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Sobrevivientes revelaron los horrores de la travesía | Italia, Mediterráneo, inmigrantes

Sabado, 08 de agosto de 2015 00:00
EL MOMENTO EN EL QUE LA MARINA ITALIANA SOCORRIÓ A LOS INMIGRANTES EN EL MAR MEDITERRÁNEO.
Los sobrevivientes al naufragio que causó la muerte de 200 personas en el Mediterráneo, recibieron ayer ayuda médica y psicológica en Italia tras revelar los horrores vividos durante la travesía.
Según los primeros testimonios escuchados por la policía en Palermo, cinco hombres (dos argelinos, dos libios y un tunecino), eran los encargados de hacer entrar a Italia en forma ilegal a las cerca de 650 personas que viajaban en un barco de pesca.
Las autoridades italianas describieron, según las narraciones de las víctimas, la violencia que reservaban a los inmigrantes, según la región de origen de los migrantes.
A aquellos de color, africanos, los agredían y con un cuchillo les dejaban una marca en la cabeza cuando se negaban a obedecer las órdenes.
Además los mantenían encerrados en la bodega del barco por haber pagado menos, según contó la policía.
Los inmigrantes que provenían de países árabes eran golpeados con cinturones, patadas y puños en el rostro y frente a sus esposas.
Las humillaciones y vejaciones, que empezaron poco después de zarpar, formaban parte del trato corriente para controlar los movimientos de los pasajeros y evitar que algunos salieran al puente a tomar aire tras horas de estar encerrados y agobiados por el olor del carburante.
En el centro de asistencia siciliano de la organización católica Caritas, se encuentran alojados los familiares de las 26 personas que perdieron la vida durante el naufragio. Médicos y psicólogos intentan aliviar el dolor de esas familias, entre ellas el de una mujer siria que viajaba con sus hijos para reunirse en Suecia con el marido. "Partió con el sueño de un futuro lleno de esperanza y en cambio vive un drama terrible. Vio cómo se ahogaban sus hijos, quedó devastada. Desde entonces no habla una sola palabra", contó la psicóloga Anna Cullotta que asiste a las víctimas.

La policía detuvo a los traficantes
La policía italiana anunció ayer la detención en Palermo, en el sur del país, de cinco presuntos traficantes de personas, acusados de haber causado el miércoles pasado la muerte de unas 200 migrantes durante un naufragio frente a las costas de Libia.
Los detenidos, dos argelinos, dos libios y un tunecino, fueron identificados por algunos de los 360 supervivientes que llegaron el jueves a Palermo, en Sicilia.
Los detenidos, de entre 21 y 24 años, fueron acusados de homicidio agravado y de favorecer la inmigración clandestina.
Las autoridades sospechan que el grupo forma parte de una organización criminal libia que se encarga de hacer entrar de forma ilegal a migrantes de África y Asia en territorio italiano.
Según las primeras informaciones, los migrantes, cerca de 650 personas, pagaron entre 1.200 y 1.800 dólares por persona por la travesía. "Uno actuaba como capitán y dos lo ayudaban, mientras que los otros tres se encargaban de controlar a los pasajeros", explicó la policía.

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Los sobrevivientes al naufragio que causó la muerte de 200 personas en el Mediterráneo, recibieron ayer ayuda médica y psicológica en Italia tras revelar los horrores vividos durante la travesía.
Según los primeros testimonios escuchados por la policía en Palermo, cinco hombres (dos argelinos, dos libios y un tunecino), eran los encargados de hacer entrar a Italia en forma ilegal a las cerca de 650 personas que viajaban en un barco de pesca.
Las autoridades italianas describieron, según las narraciones de las víctimas, la violencia que reservaban a los inmigrantes, según la región de origen de los migrantes.
A aquellos de color, africanos, los agredían y con un cuchillo les dejaban una marca en la cabeza cuando se negaban a obedecer las órdenes.
Además los mantenían encerrados en la bodega del barco por haber pagado menos, según contó la policía.
Los inmigrantes que provenían de países árabes eran golpeados con cinturones, patadas y puños en el rostro y frente a sus esposas.
Las humillaciones y vejaciones, que empezaron poco después de zarpar, formaban parte del trato corriente para controlar los movimientos de los pasajeros y evitar que algunos salieran al puente a tomar aire tras horas de estar encerrados y agobiados por el olor del carburante.
En el centro de asistencia siciliano de la organización católica Caritas, se encuentran alojados los familiares de las 26 personas que perdieron la vida durante el naufragio. Médicos y psicólogos intentan aliviar el dolor de esas familias, entre ellas el de una mujer siria que viajaba con sus hijos para reunirse en Suecia con el marido. "Partió con el sueño de un futuro lleno de esperanza y en cambio vive un drama terrible. Vio cómo se ahogaban sus hijos, quedó devastada. Desde entonces no habla una sola palabra", contó la psicóloga Anna Cullotta que asiste a las víctimas.

La policía detuvo a los traficantes
La policía italiana anunció ayer la detención en Palermo, en el sur del país, de cinco presuntos traficantes de personas, acusados de haber causado el miércoles pasado la muerte de unas 200 migrantes durante un naufragio frente a las costas de Libia.
Los detenidos, dos argelinos, dos libios y un tunecino, fueron identificados por algunos de los 360 supervivientes que llegaron el jueves a Palermo, en Sicilia.
Los detenidos, de entre 21 y 24 años, fueron acusados de homicidio agravado y de favorecer la inmigración clandestina.
Las autoridades sospechan que el grupo forma parte de una organización criminal libia que se encarga de hacer entrar de forma ilegal a migrantes de África y Asia en territorio italiano.
Según las primeras informaciones, los migrantes, cerca de 650 personas, pagaron entre 1.200 y 1.800 dólares por persona por la travesía. "Uno actuaba como capitán y dos lo ayudaban, mientras que los otros tres se encargaban de controlar a los pasajeros", explicó la policía.

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