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El arte de Gabriel Alarcón,entre lo sagrado, lo profano y lo popular | Arte jujeño, Gabriel Alarcón, pintura, barroco andino, Churito

Martes, 28 de julio de 2015 00:00
<div>CHURITO / LA OBRA PREMIADA EN EL SALÓN REGIONAL DE SANTIAGO DEL ESTERO. TODO UN AUTORRETRATO DE NUESTRA CULTURA.&nbsp;</div><div><div>
¿La pintura tiene el objetivo de querer cambiar algo? La respuesta es sí, o por lo menos, lo intenta. Sobre todo si el espectador se detiene a ver desde la perspectiva de Gabriel Alarcón, un artista jujeño que dice mucho en su propuesta que no deja de tener colores, texturas pero también impacto y mixturas que sorprenden.
Y es que desde sus obras se desprenden las realidades exactas salidas de esa conexión entre lo sagrado y lo profano, pero también la esencia de lo andino combinada con lo externo a la tierra y que se torna lejano e internacional.
En su obra, los objetos populares se constituyeron en un complemento que tuvo un papel fundamental para forjar su mirada y correspondiente desempeño sobre aquello que quería decir. "Y lo que fui descubriendo es pensar que no sé si el arte puede cambiar el mundo de manera drástica pero sí creo que va generando visibilizaciones de problemáticas o hechos o situaciones que de otra manera pasarían a ser perseguidas, entonces me interesó la búsqueda desde ese lado" decía el artista plástico a nuestro diario, con la convicción firme de que en su camino, sus conceptos dejan ver una claridad perceptible, motivada por el esfuerzo y el trabajo constante.
En sus cuadros, las imágenes son como canciones que se destacan unas de otras, abordando muchas temáticas que no son para nada indiferentes al espectador. Allí, en ese lienzo presto a recibir color, se filtran sus ideas gracias a las que logra emerger su impronta personal. La misma que aspira a querer torcer lo estereotipado y llevarla hacia algo distinto, para poder exponer sus obras como cartas sobre la mesa y que todos las vean.
"Churito". Es el título de la obra del artista jujeño, premiada en el Salón Regional de Santiago del Estero.
"La verdad es que no sé cómo la gente lo capta, porque pasan cosas raras, la obra una vez que sale de las manos, a veces cobra vida. Hay gente que le puede gustar o no" asegura Gabriel quien logra tener un sello personal al modificar algo establecido.
Sin dudas, una labor que viene realizando desde que se recibió como profesor de Artes, en el año 2006 en nuestra provincia y después de varias muestras individuales, colectivas y proyectos artísticos que lo llevaron al compromiso absoluto con su carrera.
En su muestra, "CON-SÉ-VIDAS" propuso una serie de vírgenes apócrifas según lo expresó, son piezas que tienen como base la iconografía mariana del barroco andino e influencias estéticas del arte kitsch y del pop. Es así que sus personajes ya no se situaron en lo netamente religioso, sino que se muestran como una tarjeta de invitación para poner en relieve la fuerza de los cultos populares y originarios, de nuestra cultura, donde también exalta a la divinidad femenina y materna.
Otra de sus facetas como creador fue descubierta en la muestra "Carpita multicolor" donde el carnaval fue rienda suelta a la diversión y dejó libre al pujllay para que eso suceda. Allí su creatividad puesta en las pinceladas fue notable. Los hombres-diablo fueron protagonistas y forjaron melodías visuales con sus formas elegantes, como si quedaran suspendidos en medio de la música, en el centro de la escena. O como si no les costara nada demostrar que en las cosas de la vida, se esconden felicidades dionisíacas, posibles en individualidades desdobladas. Todo un festín de cuadros con un encanto definido ensamblado con la idea de opuestos, exponiendo por enésima vez la convivencia entre lo sagrado y lo profano, lo propio y lo ajeno. O no.
"Churito"
"Ya se viene el temporal del cerrito/
Si me querés, tapame con tu ponchito" dice en versito Gabriel sobre su obra que ofrece, acaso una fotografía de lo que somos.
Y es que en "Churito", el jujeño habla junto a su poncho que tiene cuidado en los detalles, donde se saludan dos flamencos rosados y, en donde, entre flores, plumas y calaveras, renace el rostro del Che, el coya, el sol, las aves y un hincha del lobo con un aerosol en la mano y el ángel arcabucero, que apunta desde las alturas a un chulo con forma de orejas de Mickey Mouse. Todo un cóctel ecléctico de figuras en el que se ve lo que la cultura jujeña devela a través de sus elementos más representativos.
Este "Churito" participó en el Salón Regional de Santiago del Estero hace cinco años, donde terminó premiado en la categoría "Artista menor de 30 años". "El reconocimiento siempre es bueno. Y por lo que se refiere a la obra, es una autorrepresentación, una manera que proponer que la cultura es un tejido, múltiple y diverso" destacó Gabriel, quien viene de exponer figuras que tomaron lo propio con la idea de tomar lo popular, pero no solamente desde lo regional, sino desde lo netamente cultural.

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¿La pintura tiene el objetivo de querer cambiar algo? La respuesta es sí, o por lo menos, lo intenta. Sobre todo si el espectador se detiene a ver desde la perspectiva de Gabriel Alarcón, un artista jujeño que dice mucho en su propuesta que no deja de tener colores, texturas pero también impacto y mixturas que sorprenden.
Y es que desde sus obras se desprenden las realidades exactas salidas de esa conexión entre lo sagrado y lo profano, pero también la esencia de lo andino combinada con lo externo a la tierra y que se torna lejano e internacional.
En su obra, los objetos populares se constituyeron en un complemento que tuvo un papel fundamental para forjar su mirada y correspondiente desempeño sobre aquello que quería decir. "Y lo que fui descubriendo es pensar que no sé si el arte puede cambiar el mundo de manera drástica pero sí creo que va generando visibilizaciones de problemáticas o hechos o situaciones que de otra manera pasarían a ser perseguidas, entonces me interesó la búsqueda desde ese lado" decía el artista plástico a nuestro diario, con la convicción firme de que en su camino, sus conceptos dejan ver una claridad perceptible, motivada por el esfuerzo y el trabajo constante.
En sus cuadros, las imágenes son como canciones que se destacan unas de otras, abordando muchas temáticas que no son para nada indiferentes al espectador. Allí, en ese lienzo presto a recibir color, se filtran sus ideas gracias a las que logra emerger su impronta personal. La misma que aspira a querer torcer lo estereotipado y llevarla hacia algo distinto, para poder exponer sus obras como cartas sobre la mesa y que todos las vean.
"Churito". Es el título de la obra del artista jujeño, premiada en el Salón Regional de Santiago del Estero.
"La verdad es que no sé cómo la gente lo capta, porque pasan cosas raras, la obra una vez que sale de las manos, a veces cobra vida. Hay gente que le puede gustar o no" asegura Gabriel quien logra tener un sello personal al modificar algo establecido.
Sin dudas, una labor que viene realizando desde que se recibió como profesor de Artes, en el año 2006 en nuestra provincia y después de varias muestras individuales, colectivas y proyectos artísticos que lo llevaron al compromiso absoluto con su carrera.
En su muestra, "CON-SÉ-VIDAS" propuso una serie de vírgenes apócrifas según lo expresó, son piezas que tienen como base la iconografía mariana del barroco andino e influencias estéticas del arte kitsch y del pop. Es así que sus personajes ya no se situaron en lo netamente religioso, sino que se muestran como una tarjeta de invitación para poner en relieve la fuerza de los cultos populares y originarios, de nuestra cultura, donde también exalta a la divinidad femenina y materna.
Otra de sus facetas como creador fue descubierta en la muestra "Carpita multicolor" donde el carnaval fue rienda suelta a la diversión y dejó libre al pujllay para que eso suceda. Allí su creatividad puesta en las pinceladas fue notable. Los hombres-diablo fueron protagonistas y forjaron melodías visuales con sus formas elegantes, como si quedaran suspendidos en medio de la música, en el centro de la escena. O como si no les costara nada demostrar que en las cosas de la vida, se esconden felicidades dionisíacas, posibles en individualidades desdobladas. Todo un festín de cuadros con un encanto definido ensamblado con la idea de opuestos, exponiendo por enésima vez la convivencia entre lo sagrado y lo profano, lo propio y lo ajeno. O no.
"Churito"
"Ya se viene el temporal del cerrito/
Si me querés, tapame con tu ponchito" dice en versito Gabriel sobre su obra que ofrece, acaso una fotografía de lo que somos.
Y es que en "Churito", el jujeño habla junto a su poncho que tiene cuidado en los detalles, donde se saludan dos flamencos rosados y, en donde, entre flores, plumas y calaveras, renace el rostro del Che, el coya, el sol, las aves y un hincha del lobo con un aerosol en la mano y el ángel arcabucero, que apunta desde las alturas a un chulo con forma de orejas de Mickey Mouse. Todo un cóctel ecléctico de figuras en el que se ve lo que la cultura jujeña devela a través de sus elementos más representativos.
Este "Churito" participó en el Salón Regional de Santiago del Estero hace cinco años, donde terminó premiado en la categoría "Artista menor de 30 años". "El reconocimiento siempre es bueno. Y por lo que se refiere a la obra, es una autorrepresentación, una manera que proponer que la cultura es un tejido, múltiple y diverso" destacó Gabriel, quien viene de exponer figuras que tomaron lo propio con la idea de tomar lo popular, pero no solamente desde lo regional, sino desde lo netamente cultural.

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