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Visita a Santiago, la cuna de la Revolución

Martes, 22 de septiembre de 2015 01:30
UN ENCUENTRO MUY FAMILIAR / EL PAPA FRANCISCO SE REUNIÓ EL DOMINGO POR LA TARDE CON EL EXPRESIDENTE FIDEL CASTRO.
Tras bendecir Holguín, el Papa se dirigió a Santiago de Cuba, el gran puerto del este, conocida en la épica revolucionaria cubana como la "ciudad heroica" y la "cuna de la Revolución", porque Fidel Castro anunció allí públicamente el 1 de enero de 1959 el triunfo de la revolución.
El pontífice llegó a Santiago por la tarde para reunirse con los obispos en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, muy venerada incluso más allá de los católicos.
Visiblemente cansado, con el rostro enrojecido por efecto del calor húmedo, Francisco multiplicó el día domingo en La Habana los encuentros con los fieles, los religiosos, los jóvenes, el presidente Raúl Castro y su hermano Fidel.
La reunión con el líder de la revolución, que condujo el país durante medio siglo (1959-2006), fue discreta, como la que sostuvo con Benedicto XVI en 2012. Se trató de "un encuentro muy familiar, muy informal" sobre temas mundiales, en especial sobre medio ambiente.
El domingo por la noche y con aspecto agotado, Francisco habló más brevemente que de costumbre con los jóvenes cubanos reunidos ante la catedral, animándolos a seguir "soñando" y a no perder "la cultura del encuentro", que une a las personas "a pesar de sus diferencias".
Previamente, ante los religiosos cubanos, con expresión seria e irritada, lanzó una acusación de una vehemencia particular contra una iglesia mundana y exaltó la pobreza y la misericordia.

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Tras bendecir Holguín, el Papa se dirigió a Santiago de Cuba, el gran puerto del este, conocida en la épica revolucionaria cubana como la "ciudad heroica" y la "cuna de la Revolución", porque Fidel Castro anunció allí públicamente el 1 de enero de 1959 el triunfo de la revolución.
El pontífice llegó a Santiago por la tarde para reunirse con los obispos en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, muy venerada incluso más allá de los católicos.
Visiblemente cansado, con el rostro enrojecido por efecto del calor húmedo, Francisco multiplicó el día domingo en La Habana los encuentros con los fieles, los religiosos, los jóvenes, el presidente Raúl Castro y su hermano Fidel.
La reunión con el líder de la revolución, que condujo el país durante medio siglo (1959-2006), fue discreta, como la que sostuvo con Benedicto XVI en 2012. Se trató de "un encuentro muy familiar, muy informal" sobre temas mundiales, en especial sobre medio ambiente.
El domingo por la noche y con aspecto agotado, Francisco habló más brevemente que de costumbre con los jóvenes cubanos reunidos ante la catedral, animándolos a seguir "soñando" y a no perder "la cultura del encuentro", que une a las personas "a pesar de sus diferencias".
Previamente, ante los religiosos cubanos, con expresión seria e irritada, lanzó una acusación de una vehemencia particular contra una iglesia mundana y exaltó la pobreza y la misericordia.

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