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Absolvieron al efectivo acusado de homicidio

Martes, 01 de septiembre de 2015 00:00
El Tribunal en lo Criminal Nº 3 resolvió absolver al suboficial Pablo Eduardo Arrascaeta por los homicidios de Pablo Gabriel Obiña y Gonzalo Federico Calderón, ocurridos el 3 de noviembre del 2013 en los alrededores de la ciudad de Libertador General San Martín.
Arrascaeta había llegado a juicio acusado de ser el supuesto autor del delito de "homicidio doblemente calificado por ser miembro de la fuerza de seguridad", o alternativamente como supuesto autor del delito de "homicidio doblemente calificado por ser miembro de la fuerza de seguridad con exceso en la legítima defensa".
La fiscal Delia Ortíz, en el momento de la producción de los alegatos, detalló los minutos previos a la muerte de los jóvenes, y según lo manifestado, lo hizo tomando en cuenta la recolección de testimonios en las audiencias anteriores.
"El efectivo junto a otros cuatro numerarios, a bordo de una camioneta de nominada "Halcón II", esa madrugada recibió la orden de interceptar a una motocicleta de color negra de 110 cilindradas que provenía desde la localidad de Calilegua, con dos sujetos a bordo, y que según la instrucción por radio, estos eran protagonistas de un robo de un dispositivo móvil con un arma de fuego a un menor de edad".
El conductor de la camioneta era el entonces cabo Báez y de acompañante en la cabina iba a bordo Arrascaeta, mientras que en la caja lo hacían tres efectivos más, entre ellos una mujer embarazada.
Los sujetos resultaron ser Pablo Obiña y Gonzalo Calderón, ambos menores de edad y que tras ser individualizados por los efectivos, ""lejos de acatar la voz de alto emprendieron una veloz huida por distintos barrios de la ciudad de Libertador General San Martín".
Debido a esto iniciaron la persecución de los individuos, los cuales a fin de evadir al personal policial ingresaron a un camino interno del ingenio Ledesma, paralelo a la ruta nacional 34, conocido por los lugareños como "La Pantalla".
Según lo expresado por la fiscal, el que conducía la motocicleta era Calderón y quien iba en la parte de atrás realizando disparos con una carabina recortada de milímetros, era el joven Obiña.
Es por ello que la fiscal Ortíz pidió la absolución del efectivo, al considerar que "la actuación policial ha sido una reacción lamentable, provocada por los adolescentes que iniciaron los disparos" y además dijo que "no fue una acción antijurídica, porque el efectivo actuó en legítima defensa".
Además expresó que "no cabe dudas que el cabo Pablo Arrascaeta disparó, pero esta acción no es recriminable jurdícamente, porque se encuentra dentro de los límites jurídicos, teniendo en cuenta el contexto, tiempo y espacio en que se dio la situación", según dijo.
La querella quedó disconforme
Tras conocerse el fallo, los familiares y amigos de los jóvenes Obiña y Calderón, que estaban acompañados por distintas organizaciones de derechos humanos, se manifestaron en contra de la resolución y no dudaron en decir que van a apelar el fallo.
Por su parte Noemí García, tía de Gonzalo Calderón, dijo que "lamenta en el alma el fallo del Tribunal".
"No puede ser que un policía gatillo fácil halla matado a dos jóvenes y esté en libertad".
Además García no descartó que sigan organizando otras marchas y lleven este fallo al Superior Tribunal de Justicia, porque consideró "que no fue lo que esperaban".
A esta audiencia asistió Pablo Pimentel, referente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de la localidad bonaerense de La Matanza, quien junto a otro grupo de personas acompañaron a los padres de Obiña y Calderón.
Cabe mencionar que la querella adhesiva, integrada por Juan Pablo Chouza y Martín Patiño, había acusado a Arrascaeta por considerarlo autor penalmente responsable del delito de "doble homicidio calificado agravado por ser miembro de la fuerza de seguridad", y habían solicitado la pena de reclusión perpetua.
Desde muy temprano, varias personas provenientes de la ciudad de Libertador General San Martín, se habían instalado en el playón del Palacio de Tribunales a la espera de la sentencia, que alrededor de las 19 fue dictada y luego de conocerla, expresaron su malestar.
Marcelo Obiña y Fabián Calderón, padres de los adolescentes fallecidos, no quisieron hablar con la prensa, pero no podían ocultar la mezcla de impotencia y tristeza que expresaban sus rostros.
No hubo intención
:Pablo Arrascaeta pidió la palabra y dijo que "nunca hubo intención de hacerle daño a los jóvenes". Que repelió los ataques de armas de fuego de los motociclistas que intentaban huir de ellos y que temió por su vida en toda la persecución.
"Hice tres o cuatro disparos al aire para disuadir los ataques de los jóvenes y en eso veo que la motocicleta empieza a zigzaguear y que cae primero el joven acompañante que disparaba y más adelante se desploma el que conducía. Me acerqué y vi el cuadro, me asusté y empecé a llorar recriminándome lo que hice, luego fui contenido por mis compañeros en un costado, hasta que llegó la ambulancia y los otros móviles", manifestó el efectivo.
Además Arrascaeta dijo que los disparos se efectuaron de una distancia de 10 o 12 metros y por la rendija de las vallas que tiene la camioneta policial y lejos estuvo de la intención de provocarles la muerte durante la persecución, a los jóvenes Pablo Gabriel Obiña y Gonzalo Federico Calderón.

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El Tribunal en lo Criminal Nº 3 resolvió absolver al suboficial Pablo Eduardo Arrascaeta por los homicidios de Pablo Gabriel Obiña y Gonzalo Federico Calderón, ocurridos el 3 de noviembre del 2013 en los alrededores de la ciudad de Libertador General San Martín.
Arrascaeta había llegado a juicio acusado de ser el supuesto autor del delito de "homicidio doblemente calificado por ser miembro de la fuerza de seguridad", o alternativamente como supuesto autor del delito de "homicidio doblemente calificado por ser miembro de la fuerza de seguridad con exceso en la legítima defensa".
La fiscal Delia Ortíz, en el momento de la producción de los alegatos, detalló los minutos previos a la muerte de los jóvenes, y según lo manifestado, lo hizo tomando en cuenta la recolección de testimonios en las audiencias anteriores.
"El efectivo junto a otros cuatro numerarios, a bordo de una camioneta de nominada "Halcón II", esa madrugada recibió la orden de interceptar a una motocicleta de color negra de 110 cilindradas que provenía desde la localidad de Calilegua, con dos sujetos a bordo, y que según la instrucción por radio, estos eran protagonistas de un robo de un dispositivo móvil con un arma de fuego a un menor de edad".
El conductor de la camioneta era el entonces cabo Báez y de acompañante en la cabina iba a bordo Arrascaeta, mientras que en la caja lo hacían tres efectivos más, entre ellos una mujer embarazada.
Los sujetos resultaron ser Pablo Obiña y Gonzalo Calderón, ambos menores de edad y que tras ser individualizados por los efectivos, ""lejos de acatar la voz de alto emprendieron una veloz huida por distintos barrios de la ciudad de Libertador General San Martín".
Debido a esto iniciaron la persecución de los individuos, los cuales a fin de evadir al personal policial ingresaron a un camino interno del ingenio Ledesma, paralelo a la ruta nacional 34, conocido por los lugareños como "La Pantalla".
Según lo expresado por la fiscal, el que conducía la motocicleta era Calderón y quien iba en la parte de atrás realizando disparos con una carabina recortada de milímetros, era el joven Obiña.
Es por ello que la fiscal Ortíz pidió la absolución del efectivo, al considerar que "la actuación policial ha sido una reacción lamentable, provocada por los adolescentes que iniciaron los disparos" y además dijo que "no fue una acción antijurídica, porque el efectivo actuó en legítima defensa".
Además expresó que "no cabe dudas que el cabo Pablo Arrascaeta disparó, pero esta acción no es recriminable jurdícamente, porque se encuentra dentro de los límites jurídicos, teniendo en cuenta el contexto, tiempo y espacio en que se dio la situación", según dijo.
La querella quedó disconforme
Tras conocerse el fallo, los familiares y amigos de los jóvenes Obiña y Calderón, que estaban acompañados por distintas organizaciones de derechos humanos, se manifestaron en contra de la resolución y no dudaron en decir que van a apelar el fallo.
Por su parte Noemí García, tía de Gonzalo Calderón, dijo que "lamenta en el alma el fallo del Tribunal".
"No puede ser que un policía gatillo fácil halla matado a dos jóvenes y esté en libertad".
Además García no descartó que sigan organizando otras marchas y lleven este fallo al Superior Tribunal de Justicia, porque consideró "que no fue lo que esperaban".
A esta audiencia asistió Pablo Pimentel, referente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de la localidad bonaerense de La Matanza, quien junto a otro grupo de personas acompañaron a los padres de Obiña y Calderón.
Cabe mencionar que la querella adhesiva, integrada por Juan Pablo Chouza y Martín Patiño, había acusado a Arrascaeta por considerarlo autor penalmente responsable del delito de "doble homicidio calificado agravado por ser miembro de la fuerza de seguridad", y habían solicitado la pena de reclusión perpetua.
Desde muy temprano, varias personas provenientes de la ciudad de Libertador General San Martín, se habían instalado en el playón del Palacio de Tribunales a la espera de la sentencia, que alrededor de las 19 fue dictada y luego de conocerla, expresaron su malestar.
Marcelo Obiña y Fabián Calderón, padres de los adolescentes fallecidos, no quisieron hablar con la prensa, pero no podían ocultar la mezcla de impotencia y tristeza que expresaban sus rostros.
No hubo intención
:Pablo Arrascaeta pidió la palabra y dijo que "nunca hubo intención de hacerle daño a los jóvenes". Que repelió los ataques de armas de fuego de los motociclistas que intentaban huir de ellos y que temió por su vida en toda la persecución.
"Hice tres o cuatro disparos al aire para disuadir los ataques de los jóvenes y en eso veo que la motocicleta empieza a zigzaguear y que cae primero el joven acompañante que disparaba y más adelante se desploma el que conducía. Me acerqué y vi el cuadro, me asusté y empecé a llorar recriminándome lo que hice, luego fui contenido por mis compañeros en un costado, hasta que llegó la ambulancia y los otros móviles", manifestó el efectivo.
Además Arrascaeta dijo que los disparos se efectuaron de una distancia de 10 o 12 metros y por la rendija de las vallas que tiene la camioneta policial y lejos estuvo de la intención de provocarles la muerte durante la persecución, a los jóvenes Pablo Gabriel Obiña y Gonzalo Federico Calderón.