¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

19°
24 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Hay 20 detenidos y 16 policías heridos

Sabado, 15 de agosto de 2015 00:00
La huelga nacional desarrollada el jueves en Ecuador a la que el presidente Rafael Correa tildó de "fracaso" culminó con un choque en Quito entre manifestantes y policías que dejó 16 agentes heridos y 20 detenidos, entre ellos dos dirigentes indígenas, según cifras del Ministerio del Interior.
La Policía recurrió al uso de gases para dispersar a un grupo de manifestantes que quiso traspasar el cerco policial para ingresar en la Plaza Grande de la capital ecuatoriana, donde se efectuaba una concentración en respaldo al Gobierno.
El incidente fue originado por encapuchados que desfilaron al final de la marcha opositora lanzando piedras, palos y una bomba incendiaria contra los oficiales, cuyo cuerpo llevó adelante un operativo con miles de efectivos en todo el territorio nacional en resguardo de la población y de los bienes públicos.
Si bien se trató de la mayor medida de la oposición contra el Gobierno de Correa en sus ocho años de gestión, la huelga nacional tuvo escasa adhesión en las actividades generales. La medida fue convocada por las mayores organizaciones sindicales e indígenas contra nuevas legislaciones impositivas de herencia y plusvalía; contra una ley de aguas que designe una autoridad pública única de control de este recurso (lo que le quitaría el manejo del agua a las comunidades campesinas e indígenas); contra una ley de tierras que, según los manifestantes, derivará en expropiaciones, y contra una reforma constitucional que permita la reelección presidencial indefinida.
El jefe de Estado siguió los acontecimientos desde su despacho y luego participó en el Encuentro Latinoamericano Progresista de Juventudes, en el que denunció que los hechos demostraban que estaba en ejecución "un golpe blando" en su contra y contra otros gobiernos de la región perpetrado por sectores de derecha a los que acusa de atentar contra la democracia.
Correa calificó el paro como un "fracaso" y agradeció a sus miles de seguidores congregados frente a la Casa de Gobierno por haber trabajado "hoy más que nunca", además de instarlos a estar más atentos porque "esto no va a acabar".
En un discurso a la noche en los exteriores del palacio, aseguró que el pasado de "palos y piedras no volverá" y minimizó los efectos de la huelga. "Ustedes no atemorizan a nadie, vayan a ordenar en sus casas. Señores, aquí manda el pueblo ecuatoriano", exaltó.
En tanto, el dirigente de la organización indígena Ecuarunari, Carlos Pérez, declaró que "Correa está caído. Ya no nos representa".

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
La huelga nacional desarrollada el jueves en Ecuador a la que el presidente Rafael Correa tildó de "fracaso" culminó con un choque en Quito entre manifestantes y policías que dejó 16 agentes heridos y 20 detenidos, entre ellos dos dirigentes indígenas, según cifras del Ministerio del Interior.
La Policía recurrió al uso de gases para dispersar a un grupo de manifestantes que quiso traspasar el cerco policial para ingresar en la Plaza Grande de la capital ecuatoriana, donde se efectuaba una concentración en respaldo al Gobierno.
El incidente fue originado por encapuchados que desfilaron al final de la marcha opositora lanzando piedras, palos y una bomba incendiaria contra los oficiales, cuyo cuerpo llevó adelante un operativo con miles de efectivos en todo el territorio nacional en resguardo de la población y de los bienes públicos.
Si bien se trató de la mayor medida de la oposición contra el Gobierno de Correa en sus ocho años de gestión, la huelga nacional tuvo escasa adhesión en las actividades generales. La medida fue convocada por las mayores organizaciones sindicales e indígenas contra nuevas legislaciones impositivas de herencia y plusvalía; contra una ley de aguas que designe una autoridad pública única de control de este recurso (lo que le quitaría el manejo del agua a las comunidades campesinas e indígenas); contra una ley de tierras que, según los manifestantes, derivará en expropiaciones, y contra una reforma constitucional que permita la reelección presidencial indefinida.
El jefe de Estado siguió los acontecimientos desde su despacho y luego participó en el Encuentro Latinoamericano Progresista de Juventudes, en el que denunció que los hechos demostraban que estaba en ejecución "un golpe blando" en su contra y contra otros gobiernos de la región perpetrado por sectores de derecha a los que acusa de atentar contra la democracia.
Correa calificó el paro como un "fracaso" y agradeció a sus miles de seguidores congregados frente a la Casa de Gobierno por haber trabajado "hoy más que nunca", además de instarlos a estar más atentos porque "esto no va a acabar".
En un discurso a la noche en los exteriores del palacio, aseguró que el pasado de "palos y piedras no volverá" y minimizó los efectos de la huelga. "Ustedes no atemorizan a nadie, vayan a ordenar en sus casas. Señores, aquí manda el pueblo ecuatoriano", exaltó.
En tanto, el dirigente de la organización indígena Ecuarunari, Carlos Pérez, declaró que "Correa está caído. Ya no nos representa".

Temas de la nota