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15 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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No es mi intención hablar mal del hombre | La entrevista a Noemí Salerno

Sabado, 27 de junio de 2015 13:46

La obra se llama "Magdalena" y es de un autor platense que se la dio el año pasado para que la considerara. Le interesó la idea de hablar de los conflictos de la vida de las mujeres sometidas a mandatos sociales y preceptos.

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La obra se llama "Magdalena" y es de un autor platense que se la dio el año pasado para que la considerara. Le interesó la idea de hablar de los conflictos de la vida de las mujeres sometidas a mandatos sociales y preceptos.

Se viene un estreno muy personal...

Sí me tiene muy ansiosa, muy orgullosa, muy temerosa, muy nerviosa y muy feliz. Es una obra que ha escrito Mauro Molina que es un director y autor oriundo de Mar del Plata, que vive en Buenos Aires. Ha recibido premios por esta obra, y de hecho obtuvo la Estrella de Mar en el año 2013 en Mar del Plata como Mejor Unipersonal.

¿De qué se trata esta obra?

Magdalena es una mujer de la década del cincuenta pero que llega hasta el mediodía, por eso la hago yo que soy una señora grande. Ella está en su casa y cuenta su historia a través de todo aquello que las mujeres traemos en la educación de años. Es lo que llamamos mandatos sociales, pero en realidad son esos preceptos que nos vamos condicionando, y con los que somos educadas. Y aunque parezca que en la actualidad las hemos superado.... que ya no nos afectan... No. Lo cierto es que todavía tenemos esos preceptos que se nos han incorporado a la vida, que aparecen en un manual.

¿Un manual?

Sí. El "Manual de la Buena Esposa" que tiene que ver con nuestra formación. La mujer como mujer, la mujer madre, la mujer esposa, la mujer hija, la mujer un ser social. Entonces, Magdalena nos va contando su vida, y en el transcurso del relato se va encontrando con su madre, su abuela. Por ejemplo, los preceptos con lo sexual que tan fuertemente están metidos en nuestra sociedad. Los principios son que la mujer tiene que cuidarse más porque puede ser madre, que tiene que tener un pensamiento positivo y lógico al enfrentarse a la relación sexual. Claro, todo esto contado así, pareciera una coas muy densa, pero Martín Calvó, que es mi director, extraordinario profesor de teatro y de clown, vamos jugando con lo que le va ocurriendo a Magdalena, y entonces la obra tiene humor casi todo el tiempo.

¿Cuándo fue escrita esta obra?

En el 2010, 2011, y se estrena en el 2013. Cuando el autor viene a dictar un taller el año pasado, en el Entepola de Jujuy, en el mes de octubre, me conoce, me la ofrece y cuando la leí me gustó. Pensamos que la podíamos hacer desde un registro de actuación diferente. En este momento se está haciendo en la provincia de San Juan, con un registro muy distinto al nuestro. Magdalena está sumergida en su casa y todo su entorno y sus cosas son enromes para ella. Ella se siente muy chiquitita, en una realidad que la oprime, la condiciona. Y eso lo contamos con humor y visualmente con la escenografía, con la música (muchos boleros de Armando Manzanero), etc.

¿Cuál fue tu primera impresión al leerla?

Al principio me resultó como rara. Luego la leí otra vez, y después de un par de viajes por trabajo, volví y me dije: a mí me gusta estar arriba del escenario, y busqué un par de directores de Jujuy para hacerla, cada uno con una estética diferente, y lo trabajamos con Martín porque lo que a mí me gusta es la técnica de clown. Si bien yo no aparezco de payasa con la nariz, la técnica de clown está presente, en esto de trabajar sobre la consecuencia de la intención de lo que se dice. Las acciones están en un registro como exagerado. Ella permanentemente está haciendo una crítica de la actuación de lo que le está pasando. Ella se separa del personaje de esa mujer sometida y se burla. Dialoga con su marido, y con una planta que tiene desde que era chiquita que se llama Magdalena también.

¿Cómo te sentiste vos Noemí Salerno, como mujer no como artista, con este encuentro con la obra?

Primero me empecé a sorprender. A medida que fui explorando al personaje, fui encontrando qué es lo que siente, lo que le pasa, de qué sufre, de qué se ríe, y de qué se burla. y en este caso, encontré a mis hermanas, a mi mamá, a muchas mujeres conocidas,. Hay momentos en que la mamá de Magdalena le habla en la obra, y que yo siento, que me habla mi mamá a mí. "Tu lugar es al lado de tu marido... ni se te ocurra pensar que te vas a separar", cosas como esta, o Magdalena cuando dice en un momento "aunque te sientas vacía y no puedas florecer". Es sentir qué le está pasando a una persona que tiene que aceptar las reglas del juego con una autoestima baja.

Tiene un marco especial en este tiempo en que todos estamos levantando la bandera del "Ni una menos"....

Casualmente aparece esta obra, en un momento, en que el rol de la mujer, o la mujer en la sociedad, tiene una mirada diferente pero muy profunda. No es que la mujer cambió, sino que cambió la mirada hacia situaciones que eran muy difíciles. Sin embargo a mí, por una cuestión de principios, no me gustan las obras feministas, que hablan mal del hombre. Yo creo en la familia en la que haya entendimiento, que uno pueda hablar, que se puedan disfrutar momentos juntos, la emoción de ver a un hijo en el escenario del colegio, esas pequeñas cosas de la vida.

Yo creo que la sociedad la componemos todos en una posición pareja, de encuentro. No me gustaría hacer una obra en la que quede mal el hombre. No era esa mi intención. Magdalena no es eso. Es ella misma, y reconoce que a veces es la mujer la que tiene que asumir la responsabilidad, que todo no viene de afuera, ni es culpa del marido, o de los otros. Ella toma en la obra una decisión final.

Magdalena no tiene hijos. El autor con muy buen criterio evitó esta situación, porque creo que cuando una mujer tiene hijos tiene otro rol, que si bien no es que se tiene aguantar lo que venga, pero tiene que tener una mirada diferente. Nos reímos mucho de los mandatos con los que fuimos educadas.

¿Para qué público es?

Yo creo que es para toda edad, porque parecería que es para señoras mayores, pero el registro de actuación y la puesta en escena es muy actual. Esta bueno ver a un director y una actriz como yo, que nos jugamos sobre nuevas estéticas.

Estamos muy formados, no nos hemos quedado con un tallercito de teatro, ambos estamos constantemente trabajando y estudiando, hurgando en la posibilidad de repensar el teatro para que no sea aburrido o fuera de tiempo. Siempre pensamos en la imagen, en el sonido. Nuestro técnico y diseñador gráfico es Pablo Carrizo, que también hace toda la música y tiene mucho que ver con este aspecto.

¿Qué intervención tiene la música en la puesta?

Muy interesante, porque incluso Pablo Carrizo hace la adaptación de un tema musical que lo hacen dos músicos de La Yugular. Eso está grabado en estudio, y lo canto yo, con mi modesta voz, pero bueno, es muy sentido. También hay una versión de un tema de Armando manzanero que es el leitmotiv de la obra, el bolero "No", pero con una versión hecha en heavy metal, porque hay una nueva mirada de su vida.

Hay toda una transformación de Magdalena, que se mete en los tiempos de hoy.

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