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16 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Viva la Jauría de la libertad

Viernes, 21 de agosto de 2015 00:00
<div>EN VIVO &nbsp;EN LOS GALPONES RECUPERADOS SE ARMÓ LA FIESTA DE LOS HOMBRES-PERRO</div>
"Que hay que no sepas de esta raza fiel/ que habitamos en medio de este infierno/ viviendo libres sí!/ corriendo libres sí!/ Libre o muerto, no hay opción aquí/ canta la letra del himno que hace honor a su nombre y que eligió Jauría para despedir una fiesta vibrante, donde no faltó la energía viva del punk en estado puro.
Y es que Ciro Pertusi sería el anfitrión de un encuentro que aguardaba momentos y sensaciones que serían inolvidables en los galpones recuperados.
La energía que se vivió nítida y pasional momentos previos al inicio del recital, fue también clave para hacer de este estallido de música intencional, una invitación a ser testigos de la magia que los mestizos hicieron propia con cada intepretación.
Es así que la primera en estallar y dar la bienvenida a la gala punk, fue "Marcha imperial", que mostró a los hermanos Ambesi a pleno, a un "Ray" en su mejor versión y a un Ciro enmascarado con el espíritu siempre vivo de hombre-perro.
Ellos, los músicos, no dejaron de ser protagonistas y de forjar melodías visuales con presencias elegantes, como héroes valientes en medio de la música que dominaban la escena. Algo así como verlos disfrutar con aquello que les gusta tanto hacer porque en realidad no les costaba demostrar y era ese momento felicidad. Entonces llegaron de a poquito pero con una energía desbordante "No pertenecemos", la magia attaquera que tocaron en "Western", "Tosco" y el punk genial como en los primeros tiempos que llegó en "Y además".
Siguieron los colores y las emociones del primer disco con "Adiós a dios", "Austin" y de nuevo la impronta del segundo álbum en "Colores en el viento" y "Siempre en vanidad" sin dejar atrás ni a los "Indios kilme", ni al "Tren", ni al "Amigo mío" que fue coronado de canciones eternamente attaqueras como "Beatle" y "Chicos y perros".
Y más tarde se despertaron "Morgue corazón", "El poder nuestro es", una versión de "A dónde está la libertad" de Pappo's Blues, el siempre clásico "No me arrepiento" y un homenaje a Cerati con "El puente más allá de lo vivido", "Espadas y serpientes", "Mestizamba" y "La Jauría"
Todas y cada una de ellas desfilaron en la línea del tiempo, jugaron entre el ayer y el hoy e irrumpieron con fuerza en el cuadro sonoro que acarició el alma de sus seguidores. Cada composición hizo abarcar más su todo, lo que ellos representan, con el fin de poder entender la mística que los une. O esa relación que nació entre ellos para compartir un mismo rumbo, sin dejar de ser libres.
 
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"Que hay que no sepas de esta raza fiel/ que habitamos en medio de este infierno/ viviendo libres sí!/ corriendo libres sí!/ Libre o muerto, no hay opción aquí/ canta la letra del himno que hace honor a su nombre y que eligió Jauría para despedir una fiesta vibrante, donde no faltó la energía viva del punk en estado puro.
Y es que Ciro Pertusi sería el anfitrión de un encuentro que aguardaba momentos y sensaciones que serían inolvidables en los galpones recuperados.
La energía que se vivió nítida y pasional momentos previos al inicio del recital, fue también clave para hacer de este estallido de música intencional, una invitación a ser testigos de la magia que los mestizos hicieron propia con cada intepretación.
Es así que la primera en estallar y dar la bienvenida a la gala punk, fue "Marcha imperial", que mostró a los hermanos Ambesi a pleno, a un "Ray" en su mejor versión y a un Ciro enmascarado con el espíritu siempre vivo de hombre-perro.
Ellos, los músicos, no dejaron de ser protagonistas y de forjar melodías visuales con presencias elegantes, como héroes valientes en medio de la música que dominaban la escena. Algo así como verlos disfrutar con aquello que les gusta tanto hacer porque en realidad no les costaba demostrar y era ese momento felicidad. Entonces llegaron de a poquito pero con una energía desbordante "No pertenecemos", la magia attaquera que tocaron en "Western", "Tosco" y el punk genial como en los primeros tiempos que llegó en "Y además".
Siguieron los colores y las emociones del primer disco con "Adiós a dios", "Austin" y de nuevo la impronta del segundo álbum en "Colores en el viento" y "Siempre en vanidad" sin dejar atrás ni a los "Indios kilme", ni al "Tren", ni al "Amigo mío" que fue coronado de canciones eternamente attaqueras como "Beatle" y "Chicos y perros".
Y más tarde se despertaron "Morgue corazón", "El poder nuestro es", una versión de "A dónde está la libertad" de Pappo's Blues, el siempre clásico "No me arrepiento" y un homenaje a Cerati con "El puente más allá de lo vivido", "Espadas y serpientes", "Mestizamba" y "La Jauría"
Todas y cada una de ellas desfilaron en la línea del tiempo, jugaron entre el ayer y el hoy e irrumpieron con fuerza en el cuadro sonoro que acarició el alma de sus seguidores. Cada composición hizo abarcar más su todo, lo que ellos representan, con el fin de poder entender la mística que los une. O esa relación que nació entre ellos para compartir un mismo rumbo, sin dejar de ser libres.
 

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