Un grupo de entre 400 y 500 migrantes rompió un cordón de la policía húngara que intentaba reunirlos en un centro de registro en la frontera con Serbia, cerca de Roszke.
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Un grupo de entre 400 y 500 migrantes rompió un cordón de la policía húngara que intentaba reunirlos en un centro de registro en la frontera con Serbia, cerca de Roszke.
Los migrantes, muchos de los cuales pasaron la noche en el lugar, querían llegar a la autopista que conduce a Budapest y rompieron el cordón policial de agentes que llevaban material antidisturbios.
La región de Roszke, uno de los principales puntos de entrada a Hungría de los migrantes, registró el martes la llegada de 2.529 nuevos refugiados, según cifras publicadas ayer por la policía húngara.
Los migrantes, provenientes en su mayoría de Siria, Afganistán e Irak, son congregados primero en centros de registro y luego conducidos hacia campamentos de acogida inicial.
Pero muchas veces se enfrentan a las fuerzas de seguridad para intentar proseguir su viaje hacia Budapest y luego a Austria y Alemania, destino final de su viaje desde Medio Oriente.