En Nueva Zelanda, un hombre se tatuó un implante de oído para simular el de su hija y evitar que ella se sienta rara. Un gesto de amor y de ternura.
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En Nueva Zelanda, un hombre se tatuó un implante de oído para simular el de su hija y evitar que ella se sienta rara. Un gesto de amor y de ternura.
Si bien los tatuajes son ya una moda masiva alrededor del mundo, lo cierto es que pocas veces nos hemos encontrado una mejor razón para dibujar tu piel que esta. Alistair Campbell decidió tatuarse un implante de oído, similar al que necesita llevar su hija Charlotte, para evitar que ella se sienta incómoda.
Charlotte tiene serios problemas auditivos en el oído izquierdo, razón por la cual tendrá que llevar este implante el resto de su vida.
Por eso, en un acto de amorosa empatía, su padre decidió amortiguar el impacto que esto pueda generar en la mente de su hija y ayudar a su proceso de familiarización.