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19 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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La mujer sufria por la relación conflictiva

Viernes, 28 de agosto de 2015 00:00
ACUSADO /FARRÉ (52) ATRAVESABA UN CONFLICTIVO DIVORCIO CON SU MUJER (44).
Un compañero de trabajo de la víctima, el portero y el sereno del edificio donde vivían Claudia Schaefer y su marido Fernando Farré declararon en la causa por el femicidio del country Martindale de Pilar que la mujer vivía atormentada y solía comentar la mala relación que tenía el matrimonio.
El primero en declarar este miércoles ante la fiscal Carolina Carballido en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Conexos a la Violencia de Género y la Trata de Personas de Pilar, fue un compañero de trabajo de Schaefer.
Se trata del empleado que prácticamente compartía el escritorio con la víctima en la oficina en Buenos Aires de las bodegas mendocinas Salentein donde ella trabajaba y que ayer contó que sabía que Farré vivía controlando y hostigando a Schaefer.
Para la fiscal del caso el crimen "estaba premeditado", mientras que el abogado de Farré sostiene que su cliente es inimputable.
Otro de los testigos que declararon fue el encargado del edificio del barrio porteño de Recoleta donde vivía el matrimonio con sus tres hijos.
Ante la fiscal y en presencia de los abogados Adrián Tenca y María Bergamini Urquiza, defensores de Farré, el portero refirió que tenía una buena relación y bastante confianza con Schaefer, al punto de que en más de una vez ella le comentó que tenía problemas en su matrimonio.
El encargado declaró que en alguna oportunidad la vio llorando por sus problemas de pareja, que Schaefer le contó sobre algunos maltratos y que una vez él le dijo: "Tenés que denunciarlo".
Otro de los testigos de la jornada del miércoles fue el sereno del mismo edificio que hacía el turno noche y que también narró alguna circunstancia conflictiva de la pareja, aunque en menor medida por no conocerla tanto.
Consultado por esas testimoniales, el abogado Tenca afirmó ayer a Télam que "más allá de que fueron testimonios que mencionan la supuesta mala relación que había en el matrimonio, a preguntas de esta defensa ninguno de los testigos dijo haber presenciado en forma directa ninguno de los supuestos maltratos, sino que todo lo que sabían era por lo que la víctima les decía".
La fiscal continuaba ayer con las testimoniales y citó para esta jornada al jefe de seguridad del country Martindale de Pilar, quien fue testigo de las actuaciones en la escena del crimen, y también al jefe de Schaefer.
Este hombre podría declarar sobre el episodio que la propia Schaefer narró al denunciar a Farré en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema, cuando contó que su marido le mandó un mail a su superior pidiéndole que no le pague más los gastos de su camioneta porque él quería venderla.
Hoy declararán tres mujeres del country que se cruzaron con el abogado de Schaefer cuando éste, al ver el ataque, salió corriendo de la casa del lote 5 pidiendo ayuda.
Voceros judiciales indicaron que el lunes, será el turno de María, la empleada doméstica que según la denuncia de la propia víctima en la OVD, fue testigo directa junto a sus tres hijos del día en que Farré la tiró en un sillón y le colocó una rodilla en la cara.
El hecho
Schaefer fue asesinada por Farré el viernes 21 en el country Martindale de Pilar, cuando fue a retirar con dos valijas sus pertenencias de la casa que alquilaba el matrimonio, que estaba atravesando un divorcio conflictivo luego de que ella lo denunciara por violencia doméstica.
Cuando la mujer fue al dormitorio a recolectar su ropa, Farré cerró la puerta del vestidor con llave y allí la atacó con dos cuchillos que faltaban de la cocina.
La autopsia determinó que Schaefer murió degollada y tenía aparte otros cortes y varias puñaladas, algunos en las manos como signos de defensa.
Mientras desde la fiscalía creen que Farré tenía todo planeado para asesinar ese día a su mujer, Tenca adelantó que intentará demostrar que su ciente es inimputable, que hubo emoción violenta o que hay circunstancias extraordinarias de atenuación para disminuir una eventual condena.

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Un compañero de trabajo de la víctima, el portero y el sereno del edificio donde vivían Claudia Schaefer y su marido Fernando Farré declararon en la causa por el femicidio del country Martindale de Pilar que la mujer vivía atormentada y solía comentar la mala relación que tenía el matrimonio.
El primero en declarar este miércoles ante la fiscal Carolina Carballido en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Conexos a la Violencia de Género y la Trata de Personas de Pilar, fue un compañero de trabajo de Schaefer.
Se trata del empleado que prácticamente compartía el escritorio con la víctima en la oficina en Buenos Aires de las bodegas mendocinas Salentein donde ella trabajaba y que ayer contó que sabía que Farré vivía controlando y hostigando a Schaefer.
Para la fiscal del caso el crimen "estaba premeditado", mientras que el abogado de Farré sostiene que su cliente es inimputable.
Otro de los testigos que declararon fue el encargado del edificio del barrio porteño de Recoleta donde vivía el matrimonio con sus tres hijos.
Ante la fiscal y en presencia de los abogados Adrián Tenca y María Bergamini Urquiza, defensores de Farré, el portero refirió que tenía una buena relación y bastante confianza con Schaefer, al punto de que en más de una vez ella le comentó que tenía problemas en su matrimonio.
El encargado declaró que en alguna oportunidad la vio llorando por sus problemas de pareja, que Schaefer le contó sobre algunos maltratos y que una vez él le dijo: "Tenés que denunciarlo".
Otro de los testigos de la jornada del miércoles fue el sereno del mismo edificio que hacía el turno noche y que también narró alguna circunstancia conflictiva de la pareja, aunque en menor medida por no conocerla tanto.
Consultado por esas testimoniales, el abogado Tenca afirmó ayer a Télam que "más allá de que fueron testimonios que mencionan la supuesta mala relación que había en el matrimonio, a preguntas de esta defensa ninguno de los testigos dijo haber presenciado en forma directa ninguno de los supuestos maltratos, sino que todo lo que sabían era por lo que la víctima les decía".
La fiscal continuaba ayer con las testimoniales y citó para esta jornada al jefe de seguridad del country Martindale de Pilar, quien fue testigo de las actuaciones en la escena del crimen, y también al jefe de Schaefer.
Este hombre podría declarar sobre el episodio que la propia Schaefer narró al denunciar a Farré en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema, cuando contó que su marido le mandó un mail a su superior pidiéndole que no le pague más los gastos de su camioneta porque él quería venderla.
Hoy declararán tres mujeres del country que se cruzaron con el abogado de Schaefer cuando éste, al ver el ataque, salió corriendo de la casa del lote 5 pidiendo ayuda.
Voceros judiciales indicaron que el lunes, será el turno de María, la empleada doméstica que según la denuncia de la propia víctima en la OVD, fue testigo directa junto a sus tres hijos del día en que Farré la tiró en un sillón y le colocó una rodilla en la cara.
El hecho
Schaefer fue asesinada por Farré el viernes 21 en el country Martindale de Pilar, cuando fue a retirar con dos valijas sus pertenencias de la casa que alquilaba el matrimonio, que estaba atravesando un divorcio conflictivo luego de que ella lo denunciara por violencia doméstica.
Cuando la mujer fue al dormitorio a recolectar su ropa, Farré cerró la puerta del vestidor con llave y allí la atacó con dos cuchillos que faltaban de la cocina.
La autopsia determinó que Schaefer murió degollada y tenía aparte otros cortes y varias puñaladas, algunos en las manos como signos de defensa.
Mientras desde la fiscalía creen que Farré tenía todo planeado para asesinar ese día a su mujer, Tenca adelantó que intentará demostrar que su ciente es inimputable, que hubo emoción violenta o que hay circunstancias extraordinarias de atenuación para disminuir una eventual condena.

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