctica generó reticencias entre dirigentes considerados moderados de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), entre ellos su líder y excandidato presidencial Henrique Capriles, quien advirtió que las condiciones no estaban dadas “para presionar la salida del gobierno” y aboga por una ruta únicamente electoral.
“El enemigo externo es tan poderoso que eso va a obligar a la unidad”, aseguró Fernández, al advertir que la campaña electoral “será muy desbalanceada”, pues el “oficialismo hará como siempre gala del uso de los recursos públicos”.
Según un estudio, la aprobación de Maduro se ubicaba en 28,2%.

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Con su anuncio de que los comicios se celebrarán el próximo 6 de diciembre, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, puso fin el lunes a los reclamos de la oposición y políticos extranjeros, que aseguraban que el retraso en la publicación del cronograma electoral era parte de una artimaña oficialista.
Incluso llegaron a insinuar que no se celebrarían elecciones para renovar la Asamblea Nacional, a pesar de que no hay un plazo legal mínimo estipulado para la convocatoria.
Las elecciones legislativas son vistas por muchos como la prueba más difícil a la que se enfrentará Nicolás Maduro, heredero del fallecido Hugo Chávez, en sus dos años de mandato.
Su gobierno enfrenta una abrupta caída de ingresos petroleros y una disparada inflación y escasez de productos básicos, lo que genera gran descontento popular.
“El hecho de que se haya dado una fecha electoral le dio a Leopoldo (López) una salida muy digna a la huelga de hambre. Ahora la oposición, aunque está más fragmentada que antes y con dos liderazgos, López y Capriles, debería concentrase unida en el objetivo electoral”, opinó la consultora política de Datastrategia, Carmen Beatriz Fernández.
Las protestas opositoras de 2014 dejaron en evidencia la fragmentación de la oposición. López, junto a la exdiputada María Corina Machado y el alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, impulsó la estrategia de “La Salida”, que apuntaba a exigir la salida del poder del Gobierno de Maduro bajo la presión de manifestaciones callejeras.
Esa táctica generó reticencias entre dirigentes considerados moderados de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), entre ellos su líder y excandidato presidencial Henrique Capriles, quien advirtió que las condiciones no estaban dadas “para presionar la salida del gobierno” y aboga por una ruta únicamente electoral.
“El enemigo externo es tan poderoso que eso va a obligar a la unidad”, aseguró Fernández, al advertir que la campaña electoral “será muy desbalanceada”, pues el “oficialismo hará como siempre gala del uso de los recursos públicos”.
Según un estudio, la aprobación de Maduro se ubicaba en 28,2%.

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