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El pesebre Tolaba cumple 130 años en nuestra ciudad capital

Martes, 05 de enero de 2016 01:30
EN TODA SU MAGNITUD / EL PESEBRE DE LA FAMILIA TOLABA, EL MÁS ANTIGUO DE SAN SALVADOR DE JUJUY ACABA DE CUMPLIR 130 AÑOS.
Caracterizados por sus tradicionales pañuelos turquesa al cuello, los fervientes adoradores del pesebre "Tolaba" cumplieron este mes 130 años honrando al "Niño Dios".
El pesebre más antiguo de la ciudad festejará su aniversario a los largo del mes con las tradicionales danzas y trenzados en la capilla que el fundador construyó hace décadas a la vera del arroyo Los Suspiros, en el barrio Chijra.
Hoy encabeza la gran familia de adoradores la hija de del fundador de la tradición, Jacinta Tolaba, que junto a sus hijos, nietos, y bisnietos que preparan con devoción este tradicional culto de la Navidad jujeña.
El 10 de este mes concluirán los cultos con una misa en la capilla donde se encuentra instalado el nacimiento.
La historia del tradicional pesebre se remonta al año 1885, cuando a don Toribio Tolaba un matrimonio amigo le obsequió la imagen de un "niñito" llegado desde Cuzco, Perú. Debido a su fuerte arraigo a la religión, Toribio preparó un pequeño "ranchito" y comenzaron las primeras adoraciones ese mismo año en un solar ubicado en la manzana donde actualmente se erigió la Casa de Gobierno.
Este fue el primer antecedente del culto de adoradores en nuestra ciudad.
Aunque que en la actualidad la zona es el punto neurálgico de San Salvador de Jujuy, en aquel entonces sólo existía la plaza y algunas casas dispersas de las primeras familias jujeñas, muchas de ellas las primeras asistentes al pequeño pesebre en el que reflexionaban sobre la llegada de la Navidad.
Los traslados
Según relató una de las bisnietas de Toribio, Geovana Crespo, al presentarse el proyecto del palacio de Gobierno, Toribio tuvo que trasladarse hasta un terreno ubicado en calle Belgrano y Patricias Argentinas.
En su nuevo hogar, Toribio nuevamente preparó un espacio para el pesebre -que ya era reconocido en la ciudad- y nuevamente niños y adultos se congregaban para honrar a la imagen cuzqueña.
Años más tarde, nuevamente el fundador del pesebre debió cambiar de domicilio, esta vez al terreno en donde se encuentra actualmente la Escuela Provincial de Comercio 1, donde también persistió y volvió a armar el pesebre con la imagen que le fue obsequiada.
"Él iba con su niñito a todos lados, hasta que decidió comprarse su terreno en Chijra", relató Geovana Crespo, bisnieta de don Toribio.
Fue así que cerca de 1930, Toribio Tolaba se instaló en el terreno ubicado en la margen izquierda del arroyo Los Suspiros, sobre avenida Mosconi, cuando apenas se empezaba a poblar el sector.
La capilla
Geovana relató que -por la devoción al niño Dios- lo primero que hizo Toribio fue levantar la capilla en donde actualmente se encuentra el pesebre, que se tiene una altura de casi tres metros y se conserva intacta hasta la actualidad.
Desde ese entonces, en el pequeño salón de adoración de la capilla, fielmente y cada año, la hija de don Toribio, Jacinta Tolaba a sus 87 años asiste a fines de noviembre para empezar con el culto, "con una caña en la mano señala como armar el pesebre", relató Geovana.
Además del pesebre, se encuentra a la derecha las fotografías de don Toribo, algunos de sus familiares y adoradores.
Y frente a la capilla está instalada la estructura que sostiene a las cintas que los niños y jóvenes utilizan para adorar.

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Caracterizados por sus tradicionales pañuelos turquesa al cuello, los fervientes adoradores del pesebre "Tolaba" cumplieron este mes 130 años honrando al "Niño Dios".
El pesebre más antiguo de la ciudad festejará su aniversario a los largo del mes con las tradicionales danzas y trenzados en la capilla que el fundador construyó hace décadas a la vera del arroyo Los Suspiros, en el barrio Chijra.
Hoy encabeza la gran familia de adoradores la hija de del fundador de la tradición, Jacinta Tolaba, que junto a sus hijos, nietos, y bisnietos que preparan con devoción este tradicional culto de la Navidad jujeña.
El 10 de este mes concluirán los cultos con una misa en la capilla donde se encuentra instalado el nacimiento.
La historia del tradicional pesebre se remonta al año 1885, cuando a don Toribio Tolaba un matrimonio amigo le obsequió la imagen de un "niñito" llegado desde Cuzco, Perú. Debido a su fuerte arraigo a la religión, Toribio preparó un pequeño "ranchito" y comenzaron las primeras adoraciones ese mismo año en un solar ubicado en la manzana donde actualmente se erigió la Casa de Gobierno.
Este fue el primer antecedente del culto de adoradores en nuestra ciudad.
Aunque que en la actualidad la zona es el punto neurálgico de San Salvador de Jujuy, en aquel entonces sólo existía la plaza y algunas casas dispersas de las primeras familias jujeñas, muchas de ellas las primeras asistentes al pequeño pesebre en el que reflexionaban sobre la llegada de la Navidad.
Los traslados
Según relató una de las bisnietas de Toribio, Geovana Crespo, al presentarse el proyecto del palacio de Gobierno, Toribio tuvo que trasladarse hasta un terreno ubicado en calle Belgrano y Patricias Argentinas.
En su nuevo hogar, Toribio nuevamente preparó un espacio para el pesebre -que ya era reconocido en la ciudad- y nuevamente niños y adultos se congregaban para honrar a la imagen cuzqueña.
Años más tarde, nuevamente el fundador del pesebre debió cambiar de domicilio, esta vez al terreno en donde se encuentra actualmente la Escuela Provincial de Comercio 1, donde también persistió y volvió a armar el pesebre con la imagen que le fue obsequiada.
"Él iba con su niñito a todos lados, hasta que decidió comprarse su terreno en Chijra", relató Geovana Crespo, bisnieta de don Toribio.
Fue así que cerca de 1930, Toribio Tolaba se instaló en el terreno ubicado en la margen izquierda del arroyo Los Suspiros, sobre avenida Mosconi, cuando apenas se empezaba a poblar el sector.
La capilla
Geovana relató que -por la devoción al niño Dios- lo primero que hizo Toribio fue levantar la capilla en donde actualmente se encuentra el pesebre, que se tiene una altura de casi tres metros y se conserva intacta hasta la actualidad.
Desde ese entonces, en el pequeño salón de adoración de la capilla, fielmente y cada año, la hija de don Toribio, Jacinta Tolaba a sus 87 años asiste a fines de noviembre para empezar con el culto, "con una caña en la mano señala como armar el pesebre", relató Geovana.
Además del pesebre, se encuentra a la derecha las fotografías de don Toribo, algunos de sus familiares y adoradores.
Y frente a la capilla está instalada la estructura que sostiene a las cintas que los niños y jóvenes utilizan para adorar.

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