En la primera etapa, los nervios le jugaron en contra al "millonario". Los jugadores estaban "acelerados" y encima la lluvia hizo que la pelota rodara más rápido. Los arqueros fueron meros espectadores. La primera llegada clara fue a través de Damm, quien encaró con decisión y su centro atrás encontró al francés Gignac, que definió horrible.
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En la primera etapa, los nervios le jugaron en contra al "millonario". Los jugadores estaban "acelerados" y encima la lluvia hizo que la pelota rodara más rápido. Los arqueros fueron meros espectadores. La primera llegada clara fue a través de Damm, quien encaró con decisión y su centro atrás encontró al francés Gignac, que definió horrible.
Los minutos fueron pasando con la ansiedad lógica de buscar el gol en el arco mexicano, pero recién en el minuto 44, Vangioni avanzó a pura velocidad por izquierda y su perfecto centro al corazón del área fue conectado de cabeza por Alario. Golazo y desahogo.
Ya en el complemento, Damm volvió a asustar con su proyección y posterior centro, que Aquino desperdició al cabecer horrible en el área.
Después, Aquino derribó a Sánchez y el propio uruguayo se encargó de cambiar el penal por gol. Era justicia. River siempre fue el que propuso. Y cuando Funes Mori, después de un córner por derecha, cabeceó al fondo de las mallas, el Monumental se transformó en una verdadera fiesta.
El "millonario" gritó campeón y fue merecido. El mejor de América se quedó con el título.