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Más de 60 muertos en un ataque suicida

Viernes, 08 de enero de 2016 01:30
ATAQUE / UN CAMIÓN CARGADO DE EXPLOSIVOS SE ESTRELLÓ EN UNA BASE MILITAR.
Alrededor de 60 personas, entre civiles y policías, murieron ayer y más de 130 resultaron heridas en al estallar un camión bomba frente a una base militar en la localidad de Zlintan, en el atentado yihadista más grave perpetrado en Libia en los últimos meses.
Responsables de seguridad explicaron que un suicida al volante de un camión cisterna repleto de explosivos se empotró a primera hora de la mañana contra la puerta del cuartel, en el momento en el que los reclutas de la Guardia Costera se disponían a entrar para iniciar su instrucción.
No existe aún una cifra oficial de víctimas pero, de acuerdo con fuentes oficiales y medios de prensa locales, hasta la morgue del hospital de la ciudad, situado a unos 175 kilómetros al este de Trípoli, llegaron "unos 60 cadáveres" y más de 130 heridos, tanto de policías como de civiles.
Alrededor de 400 personas, la mayoría policías, estaban reunidos en el centro de entrenamiento de Zlitanpara presenciar la ceremonia de graduación de los agentes.
El atentado se produce en medio de una ofensiva lanzada el lunes por los grupos yihadistas libios afines a la organización Estado Islámico (EI) para hacerse con el control de los puertos petroleros de Ras Lanuf y Sidra, los más importantes del país.
Pese a que ningún grupo asumió aún la autoría de la masacre, el método empleado y el momento elegido apuntan a que sería obra de las numerosas células que componen esa rama libia.
En un plan bien organizado, los extremistas atacaron a finales de la semana pasada la ciudad de Ben Jawad, vecina a ambas terminales petroleras, lugar en el que establecieron su centro de comando para la ofensiva.
El lunes y el martes atacaron diferentes posiciones, dispararon varios cohetes contra depósitos de crudo y trataron de avanzar hacia la entrada de ambos puertos, donde fueron repelidos por los agentes de la seguridad privada que lo protegen.
El miércoles, hostigados por fuerzas de los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk, replegaron sus posiciones, aunque expertos militares en la zona creen que pueden lanzar un segundo ataque en los próximos días.
"Hoy ha habido diferentes escaramuzas en áreas situadas a una treintena de kilómetros de las terminales", explicó otra fuente de seguridad.
La virulencia del asalto desató la preocupación del enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, quien ayer volvió a lanzar un llamamiento a los libios para que dejen de lado sus diferencias y se unan para evitar que los recursos petroleros caigan en poder de los radicales.
En una breve declaración difundida a través de la red social Twiter, el diplomático alemán condenó además el atentado en Zlintan.

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Alrededor de 60 personas, entre civiles y policías, murieron ayer y más de 130 resultaron heridas en al estallar un camión bomba frente a una base militar en la localidad de Zlintan, en el atentado yihadista más grave perpetrado en Libia en los últimos meses.
Responsables de seguridad explicaron que un suicida al volante de un camión cisterna repleto de explosivos se empotró a primera hora de la mañana contra la puerta del cuartel, en el momento en el que los reclutas de la Guardia Costera se disponían a entrar para iniciar su instrucción.
No existe aún una cifra oficial de víctimas pero, de acuerdo con fuentes oficiales y medios de prensa locales, hasta la morgue del hospital de la ciudad, situado a unos 175 kilómetros al este de Trípoli, llegaron "unos 60 cadáveres" y más de 130 heridos, tanto de policías como de civiles.
Alrededor de 400 personas, la mayoría policías, estaban reunidos en el centro de entrenamiento de Zlitanpara presenciar la ceremonia de graduación de los agentes.
El atentado se produce en medio de una ofensiva lanzada el lunes por los grupos yihadistas libios afines a la organización Estado Islámico (EI) para hacerse con el control de los puertos petroleros de Ras Lanuf y Sidra, los más importantes del país.
Pese a que ningún grupo asumió aún la autoría de la masacre, el método empleado y el momento elegido apuntan a que sería obra de las numerosas células que componen esa rama libia.
En un plan bien organizado, los extremistas atacaron a finales de la semana pasada la ciudad de Ben Jawad, vecina a ambas terminales petroleras, lugar en el que establecieron su centro de comando para la ofensiva.
El lunes y el martes atacaron diferentes posiciones, dispararon varios cohetes contra depósitos de crudo y trataron de avanzar hacia la entrada de ambos puertos, donde fueron repelidos por los agentes de la seguridad privada que lo protegen.
El miércoles, hostigados por fuerzas de los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk, replegaron sus posiciones, aunque expertos militares en la zona creen que pueden lanzar un segundo ataque en los próximos días.
"Hoy ha habido diferentes escaramuzas en áreas situadas a una treintena de kilómetros de las terminales", explicó otra fuente de seguridad.
La virulencia del asalto desató la preocupación del enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, quien ayer volvió a lanzar un llamamiento a los libios para que dejen de lado sus diferencias y se unan para evitar que los recursos petroleros caigan en poder de los radicales.
En una breve declaración difundida a través de la red social Twiter, el diplomático alemán condenó además el atentado en Zlintan.

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