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Otro crimen intolerable en contra de la civilización

Miércoles, 02 de septiembre de 2015 00:00
UNO DE LOS MONUMENTOS RELIGIOSOS MÁS IMPORTANTES DEL SIGLO I.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, condenó como un "crimen intolerable contra la civilización" la destrucción, por el Estado Islámico, del milenario templo de Bel en la localidad siria de Palmira, que el organismo considera como uno los monumentos religiosos más importantes del siglo I.
"La destrucción de Palmira no borrará nunca 4.500 años de historia", declaró Bokova en un comunicado.
Ayer, mediante un análisis de imágenes por satélite, la ONU confirmó que el edificio principal del templo ubicado en la región arqueológica del centro de Siria, que está en poder del EI desde mayo, había sido destruido. La confirmación de la ONU llegó horas después de que autoridades sirias denunciaran que los yihadistas habían dinamitado el templo el domingo pasado y que residentes locales dijeran a la prensa estatal que el monumento, uno de los más importantes del mundo antiguo, había sido destruido por completo.
Bokova, la máxima responsable de la Unesco, subrayó que es "fundamental explicar la historia y el significado de los templos de Palmira", una ciudad que "encarna las aspiraciones más elevadas de la humanidad", destacó. "Cada uno de estos ataques nos llaman a compartir aún más el patrimonio de la Humanidad, en los museos, en los colegios, en los medios de comunicación y en casa", agregó. La alta funcionaria de la Unesco dijo que lanzaba ese llamamiento a ciudadanos de todas las nacionalidades y todas las religiones, en particular "en el mundo árabe y musulmán". "La energía de la Cultura es más fuerte que todos los fanáticos y nada puede sofocarla", puntualizó.
Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es considerada una reliquia única del siglo I a. C. y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano por las columnas de su famosa calle principal y por sus templos. Esta localidad fue, en los siglos I y II d.C., uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.

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La directora general de la Unesco, Irina Bokova, condenó como un "crimen intolerable contra la civilización" la destrucción, por el Estado Islámico, del milenario templo de Bel en la localidad siria de Palmira, que el organismo considera como uno los monumentos religiosos más importantes del siglo I.
"La destrucción de Palmira no borrará nunca 4.500 años de historia", declaró Bokova en un comunicado.
Ayer, mediante un análisis de imágenes por satélite, la ONU confirmó que el edificio principal del templo ubicado en la región arqueológica del centro de Siria, que está en poder del EI desde mayo, había sido destruido. La confirmación de la ONU llegó horas después de que autoridades sirias denunciaran que los yihadistas habían dinamitado el templo el domingo pasado y que residentes locales dijeran a la prensa estatal que el monumento, uno de los más importantes del mundo antiguo, había sido destruido por completo.
Bokova, la máxima responsable de la Unesco, subrayó que es "fundamental explicar la historia y el significado de los templos de Palmira", una ciudad que "encarna las aspiraciones más elevadas de la humanidad", destacó. "Cada uno de estos ataques nos llaman a compartir aún más el patrimonio de la Humanidad, en los museos, en los colegios, en los medios de comunicación y en casa", agregó. La alta funcionaria de la Unesco dijo que lanzaba ese llamamiento a ciudadanos de todas las nacionalidades y todas las religiones, en particular "en el mundo árabe y musulmán". "La energía de la Cultura es más fuerte que todos los fanáticos y nada puede sofocarla", puntualizó.
Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es considerada una reliquia única del siglo I a. C. y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano por las columnas de su famosa calle principal y por sus templos. Esta localidad fue, en los siglos I y II d.C., uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.

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