Una experiencia en el pueblo de Campo Quijano, ubicado a 24 kilómetros de la capital salteña impulsado por un docente de la Escuela Técnica 3206 "Ing. Mauri" busca incentivar a los jóvenes a seguir estudios de Ingeniería acercándolos a la robótica educativa, cuyos trabajos presentaron en las Jornadas.
"Cuando se dice robot se piensa que es algo así como Terminator, pero básicamente hay robot de estudio, seguidor de línea, de luz, pequeños brazos robóticos de estudio para los chicos", explicó el profesor de Control Numérico Computarizado, Carlos Ríos, que llegó a la exposición con los alumnos Luciano Arjona y Kevin Alfaro. Por su iniciativa, se reúne cada sábado con los alumnos interesados, y la intención es incentivarlos para que sigan estudiando al entender que en el pueblo no hay mucha salida laboral y no se animan a salir a estudiar limitándose a pocas opciones.
El encuentro reunió en dos aulas a varios expositores de distintas provincias, para mostrar avances o comercialización de productos.
Actualmente cuenta con treinta alumnos, y en los tres años que vienen promoviendo esto ha logrado que varios alumnos se decidan a estudiar en la universidad y en carreras superiores, por lo que el docente tiene la esperanza de lograr ayuda ya que se les prometió que la provincia le iba a dar becas para que algunos sigan estudiando robótica en Salta. Trabaja ad honorem, y entre los jóvenes se las arreglan para proveerse de los componentes por su alto costo Otro grupo de estudiantes fue el de la Escuela de Minas que ganaron una mención especial por aplicación de la tecnología en la sociedad, en las Olimpíadas Nacionales de Contenidos Educativos que se desarrollaron el 10 y 11 de este mes en Buenos Aires. Ellos idearon un filtro de arsénico que aseguran "es muy barato y fácil de hacer, tiene de especial un mineral muy barato. Pudimos comprobar que el filtro disminuye el arsénico en el agua", precisó Daniela Biondi junto a Lucía Pachado, Federico Brizuela y Mario Paredes. Explicó que hicieron pruebas en la localidad de Pastos Chicos con un análisis cualitativo y cuantitativo, y armaron el filtro de piedras en un caño, arena y la celita que permite el intercambio de iones de arsénico, ideal para filtrar agua no potabilizada.
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Una experiencia en el pueblo de Campo Quijano, ubicado a 24 kilómetros de la capital salteña impulsado por un docente de la Escuela Técnica 3206 "Ing. Mauri" busca incentivar a los jóvenes a seguir estudios de Ingeniería acercándolos a la robótica educativa, cuyos trabajos presentaron en las Jornadas.
"Cuando se dice robot se piensa que es algo así como Terminator, pero básicamente hay robot de estudio, seguidor de línea, de luz, pequeños brazos robóticos de estudio para los chicos", explicó el profesor de Control Numérico Computarizado, Carlos Ríos, que llegó a la exposición con los alumnos Luciano Arjona y Kevin Alfaro. Por su iniciativa, se reúne cada sábado con los alumnos interesados, y la intención es incentivarlos para que sigan estudiando al entender que en el pueblo no hay mucha salida laboral y no se animan a salir a estudiar limitándose a pocas opciones.
El encuentro reunió en dos aulas a varios expositores de distintas provincias, para mostrar avances o comercialización de productos.
Actualmente cuenta con treinta alumnos, y en los tres años que vienen promoviendo esto ha logrado que varios alumnos se decidan a estudiar en la universidad y en carreras superiores, por lo que el docente tiene la esperanza de lograr ayuda ya que se les prometió que la provincia le iba a dar becas para que algunos sigan estudiando robótica en Salta. Trabaja ad honorem, y entre los jóvenes se las arreglan para proveerse de los componentes por su alto costo Otro grupo de estudiantes fue el de la Escuela de Minas que ganaron una mención especial por aplicación de la tecnología en la sociedad, en las Olimpíadas Nacionales de Contenidos Educativos que se desarrollaron el 10 y 11 de este mes en Buenos Aires. Ellos idearon un filtro de arsénico que aseguran "es muy barato y fácil de hacer, tiene de especial un mineral muy barato. Pudimos comprobar que el filtro disminuye el arsénico en el agua", precisó Daniela Biondi junto a Lucía Pachado, Federico Brizuela y Mario Paredes. Explicó que hicieron pruebas en la localidad de Pastos Chicos con un análisis cualitativo y cuantitativo, y armaron el filtro de piedras en un caño, arena y la celita que permite el intercambio de iones de arsénico, ideal para filtrar agua no potabilizada.