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"Todo se basa en trabajo", dijo Sebastián Méndez cuando llegó a principios de año a conducir los destinos de un Gimnasia y Esgrima que venía de un golpe durísimo como fue el "no ascenso", y lo reiteró en tierras mendocinas. Virtud de la dirigencia o tesitura del entrenador. Lo cierto es que hoy el "lobo" muestra un rostro y un semblante distinto.
No solamente desde el juego que plasma en cada cancha donde le toca presentarse, sino también desde lo que son capaces de demostrar para con sus hinchas desde su terreno de juego en el estadio "23 de Agosto".
Méndez le reconoció a El Tribuno que todo cambió desde aquel partido frente a Atlético Tucumán. Allí la gente se sintió identificada con este equipo y es sabido lo que desde las tribunas pueden trasladar a los jugadores.
Por eso hoy Gimnasia juega diferente. La garra volvió a ser una de las principales características de este equipo y en base a ello los resultados comenzaron a aparecer hasta posicionarse expectantes en la tabla de los valores.
Pero claro. No es el tema llegar a encontrar un funcionamiento óptimo, sino sostenerlo. Ese es el gran desafío.
En Misiones fue óptimo. En Mendoza también, aunque no se pudo ganar. Y ahora el miércoles será la idea de repetirlo y además, obtener los tres puntos ante su gente y demostrar que esto no es casualidad, sino causalidad del trabajo que desde enero vienen realizando todos en este grupo, para dejar atrás la historia del "no ascenso" de una vez por todas.
El miércoles, ante Juventud Unida de Gualeguaychú, tendrá que rendir un nuevo examen.
