SAN PEDRO (Corresponsal). Desde el primero hasta el último día del mes de agosto, todo Jujuy se suma a través de distintas manifestaciones y rituales, al homenaje tributado a la Madre Tierra, el que se realiza en los hogares, en espacios públicos y en las distintas instituciones intermedias. Las escuelas también marcan presencia en este ritual en el que agradecen los dones recibidos por la Pachamama y tienen como singulares protagonistas a los niños, que a su corta edad, comienzan a revalorizar este rito ancestral de la América andina.
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SAN PEDRO (Corresponsal). Desde el primero hasta el último día del mes de agosto, todo Jujuy se suma a través de distintas manifestaciones y rituales, al homenaje tributado a la Madre Tierra, el que se realiza en los hogares, en espacios públicos y en las distintas instituciones intermedias. Las escuelas también marcan presencia en este ritual en el que agradecen los dones recibidos por la Pachamama y tienen como singulares protagonistas a los niños, que a su corta edad, comienzan a revalorizar este rito ancestral de la América andina.
En el anuario escolar, hay un día especial para esta ceremonia y el documento apunta que las instituciones escolares podrán optar por un día del mes para resaltar las expresiones culturales.
En ese sentido, la comunidad educativa de la escuela primaria “Doctor Carlos Alberto Alvarado”, ubicada en la localidad de El Piquete en el departamento Santa Bárbara, realizó una gran ofrenda a la Pachamama.
Este año, la escuela, con 81 años de viva y activa presencia en el pueblo de El Piquete, hizo su ofrecimiento en el mojón donde hace ya seis años, se trasladó la Pacha traída del viejo edificio, donde por años se realizó el homenaje ancestral, mucho antes que existiera una disposición provincial que reconociera como muy nuestro este intangible patrimonio cultural.
Luego del izamiento de la bandera y del desayuno, las docentes Graciela Correa y Lucrecia Tarifa abrieron la Pacha ubicada debajo de un lapacho amarillo. Tras sahumar el mojón, todos comenzaron el recorrido por la institución, sahumando las aulas, cocina, salón multiuso y otras instalaciones. También docentes y alumnos se sahumaron reeditando el legado cultural ancestral.
Maestros y niños luego profundizar en el conocimiento sobre el rito milenario, prepararon el lugar vistiéndolo de fiesta con guirnaldas, globos y serpentinas y poco después del mediodía, la comunidad educativa se concentró en el lugar, llevando sus ofrendas, al son de la música andina. Junto al pozo se hizo la solicitud tan anhelada por la institución, que tiene que ver con la culminación del tinglado y la construcción de las aulas, prometidas tantas veces por los funcionarios de turno y no cumplidas, y se depositó en el mojón una gran ofrenda.
En su mensaje, la maestra de lengua Avá guaraní explicó que el pueblo avá guaraní, realiza este homenaje en febrero en el Arete Guasu. "Se llama yerure y es el agradecimiento a la cosecha, por la producción que nos da la tierra. No cavamos un pozo, hacemos nuestro homenaje sobre la tierra con la chicha de maíz y agradecemos por todo lo que nos da la naturaleza. Bendecimos con agua y usamos diversas hierbas como el romero, la ruda y la albahaca", refirió.
El homenaje continuó por parte de los demás maestros, alumnos de los distintos grados y algunos vecinos que se acercaron a participar. La tórrida jornada no impidió que se cumplieran los pasos del ritual hasta la parte final cuando se tapó el mojón.
Mucho de lo vivido fue expresado luego en producciones escritas y gráficas que denotan algunas de las formas de rendir homenaje a la Pachamama en la provincia de Jujuy.